Argentina, la
lucha continua....
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Software libre Sin Capataz: Por un modelo de producción no corporativo
Raquel Schrott - Ezequiel Miodownik
Biodiversidadla
"El colectivo "Sin Capataz" desarrolla software libre y sistemas computacionales
tejiendo relaciones humanas no corporativas mediante los principios del comercio
justo, utilizando el conocimiento y las herramientas tecnológicas para
garantizar la autonomía, propia y de quienes trabajen con ellos, respecto de las
soluciones privativas comerciales" .
Dos jóvenes estudiantes de Ingeniería en Sistemas de la ciudad argentina de
Tandil, decidieron combinar un día su militancia por el cambio social y la
libertad del conocimiento con la necesidad de tener una fuente laboral. Juntos
armaron un colectivo de trabajo informático que, con solo tres meses de vida, ya
pudo realizar su primera labor con éxito. ¿A quién ofrecer el servicio?, ¿qué
hay detrás de todo eso?, ¿qué construcción?, ¿ayudaría a alguien? «Sin Capataz»,
tal es el nombre del proyecto que idearon Aníbal Antonelli y Manuel Alonso,
fruto de la búsqueda inicial de respuestas a esas preguntas. El colectivo
desarrolla software libre y sistemas computacionales tejiendo relaciones humanas
no corporativas mediante los principios del comercio justo, utilizando el
conocimiento y las herramientas tecnológicas para garantizar la autonomía,
propia y de quienes trabajen con ellos, respecto de las soluciones privativas
comerciales. ¿Conocimiento para quién?, ¿cómo difundirlo?, ¿cómo distribuirlo?,
¿cómo producirlo?, se fueron preguntando.
«Vemos necesario que exista transparencia en la forma de producir software»,
cuentan desde el sitio Web que tiene Sin Capataz [1]. Antonelli y Alonso
intentan que quienes soliciten su trabajo «sean conscientes que, con su apoyo,
aportan al crecimiento de un modelo de producción, en el que existe equidad en
términos de esfuerzos y beneficios». Estos aportes, afirman, se obtienen
mediante lazos fuertes de confianza, comunicación constante, respeto y
entendimiento.
«Sabemos que las computadoras se pueden usar para un montón de cosas hoy en día
y lo que tratamos justamente es que más gente pueda acceder a la tecnología,
pueda acceder a ese conocimiento que nosotros estamos produciendo en la
universidad y que queda medio encerrado», explica Manuel Alonso sobre la
finalidad que los motiva. «Nos están enseñando eso, a encerrarlo, enfrascarlo, a
hacerlo complicado. Hacer accesible la tecnología que existe hoy en día,
desarrollarla, adaptarla, es lo que nos permite el software libre para que más
gente pueda aprovechar eso», señala.
―¿Cómo surge el colectivo de
trabajo informático «Sin Capataz»?
Aníbal.―Es algo muy nuevito que surge por
una mirada crítica de lo que es el software privativo, que es el software
que venden las empresas como herramienta de acumulación. Nosotros somos de
Tandil y acá hay un polo informático: son un montón de empresas con un convenio
con la universidad; uno está en los últimos años en la universidad y ya es muy
fácil que entre en una empresa y empiece a trabajar como pasante, con todo lo
que eso implica, porque si entrás como pasante entrás a un régimen de
explotación accesible para las empresas. Entonces, de la experiencia personal de
pasar por un par de empresas y ver esos mecanismos de explotación, que no eran
algo particular de las personas, sino que es algo más sistémico, fue intentar
armar algo con otras lógicas.
Manuel.―Estamos trabajando hace pocos
meses, unos dos meses, tres como mucho, pero la verdad que trabajando. La idea
se viene gestando hace un tiempo. Se dieron un montón de cosas,
necesitábamos trabajar, no queríamos trabajar en empresas, queríamos trabajar en
esto del software libre. Hace como tres meses que empezamos a ponernos de
acuerdo, a charlar un montón de cosas, a tratar de producir y escribir un par de
textos como para definirnos e identificarnos de a poquito.
―¿Quiénes integran el colectivo de
trabajo?
Aníbal.―Nosotros, lo que buscamos, es que
esto crezca. Es algo que recién empieza y por ahora somos dos personas,
hay muchas personas bastante interesadas, viendo cómo avanza, y hay muchos
cumpas que están cercanos. Lo concreto y lo real es que necesitamos laburar y
encontrar organizaciones con las cuales laburar. Hace poquito terminamos nuestro
primer laburo, muy contentos, con una organización de Neuquén que se llama
8300[2], un portal de noticias; por ahí se nos generan algunas contradicciones
de si es laburo, si es militancia o si es una mezcla entre las dos cosas,
¿cuánto cobrar? Hay organizaciones a las cuales por ahí les cuesta mucho
conseguir recursos y quedamos que ponían un banner de publicidad. Vemos que es
algo que no puede quedar solo así, que tiene que crecer.
―¿Esto tiene que ver con relaciones
de solidaridad, de generar lazos de comercio justo con la gente que se acerque a
pedir los servicios que brindan?
Aníbal.―Sí, justamente. El mail se
lo enviamos a muchas organizaciones, no solamente en Argentina: por ejemplo,
sindicatos, empresas recuperadas, medios de comunicación; o sea, nosotros
creemos que el software tiene que ser utilizado como una herramienta, el
software libre como una herramienta para el cambio social, porque justamente
permite eso, respeta la autonomía de las organizaciones, permite modificar,
adaptar software en base a esas necesidades; es accesible porque le puede dar
laburo a muchísimas personas sin necesidad de que pertenezcan a una organización
gigante que maneje patentes y un montón de cosas; en base a esto, se pueden
generar lazos de comercio justo, porque están las personas ahí, están las
relaciones humanas y no son relaciones corporativas. Es algo que recién está
naciendo, pero buscamos conocer gente que esté en esto del comercio justo,
intercambiar experiencias. Fui a un festival de cultura libre y en una de las
charlas de una cooperativa de software libre, que es Gcoop[3], ellos comentaban
que tienen un mecanismo para utilizar otra moneda diferente, otra moneda de
cambio, donde no haya escasez; que eso se estaba organizando a través de un
software que es libre también. No pude hablar mucho con ellos, pero ahora es
cuestión de llegar, investigar y empezar a ver si también eso puede ser una
opción.
Manuel.―El tema del software libre, que es
un movimiento a nivel mundial al que también estamos aportando, viene
creciendo a pasos agigantados, porque, como dijo Aníbal, entendemos que es una
corriente liberadora, alternativa, que nos permite independizarnos, ser
autónomos, nosotros como desarrolladores, para nuestros clientes, las
organizaciones con las que trabajemos. El software libre en el estado, el
software libre en la educación, el software libre como modelo de software para
terminar con su opositor: el software privativo, que lo único que tiende es a
cerrar, a ocultar, a encerrar el conocimiento, a no compartir, a que unos pocos
acumulen plata con un programa que hicieron una vez hace mucho tiempo; ahora nos
vienen a hacer dependientes de eso.
―Ustedes como desarrolladores,
¿cuál es el trabajo que realizan especialmente?
Aníbal.―Nosotros somos estudiantes
avanzados de la carrera de Ingeniería en Sistemas, y lo que nos enseñan
es a desarrollar software en base a modelos arquitectónicos, que sería como el
laburo que hace un arquitecto para construir una casa; a nosotros nos enseñan a
construir software que esté bien documentado, que sea eficiente a nivel
arquitectónico, todo eso. Lo que nos enseñan en la facultad es todo en base a
herramientas privativas y bien orientado al mercado. Muchas veces, por nuestra
cuenta, empezamos a usar software libre y a ver herramientas para el desarrollo.
En este momento todo el laburo que estamos haciendo es con software libre,
haciendo software y usando herramientas libres, o sea, todo lo que son el manejo
de herramientas web, servidores web y todo eso; usamos PHP, Apache, que es un
montón de sofware que es libre, que está muy avanzado, es muy estable y
utilizamos eso.
―Cuando pensaron en crear Sin Capataz,
¿se inspiraron en alguna experiencia o idea en particular?
Manuel.―Del comercio justo ya habíamos
escuchado bastante, consumido algunos productos y relacionado con algunas
organizaciones, pero también conocíamos la experiencia de muchas fábricas
recuperadas, pero eso tampoco era nuestro caso, no teníamos nada que recuperar,
teníamos que crear algo nuevo. Por el lado del software, surgió la primera
cooperativa de software libre que nombraba Aníbal, Gcoop, y ahora están
surgiendo otras, eso también nos inspiró. Con el tema del software libre cuesta
madurar el concepto y pensar: «Pero bueno, ¿voy a poder vivir de esto?, ¿voy a
poder trabajar todos los días y comer de alguna forma? Día a día se está
demostrando que se puede, que se puede crear; obviamente, nuestra experiencia de
militancia también nos inspiró mucho en la forma de organizarnos, la forma de
comunicarnos.
―Sin Capataz es un nombre bastante fuerte
que marca una forma de organización no jerárquica, ¿cómo ha impactado en
la gente a la que le han compartido el trabajo que quieren llevar adelante?
Aníbal.―Por ahora, ha gustado mucho el
nombre a algunas personas cercanas que nos han dicho: «¡Uh!, que
zarpados, está buenísimo». Se le ocurrió «al pira» (Manuel, el pirata), yo al
principio dudé un poco, por esto de que es re-chocante, porque es como decir:
«Nosotros queremos esto, listo, se acabó, esto no va a estar». A mí, por ahí, lo
que me preocupaba era no tener una discusión cerrada, no tener tan claro o no
saber cómo vamos a manejar lo que es marketing, o sea, nosotros necesitamos
laburar; yo decía: «Bueno, esto va a chocar a alguien recorriendo Tandil,
repartiendo volantes, les damos y les decimos: "Mirá, estamos haciendo software,
esto es así, Sin Capataz"». Por ahí piensan: «¡Uh!, sin capataz, estos son
re-anarquistas». Por ese lado la pensé un poquito, pero ya está, esto es parte
de lo que creemos y lo que somos.
―¿Aspiran a que esta filosofía del
software libre sea comprendida también por la gente que se acerque a trabajar
con Sin Capataz?
Manuel.―Sería lo ideal que la gente
que trabaje con nosotros pueda entender por qué es mejor el software libre, no
solo porque le va a ser más barato, sino también porque responde a otras
lógicas. Nosotros lo que tratamos de hacer, tanto para la gente con la que
trabajemos o para la gente se sume, es una militancia, un trabajo de formación,
de discusión, de por qué trabajar con software libre, por qué con estas lógicas
de comercio justo. Estamos organizando un taller para participar en Neuquén con
esta gente de la cooperativa 8300 y otras organizaciones más que también se
interesan por esta cuestión del software libre; justamente, lo que vamos a hacer
es un taller de formación donde vamos a aprender sobre el software libre y la
cultura libre. Esto comenzó con el software, pero después se extendió a la
cultura; nos vamos a dar debates como los derechos de autor, propiedad
intelectual y conocimiento, ¿conocimiento para quién?, ¿conocimiento cómo?,
¿cómo difundirlo, cómo distribuirlo, cómo producirlo? Son discusiones bastante
complejas, pero que nos tenemos que empezar a dar. Es otra batalla más la del
conocimiento y la información, y hoy en día es bastante importante.
―¿Hay algo que les gustaría agregar
o destacar?
Aníbal.―Creo que lo más importante,
lo que vemos y a lo que tenemos que apuntar es a esto, a que sea una opción, que
crezca y empezar a laburar en base a las necesidades que hay. Yo pienso
constantemente en esto, en organizaciones, porque creo que son las que tienen un
rol fundamental dentro de lo que es el campo popular y en la búsqueda de un
cambio.
Manuel.―Tomar el tema del comercio justo,
que es una idea que yo no tenía muy clara; aprendí bastante con esto. Es
no comprarle ni venderle tampoco a cualquiera, a cualquier precio, sino charlar,
trabajar en eso; a quién le estoy comprando, a quién le estoy vendiendo, qué hay
detrás de todo eso, qué construcciones, a quién estoy ayudando. Comercio justo,
tampoco cobrando una locura. Nosotros tratamos de cobrar lo que necesitamos para
vivir y que también el que está del otro lado, el «cliente», esta palabra
cliente me la inculcan en la facultad, pueda tener un software que lo va a
ayudar, sean organizaciones, para difundir sus actividades, para comunicarse
internamente, organizarse mejor, comunicarse hacia afuera; o en el caso de algún
emprendimiento, para mejorar un poco la producción, la organización, gestión,
facturación.
Notas:
1] http://www.sincapataz.com.ar/
2] http://www.8300.com.ar/
3]
http://www.gcoop.com.ar/