Argentina, la
lucha continua....
|
Aumenta la criminalización de la pobreza: Envalentonada, la derecha política y mediática se sube al caballo de la inseguridad
Prensa de frente
Era previsible y se lo veía venir. La protesta en Wilde, la reaparición de
Blumberg, las declaraciones de políticos y famosos –Macri, Carrió, Cobos,
Susana, Tinelli- y como respuesta el endurecimiento de la política represiva de
Scioli y la Bonaerense. Para muchos era el paso siguiente, luego de la ley de
medios, o más bien, el paso seguro al cual apelar a la hora de generar nuevos
horrores y paranoias mediáticas en el conjunto de población.
Así, hoy quien no vive en los grandes centros urbanos argentinos, lee los
diarios y se encuentra con panoramas similares a los de una guerra social en
desarrollo. Si bien, como decíamos, era una posibilidad muy factible que
sucediera, no deja de ser espeluznante la forma en que esto se hace eco en las
diferentes expresiones políticas que gobiernan distritos y provincias.
La Capital Federal es quizá el distrito paradigmático en lo que hace al
desarrollo de políticas de seguridad represivas y penalizadoras de la pobreza.
Ya desde el comienzo del armado de la Policía Metropolitana, Mauricio Macri
evidenciaba su concepción de inseguridad señalando que la tarea de esta era
combatir los cortes de calles. La designación a la cabeza de la nueva policía de
quien fuera en su momento encargado del diseño de las agencias antiterroristas
en el país, Jorge "Fino" Palacios, resultaba casi una provocación de la que
todavía están pagando los costos. A la vez el funcionamiento de la Unidad de
Control del Espacio Público (UCEP), como grupo parapolicial encargado de
"limpiar" la ciudad de indigentes y pobres, completaba una tarea, ya no policial
ni social, sino respecto del tan mentado "espacio público".
Desatado el escándalo por espionaje, el PRO se decidió a "democratizar" a la
policía metropolitana designando un civil. El elegido no fue otro que Eugenio
Burzaco, discípulo en materia de seguridad interior de Jorge Vanossi, ministro
de justicia de Eduardo Duhalde durante los asesinatos del Puente Pueyrredón en
2002. El actual diputado del PRO, promotor de la baja de imputabilidad, es un
agorero de la mano dura contra las manifestaciones callejeras y defensor de los
crímenes de estado de la última dictadura militar.
Al calor de las operaciones mediáticas, salió a la luz un nuevo código
contravencional para la provincia de Buenos Aires. "Recuperemos la calle para la
Bonaerense", es el nombre del nuevo programa que, si bien se hizo público en el
correr de la semana pasada, es evidente que se viene preparando desde hace
tiempo ya que tiene 168 artículos.
El gobernador Scioli y su ministro de seguridad, Carlos Stornelli, buscarán la
aprobación del nuevo código en el parlamento bonaerense. El proyecto es
considerado por los principales organismos de derechos humanos como
inconstitucional y represivo de las libertades básicas de los ciudadanos de la
provincia de Buenos Aires, sus derechos consagrados y el sistema democrático en
si mismo.
De aprobarse este proyecto la bonaerense contará con mayores facultades,
generando así una situación de impunidad, abuso y arbitrariedad altamente
manifiestas en las facultades discrecionales a la hora de evaluar qué es la
moral pública y las buenas costumbres. Algunas de las expresiones incluidas en
el proyecto, tales como "susceptible de causar alarma o inquietud", "decencia
pública", etc. nos remonta a un sistema penal que no se condice con el discurso
del reconocimiento de los derechos humanos que el oficialismo pregona
constantemente.
Varios artículos se destacan por penalizar algunas de las formas actuales de
protesta, tendiendo cada vez más al control político de la movilización social.
A través de los artículos 40 y 80, se penalizarán los escraches y las
movilizaciones hasta con 15 días de prisión. Otra de las facetas más polémicas
es la que avanza con la penalización de la pobreza. Mediante este proyecto
cartoneros, limpiavidrios, changarines, travestis, etc. serán objeto de la mejor
policía del mundo.
Resulta preocupante que, mientras los grandes medios de comunicación bombardean
minuto a minuto sobre nuevos hechos de inseguridad –delitos que en la mayor
parte de los casos están relacionados directamente con los negocios de la
bonaerense- Scioli avanza con leyes que no dan respuesta al efectivo crecimiento
de delitos y criminaliza –aún más- a los sectores más postergados. Un alerta
para pensar el escenario que se plantea en el corto plazo.