Argentina, Santa Fe: Relatos dolorosos en pos de justicia. Más
testimonios sobre la historia de la familia santafesina Laluf-Benassi
Redaccion Rosario
Marta Benassi y su marido Carlos Rodolfo Laluf fueron vistos por última vez en
el centro clandestino de detención Quinta de Funes, junto a otros quince
detenidos políticos que también están desaparecidos. Este miércoles, tres de sus
familiares declararon en el juicio que investiga qué pasó con los secuestrados
de ese campo de concentración y quiénes fueron los responsables de sus
homicidios y desapariciones.
Los relatos que se escucharon en la decimocuarta jornada del juicio Guerrieri-Amelong
fueron, sobre todo, relatos de dolor, del amor de Marta por su hijo, Carlos
Ignacio –separados por los represores cuando el nene tenía dos años–; de la
crianza de Nachito, de la dificultad para elaborar un duelo todos estos años y
de la importancia de este juicio para ellos como familia.
Este miércoles se desarrolló una nueva audiencia en el Tribunal Oral Federal Nº
1 de Rosario, por el juicio contra cinco de los represores de la última
dictadura militar que actuaron en los centros clandestinos de detención
conocidos como La Calamita, Quinta de Funes, Escuela Magnasco, La Intermedia y
Fabrica Militar de Armas. Los tres testigos que declararon esta jornada, Alicia
Genolet de Benassi, Carlos Benassi y Carlos Ignacio Laluf, son familiares de dos
de las diecisiete personas por las que se acusa a los represores de "privación
ilegítima de la libertad, tormentos, homicidio y desaparición física".
Cabe recordar que el periodista de Rosario 12, Juan Carlos Tizziani, quien
declaró en este mismo juicio una semana antes, había ya aportado datos sobre la
historia de la familia santafesina Laluf-Benassi.
En su declaración Tizziani reprodujo un audio de una entrevista realizada a Don
Carlos Laluf (ya fallecido), padre del desaparecido, Carlos Rodolfo. En el
relato que Tizziani reprodujo de Laluf padre –quien además fuera presidente de
la Comisión de Familiares de Presos Políticos desde la dictadura de Agustín
Lanusse, primera vez que fue apresado su hijo–, se escucharon fragmentos de la
dura historia familiar, entre ellos, el del día en que los padres del
desparecido de la Quinta de Funes recibieron a su nieto con una carta de Carlos
Rodolfo que decía que "con ellos estaría más seguro el nene"; y el relato del
asesinato de la otra hija de "Don Carlos" –hermana del desaparecido–, quien
junto a su pareja fue acribillada en su casa de Córdoba por otra patota de la
dictadura, en agosto de 1977.
Tizziani también leyó algunas cartas enviadas por Carlos Rodolfo a sus padres y
presentó además dos entrevistas realizadas a otros familiares de víctimas de la
Quinta de Funes, todas oriundas de Santa Fe –ciudad de la que también es
originario el periodista–.
Los tres testimonios
Alicia Genolet de Benassi fue la primera en prestar declaración testimonial este
miércoles ante el TOF1 de Rosario, presidido por el juez Otmar Paulucci.
Alicia, cuñada de Marta María Benassi y Carlos "Nacho" Laluf, contó que el 4 de
septiembre de 1977, a las 18 aproximadamente, llegó a su casa y estaba Lita, la
madre del desparecido Carlos Laluf, con Carlos Ignacio (Nachito) –el nene de dos
años hijo de Marta y Carlos–. "Lita de Laluf, estaba llorando. Carlos Ignacio
con un peluche un bolsito y una carta donde Marta nos pedía que lo cuidemos
hasta que se pudieran encontrar de nuevo", recordó Alicia.
"El 20 de septiembre –relató Alicia al tribunal– recibimos una segunda carta
donde es más explícito el pedido para que lo cuidemos. Siempre tuvimos el
presentimiento que estaban detenidos, hay varias cartas donde Marta reitera este
pedido. Carlos Ignacio fue dejado en la Plaza de la Bandera en Santa Fe, junto a
una nena que también tenía una carta y una dirección. Ese día llamaron por
teléfono y atendió Lita ya que Don Laluf estaba en la cancha, y le dijeron que
vaya a la plaza a retirar a su nieto".
Alicia continuó su declaración muy emocionada: "Don Carlos Laluf era quien
mandaba y recibía cartas a una casilla de correo. Para navidad del ‘77 mandan
regalos para Carlos Ignacio y mis hijas en una caja. Las cartas tienen muchas
contradicciones. Entre el 20 de septiembre y el 15 de noviembre no hay
comunicación lo que genera mucha angustia".
Unos meses antes del secuestro
"El 11 de agosto de 1977 –rememoró Alicia– le habían festejado a Nachito su
cumpleaños en Rosario, hay fotos de ese cumpleaños, al que no vamos. El fin de
semana del 17 de agosto viajan a Buenos Aires Marta, Carlos, Carlos Ignacio,
Carlos padre y Lita –también hay fotos de ese viaje–. Entre esa fecha y el 4 de
septiembre ubicamos su secuestro".
Alicia señaló repetidas veces la desesperación que se leía en las cartas de
Marta con respecto a estar alejada de su hijo, que "esté seguro", su "miedo a
que le pase algo", y que sus tíos "le hablen siempre de ellos, que le muestren
fotos, que los recuerden". Alicia indicó que la primera carta con la que llega
Nachito la queman "por temor".
La testigo también relató el estado en que llegó Nachito, "con ropa sucia, que
parecía no ser la de él y en un estado de desasosiego." Contó además que en dos
ocasiones hay camiones del ejército parados en la puerta de su casa lo que los
asusta mucho.
El segundo testigo en declarar este miércoles fue Carlos Benassi, hermano de
Marta. Carlos habló de la militancia de su hermana, de "su formación cristiana",
y recordó un viaje a Tucumán, desde donde ella le dice –en una carta–: "no sabes
la miseria que veo acá no podemos no hacer nada".
Benassi señaló que Marta se había ido a vivir a Córdoba a principios de la
década del setenta. En ese entonces fueron detenidos por primera vez junto a su
marido y quedan prisioneros, Marta en Devoto y Carlos en Rawson hasta el 25 de
mayo del 73.
Carlos expuso al tribunal un relato similar de la llegada de Nachito. También
advirtió sobre las contradicciones que notaban en las cartas, la ausencia de
llamados telefónicos, la preocupación constante por Carlos Ignacio.
"Años después –explicó el testigo– vienen a la casa donde vivían en Rosario
Marta y Carlos de calle Barra y la encontraron ocupada por una mujer que les
dice que se la dio un amigo militar. Y que ella paga todos los impuestos".
Carlos indicó que vecinos les contaron que "un día se llevaron a las personas
que vivían en la casa y otro día vinieron camiones del ejército y cargaron
muebles".
Benassi se detuvo un instante para referirse a la búsqueda constante de
información de "Don Carlos Laluf" –padre del desaparecido de mismo nombre–, y
leyó algunos pedazos de un relato que dejó antes de morir, donde explica todos
los hechos ya relatados, y donde habla de cómo fueron armando esta historia
luego, cuando aparecieron otros relatos, como el testimonio de de Jaime Dri".
Conmovido y casi sin aliento, Carlos también expresó que las cartas de Marta, su
hermana, "son cartas de amor".
Nachito
El último en declarar en la jornada fue Carlos Ignacio Laluf, el hijo de los
desaparecidos Carlos y Marta. Como en una novela de García Márquez –aunque de
realismo trágico más que mágico–, las historias de tres Carlos Laluf se
sintetiza en la vida de Nachito, quien en su testimonio se refirió
fundamentalmente a sus vivencia personales a partir de esta situación de
desgarro familiar.
Carlos Ignacio explicó que armó su historia "con los relatos de tíos y abuelos",
contó que no le faltó nada, pero que "le quitaron la base de la familia", el
haber podido vivir con sus padres, a quienes extrañó mucho. También recordó que
durante su infancia temía al sonido de las sirenas y que por mucho tiempo se
quedaba escondido debajo de la mesa.
Carlos Ignacio se ocupó de dejar en claro, al concluir su delcaración, que fue
"víctima de todo esto" y que espera "que se haga justicia".