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NanoAlimentos: El futuro de su Comida
Gian Carlo Delgado
Ecoportal.net
La nanotecnología manipula la materia a escala nanométrica, es decir a la mil
millonésima de metro. Alude al diseño, caracterización y producción de
nanoestructuras, esto es dispositivos y sistemas a partir de "controlar" la
forma, el tamaño y las propiedades de la materia a dicha escala. Las
aplicaciones son amplias y abarcan lo civil y lo militar. Por ejemplo, los
materiales nanoestructurados ya son utilizados, desde la fabricación de
neumáticos de alto rendimiento o de telas con propiedades antimanchas, hasta la
de cosméticos, fármacos y nuevos materiales para usos en electrónica,
aeronáutica o armas de última generación (más potentes, ligeras, etcétera).
El avance de la nanotecnología ha generado una doble atención. Por un lado, se
observan amplios beneficios que posibilitarían la potencial reestructuración, en
principio, de todo el entorno material que nos rodea. Y, por el otro, se
identifican posibles implicaciones que esa transformación generaría en el medio
ambiente y, de ahí, en la salud, puesto que estarían presentes novedosas
nanoestructuras diseñadas por el ser humano y cuyas características, en su gran
mayoría, son todavía desconocidas. A pesar de ello, el entusiasmo es creciente.
La expansión del negocio, calculado en ventas por unos 50 mil millones de
dólares (mmdd) en 2006, alcanzará al cierre de 2008 un monto de entre 100 y 150
mmdd. Para 2010 se habla conservadoramente de 500 mmdd y para 2015 del billón de
dólares. No es casual que el gasto mundial en investigación se ha elevado: pasó
de unos 430 millones de dólares en 1997, a 3 mmdd en 2003; a 8.6 mmdd en 2004; y
a 12.4 mmdd en 2006.
La nano-agroindustria. Con pocas aplicaciones en el mercado, las
ganancias "nano" del sector se estiman en 2.6 mmdd para 2003 y siete mmdd para
2006. Las proyecciones sugieren hasta 20 mmdd al cierre de esta década. Tal
boom se debe a que la nanotecnología promete revolucionar la agroindustria
como un todo. Es decir, en tanto la producción agrícola, el procesamiento de
alimentos y su empaquetamiento.
1. En la producción agrícola se habla de "cultivos de precisión", sobre
todo de bienes relativamente caros y que por tanto permiten fuertes inversiones.
Dígase, por ejemplo, la uva para vino o el tomate cherry de cultivo hidropónico.
El paquete nanotecnológico incluye, además del eventual "perfeccionamiento" de
la manipulación a nivel atómico-molecular del ADN, el uso conjunto de
computadoras, sistemas de posicionamiento global, micro/nano dispositivos
sensoriales remotos, así como nuevos agroquímicos "nanomejorados"; todo con el
objeto de: a) monitorear en tiempo real las condiciones ambientales y del suelo,
así como del desarrollo de las plantaciones (incluyendo el estrés); b) controlar
los insumos empleados; y c) identificar eventuales patógenos, plagas u otros
inconvenientes como los relacionados a las condiciones óptimas de almacenamiento
de granos u otros productos agrícolas (humedad, temperatura, etcétera).
Y es que se considera posible un "tratamiento inteligente" que, similar al de la
nanomedicina, pueda monitorear y diagnosticar la salud de los cultivos y,
consecuentemente, a partir de desarrollar "nanoestructuras inteligentes",
entregar dosis adecuadas de herbicidas, pesticidas, nutrientes, etcétera. De
modo similar funcionaría la nanoveterinaria tanto en lo que refiere al
monitoreo, diagnosis, tratamiento e intervención terapéutica de animales.
Monsanto (Estados Unidos), Syngenta (Suiza), Bayer y BASF (Alemania) se perfilan
a la cabeza del negocio.
2. En los alimentos procesados las nanoaplicaciones son diversas, aunque
el grueso gira en torno al uso de diversas nanoestructuras como plataformas
ideales para el nanodiseño, introducción y funcionalidad de conservadores,
saborizantes, nutriceúticals (vitaminas, etcétera) y otros aditivos para la
elaboración de alimentos "a la medida" del consumidor. El sostén tecnológico es
el diseño de nanoestructuras que puedan ser "activadas" al contacto con la
saliva o los jugos gástricos, entre otros medios. En el primer caso se habla de
intensificadores de sabor, mientras que en el segundo, de bloqueadores del
mismo. El pan de caja de la autraliana Tip Top ya hace uso de nanopartículas
rellenas de aceite de pescado como fuente de Omega 3, mismas que se rompen una
vez ingeridas de modo que el consumidor no detecte el "mal sabor".
Las expectativas han llevado al grueso de los gigantes de la industria a
desarrollar todo tipo de nanoestructuras multi-funcionales, muchas de las cuales
tendrán a su estómago como destino. Tal es el caso de Nestlé (dueña también del
49 por ciento de L'Oreal; en la vanguardia de nanocosméticos), Kraft (EUA; que
encabeza la iniciativa privada involucrada en el diseño del plan de acción de
ese país en nanoalimentos), Heinz (EUA), Unilever (Reino Unido/Holanda), entre
otras.
3. Las nanoaplicaciones en empaquetamiento son revolucionadoras. De las
investigaciones más sonadas está la "lengua electrónica" de Kraft, una
plataforma de nanosensores extremadamente sensibles a gases que desprenden los
alimentos cuando se echan a perder y que hacen que un indicador cambie de color.
Se suman materiales como la película de embalaje Durethan (de Bayer Polymers)
que es más fuerte y resistente al calor que el resto de las que se encuentran en
el mercado. Además, protege los alimentos envasados de la humedad y del oxígeno
por la vía de nanopartículas de silicate introducidas a la película
nanoestructurada. El uso de nanopartículas bloqueadoras de rayos UV (de dióxido
de titanio), antimicrobianas y antibacterianas (de plata) también prometen
alargar el tiempo de vida de productos perecederos.
Se suma el "empaquetamiento inteligente" y que incluye técnicas de "nano-impresión"
(nanocódigos de barra) y de nanocodificación de materiales plásticos y de papel
para propósitos de autentificación por radio frecuencia. Se trata de rasgos
útiles tanto para la protección de marcas y patentes, como para el rápido y
fácil manejo de millones de paquetes por parte de cadenas como Walmart o
Carrefour.
Depurar anaqueles: En apego al Principio Precautorio, todos los productos
relacionados con alimentos, bebidas (incluidos los suplementos nutricionales) y
forrajes que incorporen nano partículas manufacturadas deben ser retiradas de
los anaqueles hasta el momento que entren el vigor los regímenes regulatorios
que sí tomen en cuenta las características especiales de estos materiales, y
hasta que se demuestre que los productos son seguros, etc.
Incertidumbres de la nanotecnología. Tomando nota de la complejidad e
incertidumbre que rodea las nanoestructuras en cuanto a sus potenciales impactos
al medio ambiente y la salud (contaminación, alergias, intoxicación, alteración
del ADN, etcétera), es de esperarse que el uso masivo de éstas en la
agroindustria, conlleve a que el orden de probabilidad de riesgo sea aún
mucho mayor. Y si bien la discusión está sobre la mesa en el marco de entes como
la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la Unión Europea
o la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos, entre otros, se
aprecia cuando menos pertinente y urgente el estudio sobre la reactividad de las
nanopartículas y sus interacciones, no sólo inmediatas y reducidas a espacios
determinados, sino también en el largo plazo y en una situación de saturación
ambiental global con diversas nanopartículas pululando y potencialmente
reactivas. Lo mismo es válido en relación a la salud, pues la investigación no
sólo debe enmarcarse al análisis nanotoxicológico (exposición inmediata) sino a
las potenciales implicaciones de largo plazo ocasionadas por una convivencia
permanente con esas nanoestructuras. Dígase por la vía de los alimentos. En el
proceso, es claro que el diálogo y la participación activa del público es
fundamental.