Síntesis del documental realizado por la dirigente brasileña
María Luisa Mendoca
Sobre la producción de etanol en Brasil
José Hidalgo
El monopolio privado de fuentes de energía es garantizado por cláusulas en
Acuerdos de Libre Comercio bilaterales o multilaterales.
El papel de los países periféricos es producir energía barata para los países
ricos centrales, lo que representa una nueva fase de la colonización.
Es necesario desmitificar la propaganda sobre los supuestos beneficios de los
AGROCOMBUSTIBLES. En el caso del etanol, el cultivo y procesamiento de la caña
de azúcar contamina los suelos y las fuentes de agua potable, porque utiliza una
gran cantidad de productos químicos.
El proceso de destilación del etanol produce un residuo que se llama vinaza. Por
cada litro de etanol producido, son generados de 10 a 13 litros de vinaza. Una
parte de este residuo puede ser utilizado como fertilizante, pero la mayor parte
contamina ríos y fuentes de aguas subterráneas. Si Brasil produce 17 000 ó 18
000 millones de litros de etanol por año, eso significa que por lo menos 170 000
millones de litros de vinaza se depositan en las regiones de los cañaverales.
Imaginen el impacto en el medio ambiente.
La quema de la caña de azúcar, que sirve para facilitar la cosecha, destruye
gran parte de los microorganismos del suelo, contamina el aire y causa muchas
enfermedades respiratorias.
El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil decreta casi todos
los años en São Paulo —que representa el 60% de la producción de etanol en
Brasil— una situación de emergencia, porque las quemas han llevado la humedad
del aire a niveles extremadamente bajos, entre 13% y 15%. es imposible respirar
en ese período en la región de São Paulo donde se cosecha la caña.
La expansión de la producción de agroenergía, como sabemos, es de gran interés
para empresas de organismos genéticamente modificados o transgénicos, como
Monsanto, Syngenta, Dupont, Bass y Bayer. En el caso de Brasil, la empresa
Votorantim ha desarrollado tecnologías para la producción de una caña
transgénica, que no es comestible, y sabemos que muchas empresas están
desarrollando este mismo tipo de tecnología, y como no hay medios para evitar la
contaminación de los transgénicos en los campos de cultivos nativos, esta
práctica pone en riesgo la producción de alimentos.
Con relación a la desnacionalización del territorio brasileño, grandes empresas
han adquirido ingenios de caña en Brasil: Bunge, Novo Group, ADM, Dreyfus,
además de los megaempresarios George Soros y Bill Gates .
Como consecuencia de esto, sabemos que la expansión de la producción de etanol
ha generado la expulsión de campesinos de sus tierras y ha creado una situación
de dependencia de lo que llamamos la economía de la caña, porque no es que la
industria de la caña genere empleos, es lo contrario, genera desempleo, porque
esa industria controla el territorio. Eso significa que no hay espacios para
otros sectores productivos.
Al mismo tiempo, tenemos la propaganda de la eficiencia de esta industria.
Sabemos que se basa en la explotación de una mano de obra barata y esclava. Los
trabajadores son remunerados por cantidad de caña cortada y no por horas
trabajadas.
En el estado de São Paulo, que es donde está la industria más moderna —moderna
entre comillas por supuesto— y es el mayor productor del país, la meta de cada
trabajador es cortar entre 10 y 15 toneladas de caña por día.
Un profesor de la universidad de Campinas, Pedro Ramos, hizo estos cálculos: en
los años ochenta los trabajadores cortaban alrededor de 4 toneladas por día y
sacaban el equivalente a más o menos 5 dólares. Actualmente, para sacar 3
dólares por día, es necesario cortar 15 toneladas de caña.
El propio Ministerio del Trabajo en Brasil hizo un estudio en el que dice que
antes 100 metros cuadrados de caña sumaban 10 toneladas; hoy, con la caña
transgénica, es necesario cortar 300 metros cuadrados para alcanzar 10
toneladas. Entonces, los trabajadores tienen que trabajar tres veces más para
cortar 10 toneladas. Este patrón de explotación ha causado serios problemas de
salud y hasta la muerte a trabajadores.
Una investigadora del Ministerio del Trabajo en São Paulo dice que el azúcar y
el etanol de Brasil están bañados de sangre, sudor y muerte. El Ministerio del
Trabajo en São Paulo, en el año 2005, ha registrado 450 muertes de trabajadores
por otras causas, como asesinatos y accidentes —porque el transporte hacia los
ingenios es muy precario— y también a consecuencia de enfermedades como paros
cardiacos y cáncer.
Según María Cristina Gonzaga, que hizo la pesquisa, esta investigación del
Ministerio del Trabajo muestra que en los últimos cinco años 1 383 trabajadores
de la caña han muerto solamente en el estado de São Paulo.
El trabajo esclavo también es común en este sector. Los trabajadores son
generalmente migrantes del nordeste o de Minas Gerais, que son seducidos por
intermediarios. normalmente el contrato no es directamente con la empresa, sino
a través de intermediarios, que en Brasil los llamamos "gatos", que seleccionan
mano de obra para los ingenios.
En el 2006, la Fiscalía del Ministerio Público inspeccionó 74 ingenios,
solamente en São Paulo, y todos fueron procesados.
Solo en marzo de 2007, los fiscales del Ministerio del Trabajo rescataron 288
trabajadores en situación de esclavitud en São Paulo.
Ese mismo mes, en el estado de Mato Grosso se rescataron 409 trabajadores en un
ingenio que produce etanol; entre ellos había un grupo de 150 indígenas. En esa
área del centro del país, en Mato Grosso, hay esta característica de utilizar
indígenas en el trabajo esclavo de la caña.
Todos los años cientos de trabajadores sufren condiciones semejantes en los
cañaverales. ¿Cómo son estas condiciones? Trabajan sin un registro formal, sin
equipos de protección, sin agua o alimentación adecuada, sin acceso a baños y
con viviendas muy precarias; además, tienen que pagar por vivienda, por comida,
que es muy cara, y necesitan pagar por instrumentos como botas y machetes y, por
supuesto, en caso de accidentes de trabajo, que son muchísimos, no reciben el
tratamiento adecuado.
Para nosotros, la cuestión central es eliminar el latifundio, porque detrás de
esta imagen moderna hay un problema central, que es el latifundio en Brasil y,
por supuesto, en otros países de América Latina. También es necesaria una
política seria de producción de alimentos.
Con esto quería presentar un documental que hicimos en el estado de Pernambuco
con trabajadores de la caña, que es una de las regiones donde más se produce la
caña de azúcar, y así ustedes van a ver realmente cómo son las condiciones.
Este documental fue hecho con la
Comisión Pastoral de la Tierra en Brasil y con
sindicatos de trabajadores forestales del estado de Pernambuco.
Aporte personal:
No caigamos en trampas mediáticas. Cuando el Imperio habla de Biocombustibles,
es para disfrazar la destrucción de los alimentos, para producir combustibles.
Que descaro llamar Bio (VIDA) lo que produce MUERTE. Lo lógico es llamarles
"AGROCOMBUSTIBLES".