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El rol de la biología sintética en los agrocombustibles
Carmelo Ruiz Marrero
Ecoportal.net
El
debate sobre agrocombustibles de próxima generación podría ser transformado por
el nuevo campo de la biología sintética. También conocida como synbio, la
biología sintética va más allá de la ingeniería genética para crear vida de la
nada al combinar biología de nanoescala, computación e ingeniería.
"Usando una computadora tipo laptop, información pública de secuencias genéticas
y ADN sintético ordenado por correo, prácticamente cualquiera tiene el potencial
para construir genes o genomas enteros de la nada", informó el Grupo ETC en un
informe reciente. "En el corazón de la biología sintética yace la creencia de
que todas las partes de la vida pueden hacerse sintéticamente (es decir,
mediante la química), que pueden diseñarse con ingeniería y ensamblarse para
producir organismos funcionantes."
Un pequeño pero creciente número de científicos-empresarios se están montando en
el tren synbio y formando compañías con fondos públicos y capital de riesgo,
como LS9, Amyris y Codon Devices. Ellos sostienen que la biología sintética se
puede utilizar para crear organismos artificiales que harán de todo, desde
erradicar la malaria hasta producir combustible.
"Amyris Biotechnologies está traduciendo la promesa de la biología sintética en
soluciones para problemas en el mundo real. Partiendo de adelantos en la
biología molecular, celular y de sistemas, estamos diseñando microbios capaces
de producir compuestos de alto valor para atender grandes retos globales de
salud y energía. Estamos empleando estas factorías químicas vivientes para
producir fármacos novedosos, combustibles renovables y sustancias químicas
especializadas", dice la compañía Amyris Biotechnologies en su página web
"Amyris Biotechnologies está desarrollando procesos de
fermentación en gran escala para producir biocombustibles de manera renovable.
Estamos desarrollando un sustituto de gasolina que contiene más energía que el
etanol, que resultará en mezclas de biocombustible de menor costo y menos
contaminantes, y compatibles con los carros de hoy y la infraestructura
petrolera actualmente existente. También estamos desarrollando un sustituto de
diesel que puede lograr costos menores y mucha mayor escala que los biodiesels
basados en aceites vegetales ... Ambos sustitutos serán hechos de las mismas
fuentes y plantas de producción que se utilizan para hacer etanol", dice la
página de internet de Amyris Biotechnologies.
Organismos hechos a la orden pueden convertirse fácilmente en fábricas de
combustibles y medicinas pero también de armas biológicas ... La experiencia con
la biotecnología agrícola demostró que la promesa de control no sirve para
contener organismos transgénicos una vez llegan a las parcelas de los
agricultores. Los organismos vivos, sistemas y artefactos creados con biología
sintética serán igualmente difíciles de contener y controlar.
La creación de nuevas formas de vida entraña complejidades enormes: ¿Cómo
podría evitarse su liberación accidental al ambiente o cómo podrían evaluarse
los efectos de su liberación intencional? ¿Quién los va a controlar, y cómo?
¿Cómo se fiscalizará la investigación? ¿Deberíamos rediseñar la vida de esta
manera cuando los cuestionamientos ambientales y en torno a la seguridad humana
son tan vastos¿ ¿Quién debería decidir?
Fuente:Grupo ETC
El más prominente y extrovertido de estos tecno-capitalistas
de nuevo cuño es el polémico J. Craig Venter, quien se hizo famoso secuenciando
el genoma humano con su compañía Celera Genomics. En 2007 la revista Time lo
incluyó en su lista de las cien personas más influyentes del mundo.
En 2005 Venter fundó la compañía Synthetic Genomics, que aspira a crear
microbios sintéticos que producirán combustibles como etanol e hidrógeno. La
mitad de su capital inicial vino del magnate mexicano Alfonso Romo. El Institute
for Biological Energy Alternatives, un ente sin fines de lucro fundado por
Venter, recibe fondos del programa Genomas para la Vida del Departamento de
Energía de Estados Unidos, que desarrolla el uso de plantas y microbios para
faenas variadas desde generar energía hasta remover carbono de la atmósfera.
"El uso creciente de combustibles fósiles contribuye a los retos ambientales de
cambio climático global; contaminación del aire, agua y suelos; y la pérdida de
diversidad biológica", dice la página web de Synthetic Genomics. "Estamos
desarrollando estrategias novedosas basadas en la genómica para atender retos
globales energéticos y ambientales. Adelantos recientes en el campo de la
genómica sintética presentan aplicaciones aparentemente ilimitadas que podrían
revolucionar la producción de energía, sustancias químicas y fármacos, y
facilitar el secuestro de carbono y la remediación ambiental ... Estamos en una
posición única para detonar una revolución biológica industrial, y estamos
comprometidos para abrir las llaves a un futuro de energía limpia mediante la
genómica."
Venter ya es bien conocido por los grupos de sociedad civil latinoamericanos,
que lo han acusado de biopiratería. En 2004 navegó a Bermudas, México, Costa
Rica, Panamá, Chile y las Galápagos, islas ricas en biodiversidad pertenecientes
a Ecuador, en el Sorcerer 2, su laboratorio flotante de 90 pies de largo. Los
participantes en el Foro Social de las Américas, que tomó lugar ese año en
Ecuador, denunciaron la expedición como un intento de patentar y privatizar la
biodiversidad.
"La expedición de Venter en busca de microbios pone sobre la mesa serias
cuestiones aún sin resolver en torno a la soberanía sobre los recursos genéticos
y la privatización de éstos mediante su patentamiento," dijo Silvia Ribeiro, del
Grupo ETC.
"La pretensión de Venter es una de las mayores amenazas para la privatización y
comercialización de la vida, por lo cual nos oponemos a su presencia acá y en el
resto de los países de la región," declaró Lucía Gallardo de Acción Ecológica,
un grupo ambientalista ecuatoriano.
La idea de organismos sintéticos novedosos levanta banderas rojas para los
críticos de la biotecnología. Al Grupo ETC le preocupa que la biología sintética
se mueve a toda velocidad con prácticamente cero debate en la sociedad o
supervisión regulatoria. "En última instancia la biología sintética significa
herramientas más baratas y ampliamente accesibles para construir armas
biológicas, patógenos virulentos y organismos artificiales que podrían
representar graves amenazas para la gente y el planeta. El peligro no es
solamente bioterror, sino el 'bio-error'".
En mayo 2006 una coalición internacional de 35 organizaciones, incluyendo
científicos, ambientalistas, sindicalistas, expertos en guerra biológica y
defensores de la justicia social exhortaron debate público, regulación y
fiscalización de la biología sintética. Los firmantes explícitamente rechazaron
las propuestas de "autorregulación".
"No se puede permitir que científicos que crean nuevas formas de vida actúen
como juez y jurado", declaró Sue Mayer, directora de GeneWatch UK. "Las posibles
implicaciones sociales, ambientales y de armas biológicas son demasiado serias
como para ser dejadas en manos de científicos con bien intencionados pero con
intereses propios. Se necesitan debate público, regulación y fiscalización."
Un paradigma radicalmente distinto
Para atender la crisis energética y el calentamiento global no necesitamos
soluciones de alta tecnología, aconsejan los críticos de los agrocombustibles.
Sostienen que lo que hay que hacer es confrontar el sistema económico y proveer
alternativas ecológicas basadas en el desarrollo basado en lo local.
"Simplemente no hay escapatoria: tenemos que reducir el consumo de energía si
queremos sobrevivir en este planeta", dice GRAIN. "De nada sirve pedir a las
compañ í as automovilísticas que hagan sus automóviles un poco más eficientes en
materia energética si la cantidad de automóviles se va a duplicar y si las
políticas públicas continúan dirigidas a hacer que eso ocurra.
De nada sirve pedirle a la gente que apague las luces de sus casas si todo el
sistema económico continúa orientado exclusivamente a mover mercancías por todo
el planeta desde los países donde las empresas que los producen pueden obtener
los máximos márgenes de ganancias. Para resolver el problema del cambio
climático no necesitamos plantaciones de agrocombustibles que produzcan energía
para combustible. En cambio, necesitamos dar un giro de 180 grados al sistema
industrial de alimentos. Necesitamos políticas y estrategias para reducir el
consumo de energía e impedir el derroche. Tales políticas y estrategias ya
existen y se lucha por ellas."
"Miles de millones de dólares se estan
gastando en una tecnología que claramente no estará disponible dentro de los
límites de tiempo que tenemos para evitar los peores impactos de
calentamiento global... El etanol a base de celulosa no esta cerca a la
disponibilidad comercial y enfrenta grandes barreras técnicas que tal vez no
supere en el futuro cercano. |
La Vía Campesina, que representa decenas de millones de
campesinos y pequeños agricultores en 56 países, propone la producción a pequeña
escala, la cual no requiere de maquinaria agrícola industria que usa energía y
quema combustible fósil; la agricultura orgánica, que no utiliza agroquímicos
tóxicos basados en combustible fósil; y alternativas energéticas verdaderamente
sustentables, como la energía solar.
Según la organización, es necesario cambiar radicalmente las maneras en que
producimos, comercializamos y consumimos alimento, bajo la concepción de que la
agricultura y consumo sustentables a pequeña escala de alimentos locales puede
revertir la devastación ambiental y proveer sustento a millones de familias
urbanas y rurales que actualmente no tienen acceso a comida en suficiente
cantidad y calidad.
"La agricultura sustentable en pequeña escala y el consumo de alimentos locales
contrarrestarán la actual devastación y sostendrá a millones de familias
agricultoras", declaró Vía Campesina ante la conferencia de la ONU sobre cambio
climático en Bali en diciembre de 2007. "La agricultura también puede contribuir
a enfriar la tierra mediante prácticas agrícolas que almacenan CO2 y reducen
considerablemente el uso de energía en fincas."
Según Miguel Altieri y Eric Holt-Giménez, "La única manera de parar el
calentamiento global es promover la agricultura orgánica en pequeña escala y
reducir el uso de todos los combustibles, lo que implica disminuir los patrones
de consumo y el desarrollo de sistemas masivos de transporte público, áreas que
la Universidad de California debería estar activamente investigando y en las
cuales la BP y los otros asociados en función de los biocombustibles nunca
invertirán uno solo centavo."
GRAIN está de acuerdo: "En la agricultura y la producción de alimentos eso
significa orientar la producción hacia los mercados locales en lugar de los
mercados internacionales; significa adoptar estrategias para conservar a la
gente en la tierra, en lugar de expulsarla; significa apoyar enfoques sostenidos
y sustentables para volver a traer la diversidad biológica a la agricultura;
significa diversificar los sistemas de producción agrícola, utilizando y
expandiendo el conocimiento local; y significa poner a las comunidades locales
nuevamente al frente del desarrollo rural."
Concluye la organización que, "Tales políticas y estrategias implican la
utilización y el posterior desarrollo de tecnologías agroecológicas para
mantener y mejorar la fertilidad del suelo y la materia orgánica y en el proceso
secuestrar dióxido de carbono en el suelo, en lugar de desprenderlo a la
atmósfera. Y también requieren una confrontación decidida con el complejo
agroindustrial mundial, ahora más fuerte que nunca, que esta conduciendo su
agenda de agrocombustibles exactamente en la dirección opuesta."
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