Argentina, la
lucha continua....
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Ajuste social represivo
Daniel Benadava
A mediados del siglo pasado Eva Perón sostuvo que a nuestro pueblo le ha tocado
la desgracia del imperialismo capitalista... sus miserias y sus crímenes. Se
dice defensor de la justicia mientras extiende las garras de su rapiña sobre los
bienes de todos los pueblos sometidos a su omnipotencia. Se proclama defensor de
la libertad mientras va encadenando a todos los pueblos que de buena o de mala
fe tienen que aceptar sus inapelables exigencias... Pero más abominable aún que
los imperialistas son los hombres de las oligarquías nacionales que se entregan
vendiendo y a veces regalando por monedas o por sonrisas la felicidad de sus
pueblos.
Desde esta perspectiva resulta cuanto menos cuestionable la política que
implementa el Poder Ejecutivo de la Argentina que en estas semanas, lejos de
apoyar a los trabajadores de su país y mientras Cristina Kirchner aparecía
sonriente en una foto junto a Barack Obama, se "alineó" al lado de la firma
estadounidense Kraft Foods que es la segunda empresa alimenticia a nivel mundial
y es conocida internacionalmente porque comercializa sus productos en mas de 150
países, por haber ganado en la primera mitad de este año 1.487 millones de
dólares y por las numerosas actitudes antidemocráticas que -implícita o
explícitamente- apoya.
Así, por ejemplo, la citada multinacional forma parte del Directorio de Miembros
de la Cámara de Comercio Hondureño - Americana que a su vez integra el Consejo
Hondureño de la Empresa Privada cuyo presidente, Amílcar Bulnes, sostuvo que el
dictador Roberto Micheletti debía encabezar un gobierno de integración nacional
ya que las condiciones en este momento no permiten que el ex presidente Zelaya
retorne a la presidencia del país. Además Kraft Foods integra la Coordinadora de
las Industrias de Productos Alimenticios de la Argentina cuyo presidente Jorge
Zorreguieta, ex Secretario de Agricultura y Ganadería durante la última
dictadura militar argentina, no vacila en pedirle a las autoridades de su país
que disperse cualquier protesta social que entorpezca el "normal" funcionamiento
de una fabrica.
Ahora bien el pasado 18 de agosto la firma Kraft Foods, en una de sus plantas
que se encuentra ubicada en la provincia de Buenos Aires, echó a 160
trabajadores muchos de los cuales decidieron ocupar la empresa el 24 de agosto
cuando la multinacional desobedeció, sin recibir sanción alguna, una intimación
del Ministerio de Trabajo de la Argentina que le "ordenaba" reincorporar a los
empleados que había despedido días atrás.
Pero los trabajadores despedidos no solo fueron librados a su suerte por parte
del gobierno argentino sino que tampoco fueron apoyados por la Confederación
General del Trabajo -CGT- ya que su Secretario General, Hugo Moyano, afirmó que
este problema se debía que los trabajadores despedidos habían politizado su
demanda porque estaban influenciados por sectores de ultraizquierda con ánimo
desestabilizador. De esta forma, implícitamente, el líder de la CGT se colocó
del lado de Kraft Foods que -según numerosas organizaciones de derechos humanos-
es una empresa monopólica de capitales norteamericanos que despidió a
trabajadores por reclamar medidas frente a la gripe A y esta siendo apoyada por
oscuros personajes que le solicitan al gobierno argentino que reprima.
El pasado 25 de septiembre fue un fecha clave en el mencionado conflicto ya que
por la mañana Aníbal Domingo Fernández, quien es el Jefe de Gabinete de
Ministros de la Argentina y años atrás integró el gobierno de Eduardo Duhalde en
el cual integrantes de la Policía Bonaerense asesinaron a dos militantes
populares en el marco de una manifestación, planteó que había que encontrar una
salida definitiva a este tema, no podemos estar 'in eternum' con una
complicación de estas características y por tal motivo se enviraría personal de
gendarmería para evitar cortes de ruta.
Horas mas tarde, representantes de Kraft Foods se reunieron con integrantes del
Ministerio de Trabajo Argentino quienes se contentaron cuando la multinacional
les entregó un documento a través del cual se comprometió a pagar los salarios
adeudados, quedarse en el país y a mantener los puestos de trabajo existentes en
ese momento es decir sin reincorporar a los empleados que habían despedido el 18
de agosto. Y por la tarde la Policía Bonaerense reprimió brutalmente, con gases
lacrimógenos y balas de gomas, a los despedidos que reclamaban ser
reincorporados a sus puestos de trabajo y le entregó el control de la planta a
los representantes de Kraft Foods.
Desde la perspectiva de Horacio Meguira, quién integra la Central de los
Trabajadores de la Argentina, la represión fue la culminación de un plan de
inteligencia entre el gobierno nacional, el bonaerense, la empresa y la justicia
penal… El Ministerio de Trabajo está dispuesto a resolver consintiendo la
represión y la voluntad unilateral de la empresa, que, sin procedimiento,
despide masivamente, contrariando la ley y la emergencia social… Se trata de la
iniciación de una etapa, el modo que el Gobierno piensa encarar la futura
conflictividad de alta intensidad. Son tiempos de ajuste y este conflicto es la
prueba para medir los resultados ante nuevos conflictos que se avecinan.
Por todos estos motivos el pasado 28 de septiembre agrupaciones de izquierda y
sindicales, junto con organizaciones sociales y de derechos humanos, realizaron
manifestaciones y cortes de rutas solicitando la inmediata reincorporación de
los trabajadores despedidos por Kraft Foods; repudiando la brutal represión que
realizó la Policía Bonaerense días atrás; y reclamándole al gobierno argentino
que no sean los trabajadores la variable de ajuste de un sistema económico en
crisis.