Argentina, la
lucha continua....
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Entre el espionaje y la represión
Prof. Juan Carlos Sánchez
El 9 de diciembre de 2007 asumía el actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires, Ing. Mauricio Macri y solamente la elección de la fecha, un día
antes del Día Internacional de los Derechos Humanos, anticiparía la verdadera
cara de su gestión que hoy está empañada por el espionaje a los docentes, la
prepotencia en el Centro de Salud Mental Nº 3 "Dr. Arturo Ameghino" y la
represión a manos de la UCEP (Unidad de Control del Espacio Público), cuya
actuación fue severamente cuestionada pero también hace presumir el futuro rol
de la Policía Metropolitana.
Admirador confeso del intendente de facto, Brigadier Orlando Cacciatore,
asistente perfecto en la cumbre derechista de Rosario y ferviente seguidor de
Bergoglio, el Ing. Macri no trepida en seguir avanzando sobre la Constitución de
la Ciudad e inclusive, desconociendo los fallos judiciales en el fuero
Contencioso - Administrativo. Resulta evidente que pretende construir un Derecho
a su medida, a través de la fuerza, de las amenazas y de la intimidación como
también mediante la introducción de severas restricciones al amparo, instituto
jurídico básico para la defensa de los derechos y garantías constitucionales que
emergen de la Ley Suprema de la Ciudad de Buenos Aires.
Si era grave la designación de Jorge "Fino" Palacios al frente de la Policía
Metropolitana, no lo es menos el espionaje que se realizó y se realiza desde el
Ministerio de Educación mediante la actuación de un ex-agente de inteligencia y
mucho menos aún, los arteros ataques de las brigadas de la UCEP a quienes la
vida llevó a ocupar las calles como producto de la sistemática exclusión social.
Entre el espionaje y la represión, pese al público reclamo que llevó a la
destitución del ahora procesado ex-Jefe de la Metropolitana, el Gobierno de la
Ciudad insiste en los mecanismos persecutorios por la fuerza, pero también a
través de otros que no son menos intimidantes. El recambio violento de
autoridades en un Centro de Salud Mental habla a las claras de las verdaderas
intenciones que existen en los funcionarios superiores del actual Gobierno, como
también la falta de pago de los haberes de los docentes con horas
institucionales y aquellos que cambiaron de condición, de interinos a titulares,
operan como nuevos instrumentos represivos.
Paralelamente, las deficiencias en la gestión se encuentran a la vista con obras
sin finalizar en diversas instituciones educativas de la Ciudad, la lenta
provisión de insumos en los Hospitales dependientes del Ministerio de Salud y la
contratación en negro de los trabajadores de la cultura, lo cual es excelente
ejemplo de las intenciones de privatizar la educación, la salud y la cultura de
esta Ciudad de Buenos Aires.
La Constitución de la Ciudad tiene un remedio para este tipo de funcionarios que
poco respeto tienen a la ley, pese a su discurso: la revocatoria de mandato.
Éste fue un instrumento pensado para dar estabilidad institucional dentro del
marco constitucional y que hoy se hace necesario, más que nunca, para detener el
proceso de destrucción sistemática de los derechos de la ciudadanía que,
asimismo, se agravan con el procesamiento de vecinos por pretender demandar
respuestas a los gobernantes.
Entre el espionaje y la represión, se impone una fuerte respuesta social y
política a través del impulso de la revocatoria de mandato, pues este Gobierno
vulnera los derechos de la ciudadanía tergiversando los valores democráticos
mediante su actuación pública y notoria que nos hace recordar otros tiempos que
creíamos superados.
Es hora de actuar antes que otra larga noche oscurezca la Ciudad y deje a los
derechos de todas y de todos en la total penumbra.