Mendoza: "No podemos vivir de donaciones, pero sin ellas no
podemos vivir"
Gabriel Conte y Pachy Reynoso
MDZOL
Se trata de un salón comunitario de la Comunidad Huarpe que le presta al
Gobierno a cambio de que éste lo repare y amplíe y haga funcionar allí una
escuela, el viejo anhelo de los padres de los chicos del desierto.
Ya no corresponde (ni quieren, por cierto) que los chicos se alberguen en
escuelas/hogares, porque, dicen, allí se desarraigan de sus familias y pierden
contacto con lo sustancial de sus vidas: la tierra, la arena, el sol, el calor y
el frío, las plantas pinchudas y los animales que les dan sustento diario.
"Si no es por el trabajo de los padres, esta escuela no existiría", descuelga,
de entrada, Iris Azcurra, quien hace unos cuantos kilómetros más desde Costa de
Araujo hasta esta zona, todos los días, para dirigir y dar clases porque es las
dos cosas, directora y maestra.
No interrumpe su tarea. Los 36 chicos, aun ante nuestra extraña e inesperada
invasión siguen en clase, con guardapolvos que, allí en el arenal más bien
debieran llamarse "espantapolvos".
La directora - maestra (misionera, al fin) ni mira, si no quiere: está
concentrada en revisar unos cuadernos, como si allí nomás una cámara oculta le
midiera sus pasos y su tiempo, algo que ese lugar, definitivamente, parece
funcionar en otra dimensión.
- ¿Y cómo hacen con el agua?
- No hay
- Pero, ¿y cómo hacen?
- La Municipalidad trae un poco, pero hoy por ejemplo, con un cuarto de tanque
tenemos que tirar toda la semana. O hasta que vuelvan a traer.
- No es fácil entender cómo subsisten en medio del desierto y, justamente, con
tan pero tan poco agua…
- La que tenemos ahora la trajo el maestro (Diego Repetto, vecino de Costa de
Araujo también y docente a cargo de un grupo intermedio), pero la estamos usando
para los baños. Y bueno, si en realidad se pudiera tener luz, podríamos poner
una bomba de agua…
- ¿Tampoco tienen luz?
- Tenemos… lo que pasa es que el generador funciona con nafta y se nos va todo
el fondo fijo en comprar el combustible. Entonces, no tenemos con qué comprar
otras cosas…como una bomba para sacar agua. La mayoría de las cosas que tenemos
las compraron los papás haciendo una peña para juntar el dinero. El tendido
eléctrico pasa derecho para El Retiro (y señala a la distancia por donde,
parece, es esa zona, arenas adentro).
Aclaración necesaria: muchas veces leerán lo que escuchamos en torno al "aporte
de los padres" y las madres para sostener la escuela. Pero no se trata de
terratenientes sojeros, ni de propietarios que lotean para countries. Mucho
menos de viñateros exitosos, dueños de tierras que esconden petróleo, oro o
cualquier otra cosa que no sea arena, salitre y unos pocos yuyos. Son puesteros
que tampoco tienen agua ni plata ni vehículos ni empleo fijo. Lo que aportan,
les deja una nueva llaga en las manos, en la frente o en la vida. Tanto les
cuesta.
- ¿Desde cuándo están así?
- Así nació la escuela. Cuando llegamos aquí éramos los árboles, los niños y yo;
un salón de adobe y las ganas de los padres de tener una escuela.
- ¿Y eso fue lo que inauguraron?
- Vino el gobernador y cortó la cinta. La bandera la izamos en un palo, porque
no había mástil.
- Se ve, de todos modos, que han avanzado bastante…(se ve una galería techada,
un aula nueva, juegos infantiles y un mástil – mástil, como los que hay en
cualquier escuela de aquí o de la China)
- Lo que pasa es que esta escuela es obra de los papás, los evangelistas, el
cura Benito y las donaciones. Todos ellos han puesto más que el Gobierno. El
Club de las Ranger, la Red de las 4 por 4, los pastores, la ayuda de la
municipalidad de Lavalle y hasta la de Godoy Cruz permitieron que tengamos un
aula nueva, juegos infantiles…En fin.
- ¿Cómo es que apareció la comuna de Godoy Cruz por aquí?
- Es que ellos hicieron un plan para erradicar los carreteleros. Les dieron algo
a cambio de sus carretas. Las recuperaron y nos trajeron aquí para que los
chicos no deban caminar tantos kilómetros…
- ¿Y las usan?
- Es que son todas dunas y hace mucho que no llueve, hace como seis meses. No
hay caballos con la fuerza suficiente para tirar de esas carretas porque tampoco
tienen qué comer por la falta de lluvia. Y hasta los chicos prefieren venir
caminando porque imagínese cómo se entierran en la arena las bicicletas.
- De todos modos, también fue un buen gesto, ¿no?
- Por supuesto, hay que decirlo.
(Interviene ahora el maestro Diego)
Diego: Acá un día vino el señor (Alfredo) Cornejo y además de lo que nos trajo,
vio que cómo se levanta el polvo con cualquier vientito. Así que a la semana ya
teníamos tres camionadas de ripio…
- Y vos, ¿qué opinás de su "aparición" por aquí?
Diego: Que ni los llamamos, vinieron solos. Está bien. También ayuda mucho la
municipalidad de Lavalle.
- ¿Se puede vivir de las donaciones?
(Ahora, se mete la maestra Paola Galbani, lavallina también, de Tulumaya, a
cargo del jardincito): No debería ser así. Hay día que llegamos y no sabemos si
hay desayuno.
Volvemos con Iris, la directora, maestra y todo lo demás:
- ¿Cómo es dar clases así?
- Y… es una misión. La verdad es que no deberíamos vivir de donaciones, pero sin
donaciones, no podríamos vivir.
- ¿Qué les suministra el Gobierno?
- La Dirección General de Escuelas nos da para que los chicos coman tres días a
la semana. El resto, lo completamos con donaciones. Aquí hay un nivel de
solidaridad que no se ve en ningún otro lado. Si un padre tiene un paquete de
fideos y otro de arroz, sólo eso tienen en su casa, nos deja uno de ellos en la
escuela para que lo compartamos.
- Es imposible repetir como tonto la misma pregunta una vez más Iris, ¿Cómo
hacen?
- Esto que hacemos ahora con ustedes (mirándonos a Pachy Reynoso, el fotógrafo,
que quiere saber y al entrevistador): necesitamos alimentos no perecederos y
quien pueda traer, que los traiga.
- ¿Qué es lo que los mueve a seguir y no dedicarse, por ejemplo, a otra cosa?
- Los chicos, que llegan todos los días con unas ganas envidiables de estudiar.
Nos contagian una energía enorme. Los viernes, por ejemplo, como si no lo
supieran nos vuelven a preguntar si el sábado habrá clases. ¡Quieren venir! Y
este fin de semana, por ejemplo, los que vendrán con ellos serán los grandes,
que harán una actividad en la escuela.
- ¿Qué aprendieron ustedes como docentes, aquí?
- Primero que nada, a usar la luz y el agua como jamás nos imaginamos.
- ¿Cómo hacen cuando un chico se accidenta?
- Uno de los principales temas es ese: cada 15 días viene un médico a la Posta
sanitaria San Gabriel (distante varios kilómetros del lugar). Pero cuando hay
una emergencia, contamos con el apoyo que nos puedan dar los guardaparques de la
reserva Telteca y nada más. El vehículo del maestro para ir hasta algún lado
que, desde aquí, siempre es demasiado lejos.
- Es decir que no se quejan, pero la verdad es que dan ganas de decir unas
cuantas cosas, ¿no?
- No, sólo esto que decimos, que es la verdad. Cuando abrieron la escuela lo
único que puso el Gobierno es el cargo docente. Con eso, ya dicen que abrieron
una escuela, y no es así. Aquí no hay micros, por ejemplo. Ni siquiera uno solo
que pase una vez al día. Y algo más, todavía no le podemos pagar al señor que
nos hizo el techo.
- ¿Cuánto le deben?
- Son unos…4 mil pesos.
- ¿De dónde los van a sacar?
- No, la Dirección General de Escuelas nos dijo que lo iba a depositar "en una
semana" y le dijimos al pobre hombre que le metiera no más.