La SIP en Argentina. Las más negras intenciones de la Casa
Blanca y el terrorismo mediático
Fernando Buen Abad Domínguez Rebelion- Fundación Federico Engels - Universidad de
la Filosofía)
Plañidera esquizofrénica
"La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) celebrará en Buenos Aires, entre el
6 y el 10 de noviembre, su 65ª Asamblea General"[1].
No es ocioso insistir en denunciar que la SIP se reunirá en Buenos Aires para
fortalecerse, hacer visibles sus tareas organizativas y sus odios de clase más
obvios. No es inútil insistir en caracterizar esta "reunión" como un bastión de
las oligarquías mediáticas argentinas para alentar ofensivas
semiótico-mediáticas contra, por ejemplo, la nueva (y aun imperfecta) ley de
medios audiovisuales, contra la reforma política en debate y contra todo lo que
suene, así sea tenuemente, a democratización de las herramientas de producción
comunicacional. Ah, y desde luego, lloriquearán, como es su costumbre por la
"libertad de expresión" que ellos mismos combaten, cancelan y asesinan. Será el
show de la hipocresía reloaded.
Esta Sociedad Interamericana de Prensa reúne a los más conspicuos propagandistas
de los golpes de estado y de los magnicidios. Son los dueños de periódicos que
con el pretexto de defender la "libertad de expresión", se dedican a
invisibilizar, criminalizar y difamar toda iniciativa democrática. Sirvientes
mediáticos de las oligarquías golpistas en todo el continente.
La SIP fue creada en Nueva York en 1950 por el agente CIA Jules Dubois. Es uno
de los frentes más visibles de las burguesías latinoamericanas y de sus
monopolios propagandísticos mercantiles. Su tarea primordial consiste en idear,
organizar y ejecutar agresiones de todo tipo contra la clase trabajadora
incluyendo traiciones descaradas contra la voluntad democrática de los pueblos y
el asesinato de los líderes y descarrilamiento de las revoluciones. Son serviles
del Departamento de Estado norteamericano y de los servicios de inteligencia
yanquis. Incuban los proyectos más recalcitrantes de la derecha latinoamericana
para atacar a Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y especialmente a Venezuela.
Entre otros.
La SIP encabeza campañas sistemáticas de difamación y golpes de estado de la
mano del Grupo Prisa y TELEVISA, Globovisión, Clarín, Mercurio, OGLOBO...
consorcios mediáticos monopólicos que operan en España, Estados Unidos, México,
Panamá, Costa Rica, Colombia, Argentina y Chile... Es alma Mater del consenso de
Miami que aglutina, incluso, arietes de la farándula servidores de la CIA como
Gloria Stefan[2], su marido empresario y una lista larga de esbirros cantadores
de música y letras chatarra. Entre sus logros cuenta la SIP su contribución en
la propaganda terrorista contra Salvador Allende, contra el presidente Hugo
Chávez y contra Cuba. Halagan hasta la náusea el golpe de estado en Honduras.
La SIP es un instrumento de la manipulación de información al servicio de las
más negras intenciones de la Casa Blanca y de los oligarcas dueños de los
latifundios mediáticos. Su táctica es la falsificación de la realidad, la
tergiversación de las ideas democráticas y la invisibilización de las luchas.
Usan los medios para sembrar el terror y para descarrilar los procesos
democráticos ocurran donde ocurran.
Ahora en Buenos Aires la SIP se apresta a repetir, neoliberal y fascistamente,
sus letanías de marcado para sumarse a la tarea de derrotar hasta la más mínima
iniciativa democratizadora de los monopolios mass media. El discurso será
absolutamente obvio y parvulario. Se abrazaran a las banderas más devaluadas de
su lucha empresarial y rasgarán sus vestiduras ayudados por "intelectuales"
locales que suelen ser serviles lebreles de las canalladas más obscenas,
impúdicas e impunes. Muchos de ellos nostálgicos de la dictadura y de sus
"leyes" de comunicación. Muchos de ellos añejos combatientes contra las luchas
sociales que se oponen, históricamente, a la monopolización del espectro
radioeléctrico. Muchos de ellos hoy ya sueñan y "trabajan" para revertir la
nueva "ley de medios" recientemente aprobada. La SIP viene a echarles una
manita.
Estará presente todo lo que sea servidumbre del capitalismo. Es su pan de cada
día, y entre ponencias y disquisiciones con tufo golpista, orarán, a voz en
cuello, la prédica alienante con que quieren sostener a los grandes monopolios
transnacionales. Publicitarios, clericales, terratenientes, bancarios,
empresariales...
Esta reunión expresa, una vez más, la necesidad de entender el debate sobre
"medios de comunicación" como un problema de seguridad nacional que sólo puede
ser resuelto por la clase trabajadora movilizada rumbo a la expropiación de
todos los medios y los modos de producción comunicacional. La burguesía emplea
los medios como armas de guerra ideológica y es indispensable desarmarla y
desmontar sus obuses simbólicos en todos los frentes, desde las fábricas hasta
las cátedras, desde las salas de redacción hasta las plazas públicas y las
asambleas de trabajadores.
Esta reunión de la SIP, ahora en Buenos Aires, es un ejercicio más de
ordenamiento de los ejércitos mediáticos burgueses en un combate continental que
ahora cuenta con la presencia de bases militares yanquis en Colombia. La "Guerra
de IV Generación". Hoy más que nunca nos urge una Cumbre Latinoamericana en
materia de Comunicación que, con base en los movimientos sociales, los medios
alternativos y comunitarios y la clase trabajadora, impulse con energía la
expropiación y la democratización efectiva de todos los espectros
radioeléctricos y todas las herramientas de comunicación. No podemos quedarnos
de brazos cruzados mientra ellos, entre champange y abrazos triunfalistas
deciden como silenciarnos. Por una Corriente Latinoamericana de la Comunicación
hacia el Socialismo.