El texto fue acordado al último minuto y aborda la biopiratería, una de las
cuestiones más controvertidas durante la novena Conferencia de las Partes (COP)
del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD). Muchos medicamentos que
generan ganancias millonarias a la industria farmacéutica se derivan de las
plantas. Es el caso de la penicilina, la ciclosporina, una droga inmunorepresora
utilizada ampliamente en el transplante de órganos, y el taxol, aplicado en los
tratamientos de quimioterapia.
El negocio de la biotecnología está cifrado en miles de billones de dólares. Tan
sólo en Alemania, el negocio con productos herbolarios es estimado en unos 3.500
millones de euros anuales.
Para preservar la biodiversidad del planeta, plantas, animales, pero también
microbios y hongos, ecosistemas y potencial genético, los países adoptarán un
lineamiento vinculante para el uso sostenido de los recursos naturales y será
formulado en el 2010 en Nagoya, Japón, en donde tendrá lugar la 10ª. Conferencia
de las Partes (COP).
El llamado "sistema de acceso y beneficio" (ABS), alude al acceso a los recursos
genéticos y biológicos de la naturaleza y una distribución justa de los
beneficios resultantes a los países y comunidades que preservan estos recursos y
conocimientos ancestrales.
Las trasnacionales farmacéuticas y agroindustriales son las principales
interesadas en tener acceso a estos recursos para desarrollar productos,
apropiándose de ellos a través de patentes.
¿Abrir las puertas a un nuevo saqueo?
Sin embargo aunque una legislación internacional podría establecer un sistema
más equitativo en el acceso y beneficio de los recursos, representantes
indígenas se muestran escépticos. "El interés principal es el acceso de las
empresas a los recursos y no tanto el reconocer que los pueblos y las
comunidades indígenas tienen derecho a conservarlos y a disfrutarlos de acuerdo
a su propia visión", dice el mexicano Aldo González, representante zapoteco de
la Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez, Oaxaca, (UNOSJO).
El activista señala que en México existe una iniciativa de ley, pero es "para
permitir el acceso a las empresas trasnacionales". "Preferimos que no se legisle
porque están abriendo las puertas a un nuevo saqueo, ahora será un saqueo
legal", afirma.
Un grupo de 30 organizaciones civiles demandaron en el marco del encuentro que
se reconozcan los derechos inalienables de los pueblos indígenas y de las
comunidades locales, así como su derecho a negar el acceso a los recursos
genéticos y al conocimiento tradicional y en todo caso definir las condiciones
que garanticen la verdadera y justa repartición de los beneficios que emanen de
todo acceso. El caso de una planta medicinal llamada Jeevani, proveniente de la
India muestra claramente esta problemática.
Remedio milagroso
Uno de los casos más sonados en la biopiratería internacional es el de una
planta milagrosa proveniente de la India a la que se le atribuyen las
propiedades para combatir el estrés y la fatiga. Proporciona una energía
ilimitada durante horas y es un secreto tribal del pueblo de los Kani, una
comunidad nómada que se ha asentado en las montañas al suroeste de la India.
Fue descubierta accidentalmente durante una expedición científica en 1987, su
desarrollo y comercialización estuvieron regulados por un acuerdo de beneficio a
partes iguales que convirtió a la India en país pionero en el concepto de acceso
y beneficio compartido.
El medicamento fue llamado Jeevani y comercializado a partir de 1995. Aunque un
60% de la comunidad Kani se ve beneficiada por su comercialización en la India,
no así por su venta en EEUU, en donde es muy popular pero donde la licencia ni
los acuerdos de beneficio compartido tienen validez.