El caso del represor Gustavo Francisco Bueno (alias "german
banegas").
La cuestión es que traigan al criminal a rosario, no que los jueces vayan a
ver un testigo a brasil.
Hace 4 días dimos a conocer en un pequeño comunicado lo siguiente:
ANTE LA APELACIÓN DE LA QUERELLA EN LA CAUSA POR LA DESAPARICION DE TITO MESSIEZ,
LA CÁMARA FEDERAL DE ROSARIO ORDENÓ LA PRISIÓN PREVENTIVA DE TRES REPRESORES.
Se trata de Juan Andrés Cabrera (El Barba), Ariel Zenón Porra (El Puma) y Carlos
Antonio Sfulcini (Carlitos o Carlos Bianchi).
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Esto replantea especialmente el caso del represor Gustavo Bueno, ya que no cabe
duda alguna que deberá correr la misma suerte judicial que sus coimputados según
esta resolución y entonces, cuando sea traído, no lo será para una excarcelación
inmediata como es habitual para esta causa en el Juzgado de Bailaque, sino para
quedar entre rejas como corresponde.
Por eso nos ocupamos en esta nota del tema Bueno.
Muy difundido es que el represor Gustavo Bueno dio un testimonio en el año 1986
ante el CELS. Que ese testimonio grabado anduvo y anda por diversas manos
privilegiadas que pudieron obtenerlo merced a no sabemos que relaciones. Que el
testimonio del represor ha sido incorporado a distintos juicios y es una pieza
probatoria de importancia. Que en el mismo el represor señala a distintos
"compañeros de trabajo" y les atribuye la comisión de hechos concretos. Que del
mismo se desprende que se sentía amenazado por sus camaradas y que por eso se
fue a Brasil. Y un sinfín de cosas que se pueden concluir de la extensa
grabación, trasladada al papel hace también ya tiempo.
El hecho es que desde el 27 de agosto se encuentra detenido en Brasil para
sustanciar el juicio de extradición que de concluir conforme a la justicia del
reclamo que hiciéramos en la causa 38/04 por la desaparición de Tito Messiez,
determinará que sea traído a esta ciudad de Rosario para ser indagado en la
misma por estar imputado de integrar la patota (junto con Cabrera, Porra y
Sfulcini) que secuestró, condujo a La Calamita, torturó y produjo la
desaparición de Tito.
En esta causa se ordenó la detención que hoy lo mantiene preso en la ciudad de
Belem, capital del Estado de Pará, en Brasil.
La noticia de su detención, hecha pública por el Presidente del TOF N° 1, Dr.
Paulucci, al cierre de la jornada de audiencias del día 1º de setiembre en el
juicio "Quinta de Funes" y "Fabricaciones Militares" que se está desarrollando
en esta ciudad, causó cierto revuelo, originó algún desconcierto y sorpresa,
mereció algunos calificativos no precisamente halagadores para el magistrado,
provocó algunas críticas hasta por considerarlas simplemente parte de una
maniobra "mediática". Sobre todo, considerando que Bueno, pese a todo su
conocimiento del accionar de la patota que lo ubica como un represor
absolutamente integrado a la misma, no está imputado en las causas en las que se
lleva adelante el Juicio Oral que llama la atención de medio mundo, al menos el
medio mundo de esta región.
Ahora, y en ese Juicio Oral, se ha decidido viajar a Belem para tomarle
testimonio tal como lo solicitara la representación de la Secretaría de Derechos
Humanos de la Nación y Bueno vuelve a concentrar sobre sí la atención, pero otra
vez como testigo, no como imputado, aunque todo indica que su trayectoria está
vinculada a la banda que perpetró los crímenes juzgados por el TOF N° 1, lo que
lo hace parte de la perpetración de los mismos e insólito que no esté imputado.
Allá irá entonces una comisión a interrogar al perpetuo testigo.
No puede dejar de sorprender que mientras un Tribunal requiere que Bueno sea
traído para su juzgamiento, mientras se encuentra pendiente el juicio de
extradición con el imputado en la Causa N° 38/04 .por la desaparición de Tito
Messiez; mientras se producen medidas tendientes a que el detenido comparezca,
otro Tribunal vaya a Brasil a tomar una testimonial a 3.713 kilómetros de
distancia, en otro país.
No puede dejar de preocupar la repercusión que puede tener esta medida con
respecto a la extradición, ni el modo en que pudiera aprovechar la defensa del
imputado Bueno la actitud del Tribunal que viajará, sobre todo tratándose, como
absolutamente todas las extradiciones, de una instancia de política
internacional, atenta a los más mínimos detalles por parte de los Gobiernos que
intervienen, examinando condiciones que van más allá de la propia letra de leyes
y tratados.
Ante una situación semejante, los partidarios de cambiar información por
impunidad verán reverdecer sus argumentos, porque en los hechos concretos lo que
se está plasmando es eso: un principio de ejecución de sus postulados.
Y debe ser claramente expuesto: hay un genocida que se sustrae a la acción de la
Justicia (como se suele poner formalmente), que huyó a Brasil, que no acepta ser
extraditado para quedar preso en una causa; por otra parte hay otro Tribunal que
va a pedirle que de testimonio (y con todas las limitaciones que pondrá incluso
el Poder Judicial brasilero en resguardo de su refugio) despreciando el hecho de
que debería estar imputado y que fue integrante de la misma patota que se está
juzgando. Se abre la instancia típica de la negociación que propone el
mencionado plan, estableciendo condiciones que jamás debieran ser aceptadas.
Por nuestra parte, y como primer señalamiento, decimos que de lo que se trata
como cuestión central, es de que traigan al criminal de una vez por todas. Los
presumibles aportes que pueda realizar el testigo, más allá de su extenso
testimonio ya realizado e incorporado a las causas, no pueden jamás relativizar
la imprescindible justicia de que esté sentado como genocida en el banquillo de
los acusados.
Lo decimos claramente porque la "Justicia" ha tardado 32 años en dictar una
orden de detención y apenas unos días en encontrar muy razonable convertirlo en
un testigo tan importante que amerita un largo viaje para entrevistarlo. Por
supuesto que como todos, queremos "Juicio y Castigo", no "Visita y Testimonio".
En esto deberían comprometerse todos los Tribunales y partes intervinientes en
los juicios, o al menos no contradecir ni aparentemente tal objetivo, apurando
con más argumentos la necesidad de la inmediata extradición.