Nuestro Planeta
|
Argentina: El bosque de Córdoba, en manos lucrativas
Prensared
El Movimiento Campesino de Córdoba (MCC) denuncia, en un exhaustivo documento,
la connivencia que se viene tejiendo en los últimos años entre el Gobierno
Provincial y los agronegocios -representados en la Mesa de Enlace- y sus
peligrosas consecuencias sociales y ambientales.
Documento de la Organización de Campesinos Unidos del Norte de Córdoba (Ocunc),
integrante del Movimiento Campesino de Córdoba (MCC).
De bosque nativo sólo quedan 1,9 millones de hectáreas remanentes en la
provincia, de las cuales apenas entre 5 y 10 mil están en buen estado de
conservación.
En el medio, hubo profundos cambios en el uso de la tierra en los últimos 15
años, que afectan gravemente a 3 millones de hectáreas. La expansión de las
áreas agrícolas en el Noreste y la ganadería intensiva en el Noroeste árido de
la provincia añadieron no sólo problemas ambientales recientes y preocupantes,
sino que además importantes desplazamientos de pobladores y conflictividad en el
medio rural.
En Córdoba, una abrumadora mayoría de instituciones sin fines de lucro,
investigadores de diversas disciplinas de las Universidades Nacionales de la
región, técnicos del INTA, coinciden con los efectos sociales perniciosos del
proceso de agriculturización del uso del suelo, como la disminución de la
población rural o campesina, la creciente pobreza rural, y la concentración de
la propiedad de la tierra entre otros fenómenos.
Por otra parte, no pocos investigadores están abocados al estudio de las efectos
ambientales de estos cambios: plagas de tucuras y lepidópteros, aumento de las
vinchucas, mortalidad de algarrobos del bosque, salinización y contaminación de
napas, descenso de las napas freáticas, desbordes de ríos, eutrofización de
lagos como la Mar Chiquita o el Dique San Roque, incendios, contaminación por
herbicidas y fertilizantes de las aguas de bebida y un etcétera largo.
En general, desde el advenimiento de la democracia, en cuanto a políticas
ambientales se refiere, el panorama político estuvo marcado por las idas y
venidas del gobierno provincial, con muy poca contundencia y claridad en sus
reacciones tardías.
Con el advenimiento del gobierno justicialista de José Manuel De La Sota y la
línea continuista de Juan Schiaretti se abocaron a cerrar la mayor cantidad de
frentes con el campo agrícola, rebajándoles impuestos, flexibilizando las leyes
de desmontes, minimizando los controles y castigos en sonados casos de
contaminación ambiental por agrotóxicos, dejándoles que controlen el
abastecimiento de ciudades y el transporte de las rutas durante 130 días, entre
otros gestos.
Desde el año 2005, la Mesa de Enlace Provincial ya se había organizado en
defensa de sus intereses, constituyendo un conspicuo grupo de presión, presente
regularmente en la desacreditada Agencia Córdoba Ambiente SE.
De esta forma, a los numerosos extravíos de expedientes en falta, le sucedió la
constante renovación de funcionarios con muy poca idoneidad: Ingenieros civiles,
veterinarios, abogados, etc., que a pesar de todo se renovaron más lentamente
que el departamento Legales de dicha agencia.
El aprovechamiento de los Bosques es regulado a nivel nacional por la ley Nº
13273, que tiene su equivalente provincial en la ley de Bosques Nº 8066.
Actualmente ha sido sustituida por la controvertida sanción de la Ley N 26331
también conocida como "Ley Bonasso".
Como antecedentes de intento de protección, en el año 2003 el Gobierno
provincial sanciona el Decreto Nº 891/03 creando en los departamentos Tulumba,
Ischilín, Cruz del Eje, Minas, Pocho, San Javier y San Alberto el "Corredor
Biogeográfico del Chaco Árido", declarando de interés público la conservación y
desarrollo de las biorregiones contenidas en ellos, los remanentes boscosos y
los ambientes naturales que los contienen.
Prácticamente, lo que generaba era la exigencia de Estudios de Impacto Ambiental
para cualquier intervención, lo que generaba algunas barreras técnicas para
aquellos que quisieran realizar desmontes para habilitar tierras para
agricultura y ganadería.
Durante el 2004, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (SAGPyA)
difunde los pavorosos números de los desmontes en Córdoba, las innumerables
denuncias de ONGs y particulares llevaron a la provincia a sancionar una tibia
ley Nº 9219 de prohibición de los desmontes totales. Previo a ello había llegado
a un consenso con aquella Mesa de Enlace ad-hoc del empresariado rural (FAA,
CONINAGRO y CRA locales) para flexibilizar los trámites para los desmontes para
ganadería y agricultura plasmado en los términos de referencia firmados en la
Resolución Nº 010/05.
Dicho instrumento no especifica la proyección en el tiempo de las actividades,
criterios de control de leñosas, podas, no prescribe de manera clara los
criterios de desmontes por clases diamétricas por lo que las pautas de
conservación son difusas.
Paralelamente, las organizaciones de pequeños productores campesinos del
Movimiento Campesino de Córdoba comienzan a movilizarse por la protección del
monte y el acceso a las políticas de blanqueo de la producción foresta.
Los incumplimientos por parte de los empresarios del campo de las condiciones
por ellos consensuadas en los "términos de referencia" son dramáticos, desde
incumplimientos de plazos y modalidades de desmonte selectivo, utilización de
maquinaria y métodos de devastación del bosque, falta de cumplimiento de
regularización de multas y reforestación, etc, etc… se suceden periódicamente
según los mismos funcionarios de la Secretaria de Ambiente provincial y
constituyen una constante.
Así, según los datos provenientes de la ex Agencia Córdoba Ambiente SE, muchos
de estos personajes son bastante conocidos, renombrados miembros de grupos de
presión e integran sociedades rurales o conocidas compañías exitosas del agro
cordobés: ejemplos sobran, como Waler Orodá, organizador del foro de la ley de
desmonte junto con el técnico asesor Enrique Seia, columnista del Suplemento del
Campo del diario La Voz del Interior, ambos estrechamente vinculados a la
Sociedad Rural de Jesús Maria; Miguel Mizzau, otro conocido empresario de la
firma Agroempresa Colón y GATOPA; Octavio Crespo, quien posee el negocio de la
caza de palomas denunciados por la contaminación con plomo; Jorge Galfre,
conocido empresario de la soja de Piquillin, con conflictos con campesinos en la
zona de Tintina en Santiago del Estero, y Leonardo Apellaniz, miembro de la
Sociedad Rural de Villa Dolores.
La lista se podría completar por aquellos que han sido denunciados por el
Movimiento Campesino de Córdoba por usurpar posesiones campesinas mientras
destruyen los recursos naturales de las comunidades, tal es el caso de Fritzler,
empresario del cítrico de Gualeguaychu, quien tiene una toma ilegal de agua en
el Río Dulce mientras arrecia la sequía, o el caso de los enormes equipos de
riego de Patriti, empresario petrolero neuquino de Traslasierra que se ha
adueñado del agua subterránea en el Departamento Pocho, o el caso del suizo
Jacques Charriere, miembro de la Sociedad Rural de Cruz del Eje, quien es
responsable de varios desalojos y aprietes a familias campesinas (caso Esquina
del Alambre) del departamento Cruz del Eje, sus campos están totalmente topados
y poseen sistemas de riego que abusan del agua subterránea. Todos casos que se
constituyen en abiertas violaciones al código provincial de agua, dado que
amenazan la conservación de un recurso que es del estado.
También se podrían sumar referentes de la Mesa de Enlace cordobesa como los
Scaramuzza de la FAA Oncativo, quienes con topadora voltearon ranchos y bosques
de doña Ramona Bustamante en Las Maravillas, departamento Río Seco o las
empresas de desmonte de Miguel Picat, el halcón de la sociedad rural de Jesús
María, por su militancia y reciedumbre. Todos continúan trabajando, desmontando,
construyendo sus rolos enormes, pesados, arrancando árboles añosos con cadenas,
comprando bulldozers y orugas que, según los técnicos de la UNC, destruyen el
bosque nativo y dañan el suelo irreparablemente.
La Provincia, alarmada por estos lobbies y con la inminencia de definir un mapa
electoral para la administración Schiaretti en la siempre burbujeante interna
peronista, trató de contener las presiones minuteando.
Otros grupos y otros actores como el Movimiento Campesino de Córdoba, Asociación
Parques Nacionales Delegación Centro y la Universidad Nacional de Córdoba,
organizaron un foro con la sociedad civil para denunciar la inacción provincial.
De manera participativa, empezaron a proponer con la sociedad civil en
convocatoria abierta una propuesta por el ordenamiento de los bosques y su uso,
en consonancia con la recientemente sancionada ley Bonasso.
Por otro lado, con la anuencia del sector que responde a la SRA y CRA del
Gobierno provincial, el secretario de Agricultura, Héctor Fontán, y el
secretario de Ganadería, Daniel Carignano, vienen organizando reuniones secretas
con las sociedades rurales y técnicos afines de la Universidad de Córdoba.
De esta manera, tratando de cerrar un método, definiciones y apoyos en miras de
las internas del justicialismo el año que viene, acordaron un "foro por la ley
de desmonte", en la localidad de Quilino, este viernes 24, apoyados por el
Pasquín del Fondo de Inversión Sojero local Marca Líquida para la difusión y
usando como muestrario de buenas prácticas los campos "bien" del departamento
con más superficie desmontada en los últimos diez años: Ischilín.
Así, con el propósito de "limpiar de posturas extremas" las presiones que recibe
la Provincia por la real y efectiva aplicación de la ley Bonasso, de esta manera
el Estado provincial se haría cargo de los reclamos "legítimos" del sector
productivo, que se ve afectado una vez más, por las "políticas nacionales anti
campo". Ahora se les escucharía y se podría intervenir en la flexibilización de
la ley.
El plan estaría además garantizado porque la secretaria María Amelia Chiófalo,
ex intendenta del Sur de la provincia, Alcira Gigena, abogada, desconocedora
total de la realidad ambiental, depende orgánicamente del Ministerio de
Agricultura, de manera que ninguna decisión de esta secretaria se toma sin la
anuencia del ministro de Agricultura Carlos Gutiérrez.
Hoy, el enorme impulso de la ley se ha frenado, no se conoce si los fondos
previstos serán girados efectivamente, ante ello toda la estructura planificada
para la ejecución de la ley esta detenida, o no existe con lo cual las políticas
entraron en un "impass" nefasto, que ha permitido que se siga desmontando
ilegalmente, y que se organice la oposición del sector "productivo" quienes como
lo han demostrado pugnan por un estado "liberal", ausente del control del uso de
la tierra y de la distribución de la riqueza.