Argentina, la
lucha continua....
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Entre Ríos: Las escuelas recibieron un 30 por ciento menos de dinero para los comedores
EL DIARIO - EL ONCE - INFOALTERNATIVA
Aunque en el Gobierno no hablan de recorte, sino de disponibilidad
presupuestaria, en noviembre -las partidas para comedores se liquidan con
antelación- se acreditaron fondos sólo por 14 y no por 20 días, que es la
cantidad de jornadas que efectivamente prestan servicio. Pero la promesa es que
en los próximos días esa situación se irá regularizando. "Es una vergüenza que
esto pase con el hambre de los chicos", criticó Alejandra Gervasoni, secretaria
adjunta de la seccional Paraná de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre
Ríos (Agmer).
En Entre Ríos, el Estado alimenta a 85.965 chicos que asisten a 989 comedores
escolares, con una inversión mensual de 2,5 millones de pesos. Además, en 1.536
escuelas se sirve la copa de leche, que financia la Nación en un 85%, con un
universo de beneficiarios de 133.543 alumnos, y una inversión mensual de 1,9
millones de pesos.
Durante septiembre y octubre, y como consecuencia de un severo atraso en la
distribución de partidas nacionales, las escuelas soportaron un aplazamiento en
la recepción del dinero destinado a la copa de leche, que representan en forma
diaria 60 centavos por chico. La situación se corrigió este mes: se giraron dos
meses completos de partidas para copa de leche, aunque el importe destinado a
los comedores se redujo en un 30 %.
César Kerbs, subsecretario de Políticas Alimentarias de Entre Ríos, dijo que "presupuestariamente
no estamos en condiciones de poder girar más fondos. Estamos manejándonos con
los recursos que tenemos. Las partidas se giran en función de la disponibilidad
que exista. Pero esto se va a subsanar, no es que vamos a aplicar un recorte.
Supongo que el día 20 de este mes se irán a acreditar todos los fondos. Los
comedores no van a quedar sin recursos. Si hacen falta partidas especiales,
siempre hemos encontrado el eco en el Gobernador para darnos las partidas que
hemos necesitado para política alimentaria. El 90 % de los recursos que se gasta
en Acción Social es para comedores".
Aunque dijo que este mes se sumó una cuestión técnica: en octubre, Sidecreer, la
empresa encargada de administrar los recursos de comedores a través de las
acreditaciones en las cuentas de cada director, cerró los saldos antes de
tiempo, y eso provocó iliquidez. "No es lo mismo cerrar los saldos el 28 que el
día 22. Se acreditó antes de tiempo el mes pasado. Y como hubo que pagar a
celíacos, el programa de emergencia alimentaria y comedores, se tomaron algunos
días", dijo Kerbs.
De igual modo, se mostró disconforme con la visión que entiende el
funcionamiento de comedores sólo a través de una partida diaria de 1,50 pesos,
que es lo que el Estado destina por comensal. "A la política alimentaria la
concebimos bajo otro concepto. No es algo estático. Durante el período de la
gripe A, cuando hubo bajas temperaturas, nosotros aumentamos el valor de la
partida. Pero no podemos destinar el mismo dinero en invierno que en días con 40
grados. Si en Feliciano, por ejemplo, hace falta que destinemos 5 pesos por
ración diaria durante diez días, lo vamos a sostener, porque está la decisión
política de sostener los comedores", apuntó.
Con lo justo
Ayer, Viviana Rodríguez, directora de la Escuela Especial Nº 3 Carolina Tobar
García, no entendía ese tipo de razonamientos. "No sé por qué nos dejaron con 14
días, en vez de acreditarnos fondos por los 20 días, que es la cantidad de días
de funcionamiento de los comedores. A todas las escuelas de la provincia le
hicieron eso. Y frente a esta situación, no nos queda otro camino más que
reducir: se recorta un poco lo que se come. Esto es así. En vez de dar más
carne, se dará un poco menos. Parece que la idea es que como nos pagaron dos
partidas juntas de copa de leche, redujeron la partida de comedores. Pero esa
plata que ahora nos dan, es plata que se debe. Durante dos meses no recibimos
partidas, pero el servicio se brindó", planteó.
En la Escuela Nº 208 Juan Carlos Esparza, ubicada en el corazón de la pobreza,
en barrio Mosconi, tienen una gimnasia ensayada: buscan ofertas para conseguir
que el dinero que reciben para el comedor alcance para todo el mes. Es el único
método, cuenta la directora, Hilda Leguizamón, de sostener el servicio sin
asfixias ni desasosiegos. A eso, le suman la búsqueda de precios y ofertas. "No
hay menú establecido para respetar. Nos manejos con los precios", ejemplifica.
Pero no oculta su desazón hacia la lógica oficial. "No sé qué piensan los
funcionarios: quizá crean que el dinero que nos envían es una especie de ahorro,
cuando es deuda que tenemos. Nos mandan dos meses juntos de copa de leche, pero
en esos dos meses los chicos recibieron la leche, y no teníamos plata, sino que
sumábamos deudas. Y además, los comedores funcionan con lo justo. No es verdad
que tengamos listados aumentados, es la cantidad de chicos real que asiste. Para
eso nos enloquecieron obligándonos a hacer planillas con datos de las familias.
Cuando dicen que nosotros inventamos chicos, es imposible, ellos tienen un banco
de datos con la cantidad de alumnos que asisten a los comedores", afirma.
Aunque luego aclara que el mayor esfuerzo y dedicación en el funcionamiento de
los comedores no recae sobre las espaldas de los directores, sino del personal
de cocina. "El malabarismo diario es de ellos. Son ellos los que se dan vuelta,
y arman cada día la comida con lo poco que hay", dice Leguizamón.