Argentina, la
lucha continua....
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Argentina: La pobreza acarrea problemas mentales
Elena Luz González Bazán
Néstor Sequeiros es el nombre del Hospital Psiquiátrico de Jujuy, su director
interino, Sebastián Romero Arenas, fue entrevistado por el medio Jujuy al día,
en dicha reportaje afirma que: "La situación socio económica podría acarrear
problemas mentales".
Además, se refirió al aumento de la demanda de atención psiquiátrica en un 60
por ciento en el 2008 relacionado con el 2007, y un 200 por ciento respecto al
2005.
Por otro lado, hizo alusión a la situación edilicia del hospital y resaltó la
necesidad de recrear el concepto de hospital también en la atención
psiquiátrica.
Sebastián Romero Arenas argumentó que a pesar de que las causas son
multifactoriales, una causante de patologías psiquiátricas puede encontrarse en
la situación económica y social del país y la provincia; "creo que con abrir el
diario todos los días y ver las noticias económicas y sociales basta para saber
en qué situaciones estamos, y estar expectantes sobre lo que va a pasar hace que
se eleven los niveles de estrés, y con este empiezan a aparecer las otras
patologías, como ansiedad, depresión, intentos de suicidio, abuso de sustancias,
esto se debe a la situación económica y social que se está viviendo en nuestro
país y nuestra provincia".
En el hospital Néstor Sequeiros se atiende a personas a partir de los 18 años,
cuenta con una capacidad de 50 camas, 20 para varones y 30 para mujeres, que se
consideran suficientes, desde la institución, para el ámbito de las patologías
psiquiátricas en San Salvador de Jujuy, aunque se trabaja con otras zonas del
país como Salta y se atienden casos de la República hermana de Bolivia, ya que
esta zona es fronteriza.
Igualmente, el doctor Romero Arenas, sostuvo que se está buscando la "desinstitucionalización",
desarrollar un trabajo como cualquier hospital, "estamos en un proceso de
cambio, dejando de ser aquel viejo hospital donde se dejaba el paciente para el
resto de su vida, eso no es un hospital, a un hospital donde uno va con una
enfermedad, pasa el período de enfermedad y se va a su casa, en los hospitales
psiquiátricos también debe ser así", recalcó.
El problema edilicio
El doctor Romero Arenas remarcó que debido al aumento de demandas de atención
registradas en los últimos cuatro años. 2005-2008, es importante el lugar de
atención hospitalaria. El hospital actual, o mejor dicho el edificio donde
funciona el Néstor Sequeiros es una casa de campo adquirida por el Estado, donde
terminó funcionando el hospital. Por ello afirma su director: "no es un
hospital, es una casa de campo adquirida por el estado donde terminó funcionando
el hospital, por eso necesitamos, y estamos buscando un proyecto para armarlo,
un nuevo hospital donde sólo se atiendan casos agudos, que tenga luego una
amplia inserción en la sociedad, y que tenga una movilidad, con la sociedad más
partícipe del Hospital".
Los recursos humanos
En este sentido Romero hizo mención a las necesidades de personal idóneo y con
formación, ya que en la provincia no se cuenta con prácticas residenciales en
psiquiatría y no hay centros de formación, como en Salta o Tucumán, en estas
provincias se está fortaleciendo el sistema de salud.
Romero dijo que se realizaron las primeras charlas con el Ministerio de Salud
para buscar "una formación específica en psiquiatría para fortalecer el
sistema".
Algunos datos sobre el Hospital Néstor Sequeiros
- Es el único de la provincia que trabaja con patologías mentales (monovalente);
- Su zona de influencia abarca Jujuy, Salta y zonas de Bolivia;
- Implementó una residencia en psiquiatría;
- Tiene una presencia importante a nivel nacional por su forma de trabajo y su
accionar;
- Funciona en una casa de adobe adquirida por el Gobierno a la familia
Castañeda, que fue modificándose a lo largo de 50 años.
Sólo remarcar dos aspectos, la falta de expectativas hace que cualquier ser
humano se sumerja en la más profunda desazón.
La desocupación que arreció desde la última dictadura militar, ahondándose
durante la década del noventa dejó un tendal de suicidios, familias destruidas y
diferentes niveles de depresiones, consumo de sustancias, alcohol y la incursión
en el juego para lograr ¨salvarse¨. A esto sumar la prostitución en todas las
edades.
Una familia actual de varias generaciones donde el trabajo no es vértice y
director de la vida familiar y social provoca la desnaturalización total de la
realidad. El trabajo regula y articula la vida familiar, barrial y social, la
falta de este provoca la desarticulación.
Los planes sociales no fueron el paliativo del hambre, sino el entierro en vida
de la sociedad que debió recurrir a ellos, se transformaron en rehenes de los
punteros políticos. No fueron planes de trabajo, no existió una obligación
laboral que cumplimentar, se fue degradando la cultura del trabajo, el oficio y
el conocimiento, la traslación generacional de la sabiduría adquirida en las
jornadas de trabajo, en el aprendizaje y en el conocimiento de los trabajadores.
Alguien se apropió de esos conocimientos y no fueron justamente los
trabajadores, porque el corte abrupto de enseñanza aprendizaje hizo que todo
quedara sepultado.
No podemos, lamentablemente, extrañarnos porque los problemas mentales
recrudezcan en las provincias más empobrecidas, que puedan ser parte de esta
debacle, es que hay una sociedad profundamente perjudicada… la que hoy vive al
borde del abismo…
Cuando remarcamos las políticas de Estado, se refieren exactamente a esto, el
conocimiento integral y acabado de las causas y consecuencias que provoca, en
este caso, la desocupación, que lleva al hambre, a la desarticulación familiar,
barrial y social y todo esto liquida la salud física y por estas declaraciones
autorizadas también la salud mental. El daño cerebral que ocasiona, en un niño
y/o niña mal alimentados en sus primeros seis años de vida, está comprobado.
Con este conocimiento, si hay voluntad política de resolver, todo se articulará
para terminar con el flagelo de la desocupación y solucionar todos los males que
acarrea.