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"Libertad, basta de miedo, no nos vigilen"
Noticias Biodiversidadla
En momentos donde la vigilancia global se expande, un amplio movimiento de
activistas y organizaciones hacen un llamado para unirse en una jornada contra
la vigilancia y el control social por parte de gobiernos y empresas. El 11 de
octubre de 2008, se tomarán las calles en diversos paises de europa bajo el lema
"Libertad, No Miedo 2008". En varias capitales del mundo se desarrollarán actos
pacíficos y creativos, desde marchas de protesta a demostraciones artísticas y
fiestas. Gobiernos y empresas registran, vigilan y controlan exhaustivamente, y
cada vez más, nuestro comportamiento. No importa lo que hagamos, a quien
llamemos por teléfono, con quien hablemos, donde vamos, quienes sean nuestros
amigos, cuales nuestros intereses, o en qué grupos participemos, "el hermano
mayor" cada vez sabe más y más de nosotros mismos. La Agencia de Noticias
Biodiversidadla dialogó con Beatriz Busaniche, activista de la Fundación Vía
Libre, sobre el avance de la vigilancia global que está íntimamente relacionada
al uso de las tecnologías, sus alcances a nivel latinoamericano y de la
importancia de que los movimientos sociales comiencen a trabajar esta realidad
en sus organizaciones.
- ¿De qué se trata el Día Internacional de Acción "Libertad No Miedo,
¡Detengan la vigilancia global!"[1]?
Es un tema que a los movimientos sociales debería empezar a preocuparlos mucho,
y que lamentablemente no está en la agenda de discusión pública. Este es un día
que surge en Europa, la primera iniciativa creo que fue de los alemanes, que
empezaron a llamar la atención para decir "hagamos algo, mostrémosle a los
políticos que estamos dispuestos a salir a la calle para defender nuestra
libertad". ¿Por qué surge en Europa?, ¿por qué tiene un contrapeso importante en
los EEUU?, justamente porque es en la Unión Europea donde se están llevando a
cabo los principales experimentos de vigilancia social. Cuando hablamos de
vigilancia social nos referimos a hoy día. Siempre hubo vigilancia, siempre
estuvo el policía parado en la esquina, siempre estos sistemas de seguridad y de
control sobre los que históricamente ha escrito Michel Foucault en casi toda su
obra, pero hoy día, todos esos sistemas de vigilancia están hiper-potenciados
por las nuevas tecnologías.
Tenés ciudades como Londres que es la ciudad más vigilada del planeta, con
cámaras de sistemas de circuito cerrado de televisión. Una persona de Londres
hoy día sale a la calle para hacer su vida normal, ir a su laburo, buscar a los
chicos a la escuela, hacer sus compras, pasear, ir al teatro o lo que fuera, y
durante esa jornada va a ser filmado por lo menos 300 veces por cámaras
callejeras. Esto pasa en grandes ciudades como Barcelona, París, y se está
expandiendo, pero no es sólo la vigilancia callejera, sino también los datos que
se recopilan de nuestra vida cotidiana. Desde lo que se junta de datos de las
tarjetas de crédito a los sistemas de puntaje cuando vamos a comprar un libro,
donde claramente guardan qué libro leemos y van trazando un perfil de quiénes
somos a partir de nuestras lecturas. En los EEUU las bibliotecas públicas, por
la "ley patriótica", están obligadas a guardar un registro de qué lee cada
persona que va a sacar un libro a una biblioteca pública. Esto ayuda a que los
gobiernos y las corporaciones construyan un perfil.
Hoy con las tecnologías, ni hablemos de la potencialidad que tiene un monstruo
como Google de armar nuestro perfil, de saber qué buscamos en internet, de
monitorear nuestro correo electrónico, de tener almacenadas nuestras fotos, de
tener nuestras experiencias de vida que escribimos en un blog. El tema es que
así, empresas y corporaciones van trazando un perfil de quiénes somos, qué
hacemos, con quién nos juntamos, qué pensamos, qué leemos. Y esto que hoy a
mucha gente le parece natural, es la violación total de la vida privada. El
dejar la intimidad en un rincón pequeñito, porque todo lo demás se sabe y se
conoce, es la base de la construcción de estados donde el derecho a la libertad
de culto, la libertad de expresión, el libre tránsito, el derecho a la
intimidad, y cualquier persona se dará cuenta que estos son derechos humanos
consagrados en la "Declaración Universal de los Derechos Humanos", están en
riesgo.
El problema es que trazan un perfil con dos metas importantes. Una es vendernos
cosas, pasar a ser de ciudadanos a compradores, por lo tanto todo esto, que "las
corporaciones hacen por nosotros", son vicios para "mejorar nuestra satisfacción
de cliente". Es decir, ofrecernos antes eso que seguramente vamos a querer
comprar, porque ya saben qué leemos, saben qué películas nos gustan, ya saben
qué marca de ropa usamos, ya saben qué comemos en el supermercado, "nos
solucionan la vida haciéndonos más fáciles las compras", y lo que está detrás,
más allá, más profundo, es la doctrina de la seguridad, instalada de manera
atroz, después de los atentados del 11 de septiembre contra las torres gemelas,
los atentados en el subte londinense, los atentados en Atocha, en Madrid.
En nuestros países, en América Latina tenemos la versión vernácula de la
construcción del miedo a partir del secuestro del hijo de Blumberg, a partir de
los medios de comunicación que construyen esta idea del miedo, esta idea de "no
salgas a la calle", "no hables con tu vecino", "un extraño puede ser un
enemigo".
- Justamente sobre la situación en Argentina, donde se habla mucho de que
"crece la inseguridad" , permanentemente nos inculcan que hay que tener miedo,
¿cómo ves esta realidad?
En Argentina hay que ser un lector crítico de los medios de comunicación. No
vamos a decir que no existen crímenes, no vamos a decir que no existen delitos,
no vamos a decir que no existen los asaltos a los colectiveros por ejemplo. Hay
que observar cómo los medios instalan un tema y lo machacan, y lo machacan, y lo
machacan hasta que crean la idea de que eso realmente nos está atormentando como
sociedad y que la sociedad ya es un mundo donde no se puede vivir, entonces hay
que recluirse a la individualidad. Hagamos una lectura rápida de los medios y
fijate cómo el "top" de noticias es "asalto a colectiveros" , y todos los días
hay un asalto híper-violento a colectiveros, como en algún momento fueron los
"secuestros express", los secuestros extorsivos, y así los medios están
construyendo un estado de cosas en el cual la propia gente pide que la vigilen,
porque se construye un escenario de miedo, y esto tiene un parangón en
Argentina.
La cara más visible del asunto es el "no ingeniero" Blumberg, ese señor que se
posicionó como paladín de la seguridad, y que después se supo quién era, quiénes
estaban detrás, pero el daño ya estaba hecho, la gente movilizándose con velas
pidiendo más vigilancia, realmente es un tema muy serio. En el sitio de Vía
Libre[2], cuando publicamos la noticia de esta jornada global, alguien nos decía
"van a contramano de lo que la gente pide", están yendo a contramano de lo que
la gente está reclamando públicamente, como que nosotros pidiendo "libertad,
basta de miedo, no nos vigilen" vamos en contra de la conciencia colectiva que
pide más seguridad, más vigilancia, más monitoreo, y demás. En realidad lo que
la gente no se está dando cuenta es que es muy peligroso perder libertades por
una pseudo seguridad. Y este tipo de implementació n de políticas de más
vigilancia está probadamente fallido.
En Londres por ejemplo, que es la ciudad más vigilada del mundo, la que tiene
más tasa de cámaras de vigilancia por habitantes del planeta, solamente el 3% de
los crímenes que se han resuelto, han tenido alguna pista a través de las
cámaras. La realidad es que estos sistemas cuestan millones y millones no sólo
en dinero, sino que además cuestan en libertades civiles y en derechos que se
pierden para ofrecer una solución que no es tal. Más vigilancia no garantiza
seguridad. La seguridad se garantiza desde otro lugar, con políticas sociales
integrales, con más educación, sacando a los chicos de la droga, del paco cuando
caen a los diez años, hay cantidades de medidas de base que son estructurales
que ayudan a parar el delito y no criminalizar a todo el mundo, vigilarnos a
todos. En definitiva lo que hacen es desrevertir la carga de la prueba, es decir
"todos son sospechosos" .
- Se avanza hacia la construcción de una sociedad que como dice "yo no
tengo nada que esconder", cede absolutamente su libertad.
Ese es el punto estratégico, un punto clave. Aquellos que dicen "yo no tengo
nada que ocultar", "yo no soy un delincuente" , "a mi no me importa que me
vigilen si yo no hago nada malo", es la típica muletilla del clase media "bien
pensante" que se preocupa por la seguridad de la sociedad. Realmente es patético
eso. Eso es una de las cosas más graves que se dice, porque es suponer que nunca
va a haber algo que uno tenga que denunciar. Por ejemplo, una de las cosas que a
mí más me preocupa, es cómo los periodistas entran en esta lógica, como los
periodistas no se dan cuenta, que son los periodistas los primeros que van a ser
afectados, porque el día que tengan una fuente que necesite anonimato para
denunciarles un caso de corrupción, no van a tener más esa posibilidad de tener
una fuente anónima para hacer una investigación periodística, porque el
anonimato está en vías de extinción, y el anonimato es la base de la libertad de
expresión. El problema es que no se ve claramente cuáles son las consecuencias
que tienen sobre la libertad de la gente estas medidas. Para eso es que desde
Europa, en prácticamente todas las ciudades grandes, van a haber acciones este
sábado próximo, el 11 de octubre. En América Latina vamos a tener pocas
actividades porque también es un tema que es difícil de trabajar, hay pocas
organizaciones movilizadas en este temna, sí vamos a tener alguna acción en
Buenos Aires. Lo bueno es que justo en esas fechas es el Foro Social de las
Américas en Guatemala, donde va a haber cantidad de movimientos sociales y donde
también se está armando una actividad referida al alerta, que creo que eso nos
va a servir para llamar la atención a los movimientos sociales, a los
movimientos por los derechos humanos, los movimientos que ya están luchando por
ejemplo contra la criminalizació n de la protesta social. Esto es una pata más
del asunto. La idea es llamar la atención y empezar a por lo menos, como mínimo
discutir esta doctrina de la vigilancia global que está cada vez más profunda.
- Este avance de la vigilancia que vivimos en forma cotidiana está muy
relacionado también con el uso que hacemos de las tecnologías. Hoy la gente
entrega gratuitamente toda su información personal.
Y además de una forma totalmente irresponsable, porque estos servicios como "Facebook",
como todas estas cosas que se han puesto de moda ahora, de redes sociales. Lo
que uno ve, es que cada tanto llegan, a todos los que usamos correo electrónico
nos ha pasado, invitaciones de que "fulanito te quiere invitar a Facebook", ¿eso
qué significa?, que "fulanito" le dio a Facebook mis datos sin haberme
consultado, no sólo se es irresponsable con el dato propio sino que se es
totalmente irresponsable con un dato ajeno. Y no estamos viendo que eso es un
tema serio. Estos sistemas lo que te piden es tu usuario de correo y tu clave y
lo que hacen es chupar toda tu base de contactos. Eso es absolutamente
irresponsable. Por favor, llamo a la gente que a que deje de hacer eso. Si
quieren regalar sus datos que los regalen, pero no los míos, los tuyos y los de
la gente que nos preocupamos y no queremos eso. Esta cuestión de naturalizarlo y
si no estás en Facebook no existís, entonces "yo no existo" por ahora. Es muy
grave, porque se entregan un montón de datos y se está entregando, como decía
Enrique Chaparro dando una charla[3] sobre este mismo tema, "se está entregando
muy barato algo que nos ha costado muy caro", que es la libertad y el derecho a
la intimidad. Lo estamos regalando a cambio de nada, a cambio de absolutamente
nada, cosas que para nosotros deben ser valiosas como lo son nuestros datos
personales, y además estamos contribuyendo a construir un estado de vigilancia
generalizado, un panóptico como diría Foucault[4], en el cual honestamente no
creo que esté bueno vivir.
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