Argentina, la
lucha continua....
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Córdoba: Todos con Ramona por la dignidad campesina
Prensa Red
El miércoles 28 en Tribunales de Dean Funes serán los alegatos y posible
sentencia del caso que puso en evidencia el plan empresarial de despojo
campesino para sojizar el norte de Córdoba. El 30 de diciembre de 2003, una
topadora resguardada por vastos efectivos policiales destruía la vivienda de la
familia Bustamante.
Fue el principio de una larga resistencia. En los medios de comunicación, en el
festival de Cosquín, en diversos tribunales, en las calles, una señora bajita
entrada en años asumía la responsabilidad de ponerle rostro a la dignidad que le
demostrara a la sociedad cordobesa que había un campo profundo que estaba siendo
sometido a la barbarie deshumanizante que pretendía despoblar.
Altivos jinetes pseudoapocalípticos venidos del sur en monstruosos vehículos de
doble tracción, venían realizando con éxito su cruzada estableciendo desiertos
verdes por doquier. Pero en el lugar menos pensado, alguien se resistió a dejar
caer los montes. Cayeron casas, ranchos y corrales, pero los montes no. Y las
personas que lo habitaban tampoco.
Una bandera se plantó con fuerza para negar lo que parecía irrefutable: un
progreso químico impulsado por barones ruralistas ofreciendo porotos -cual
espejitos de colores- para la salvación de la patria. El efecto colateral de una
viejita despojada, a partir de allí, se transformó en miles de familias
cordobesas desenmascarando un modelo hasta entonces incuestionable.
Una justicia tuerta
La Ciudad de Dean Funes -como Cruz del Eje o Villa Dolores- no se caracteriza
por las luces de neón y los grandes centros comerciales, más bien parece una
gigantesca comunidad campesina. Sin embargo, el poder judicial que allí reside
pareciera no entender como emplean la tierra, viven y trabajan las familias de
campo adentro. Cuando la tierra comenzó a adquirir valor (y antes también)
centenares de familias de pequeños productores tuvieron que intentar demostrar
que era verdad que vivían donde vivían, que era cierto que sus padres, sus
abuelos y sus bisabuelos también habían vivido allí. Parecía un mal chiste, pero
gente desconocida con negocios bajo el brazo acudía a esa misma justicia para
exigirle la propiedad de la tierra para ellos. De esa manera, en más de veinte
años la tierra cambio de manos y el Poder Judicial se transformó en uno de los
instrumentos para posibilitarlo.
Siendo este caso un claro ejemplo del paradigma de justicia que ha servido de
cómplice a la apropiación grosera y avarienta de tierras campesinas
A pesar de que las leyes son claras sobre los derechos de los poseedores,
pareciera que el ánimo de los magistrados siempre fue desconocerlos, haciendo
primar el ánimo empresarial y los documentos de dudosa procedencia por sobre lo
que se daba de hecho. Bastaba que algún juez se dignara a bajar a terreno y
mirar a través de sus ojos.
Pero esto parece aun lejano teniendo en cuenta que durante el transcurso de este
juicio y tantos otros, aflora el favoritismo, la dudosa imparcialidad, y la
arrogancia al mejor estilo inquisitivo, de jueces como el presidente de la
cámara de Dean Funes, que no dudan en maltratar al pobre y tartamudo, y tratar
con toda la deferencia y colaborar a la defensa de los de los bien hablados… Sin
contar con que se modifican los contenidos de las actas de debate o el mismo
juez incorpora prueba a favor de los bien hablados.
Una justicia para todos
En la situación actual el campo profundo parece haber dejado de ser invisible.
Muchas familias han podido gritar que su destino no necesariamente debe estar en
los cinturones de pobreza de las ciudades y pueblos. Que en esos campos que
habitan se producen los alimentos de verdad para todos, que esos montes que
resguardan le dan oxígeno a todos, que a pesar de no tener agua, ni caminos, ni
servicios básicos, vivir allí vale la pena. Es hora de que el Poder Judicial
entienda las lógicas del campo. Es hora de que le ponga un coto a las mafias de
abogados, empresarios y funcionarios para hacerse de la tierra. Los fraudes al
Registro de la Propiedad de la Provincia son un clarísimo ejemplo: así se han
manejado las cosas en estos años.
Hoy la lucha del campesinado cordobés pone el ojo en Represa de Morales, donde
un abogado travestido se pasa de bando para terminar de pergeñar la estafa, y en
Las Maravillas, donde los hermanos federados Scaramuzza hacen que los hermanos
de Ramona Bustamante digan no conocerla para darle sustento al engaño con que
pretenden hacerle creer a los jueces que el campo es de ellos.
Por todo esto, el Movimiento Campesino de Córdoba convoca a hacer oír a la
provincia un grito de justicia real. El miércoles 28 en la plaza central de la
ciudad de Dean Funes exigiremos el fin de la impunidad durante los alegatos del
juicio en donde están imputados los desalojadotes de Oncativo, frente a quienes
Ramona Bustamante con sus 83 años bien puestos volverá a ponerle el rostro a la
dignidad campesina.
¡Ni un metro más! ¡La tierra es nuestra!
Movimiento Campesino de Córdoba (MCC)
Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI)