Medio Oriente - Asia - Africa
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A propósito de la "seguridad de Israel"
No, señor Sarkozy, lo que está amenazado es la seguridad de los palestinos
Silvia Cattori
«Israel tiene derecho a defenderse», esto es lo desde hace años oímos repetir
hasta la náusea a todos los dirigentes de Europa y de Estados Unidos. Y ahora,
con más insistencia aún, a Sarkozy. Durante su discurso del 23 de junio de 2008
ante el [parlamento israelí] Knesset, declaró: «Francia no transigirá nunca con
la seguridad de Israel». Lo que quiere decir de hecho es que Israel tiene
derecho a agredir a quien le plazca (1).
¿Y la seguridad de los palestinos? ¿Cuál de estos dirigentes nos ha hablado
alguna vez de garantizar la seguridad de los palestinos?
Sin embargo, ¡quienes viven en la inseguridad permanente son los palestinos (sin
ejército ni Estado)! Entonces, en realidad, ¿quién amenaza a quién?
Las estadísticas publicadas por B’Tselem, el Centro Israelí para los Derechos
Humanos en los Territorios Ocupados [2], indican claramente que desde el 29 de
septiembre de 2000 (inicio de la segunda Intifada) al 31 de mayo de 2008 los
israelíes han matado a 4.830 palestinos (de ellos 947 niños), mientras que
durante el mismo periodo los palestinos han matado a 1.055 israelíes (de ellos
123 niños) en respuesta a los ataques mortales de los israelíes.
Así pues, en este largo periodo los palestinos representan el 82% de los
muertos, esto es, 4.6 palestinos muertos por cada israelí.
El Departamento de Relaciones Nacionales e Internacionales de la OLP publicó
unas cifras muy similares sobre las víctimas palestinas desde que se inició la
segunda Intifada [3], indicando además que:
674 palestinos, de ellos 300 mujeres, habían sido asesinados en los denominados
«asesinatos selectivos», es decir, ejecuciones extra-judiciales; unos 40.000
palestinos habían resultado heridos;
60.000 palestinos fueron secuestrados, 11.000 de los cuales continúan todavía
detenidos en condiciones muy duras;
7.512 casas fueron completamente destruidas, bien con el pretexto de carecer de
permiso de construcción, bien para la construcción del llamado muro «de
separación».
Pero aún más terrible que estas cifras calculadas para el conjunto de este
periodo es el espectacular empeoramiento del carácter violento y mortífero de la
represión israelí desde la toma de control por parte de Hamas en Gaza en marzo
de 2006.
Un artículo de Patrick O’Connor del 4 de noviembre de 2006 revelaba que «los
palestinos, ya sometidos a una ocupación militar y a la aplastante violencia
israelí, han sido asesinados a un ritmo de 26 palestinos por israelí muerto
desde que Hamas tomó el poder el 29 de marzo de 2006 [491 palestinos frente a 19
israelíes], y de 76 palestinos por israelí desde el 1 de julio [381 palestinos
frente a 5 israelíes]. Aunque los grandes medios de comunicación nos sigan
hablando de un "conflicto" entre "dos partes", en el curso de estos siete
últimos meses lo que ha habido es pura y simplemente una masacre» [4].
Por consiguiente, teniendo únicamente en cuenta esta aritmética macabra (que no
registra a los miles de inocentes masacrados por Israel durante su última guerra
contra Líbano ni muestra todo el sufrimiento humano que hay detrás de cada una
de estas cifras), es absolutamente inmoral hablarnos constantemente de la
«seguridad de Israel» sin preocuparse nunca de la seguridad de los palestinos.
Y este discurso es tanto más inmoral cuanto que ¡los palestinos viven bajo la
ocupación y que, además, a ellos también se les pide garantizar la seguridad de
Israel!
¡Desde cuando se exige al ocupado garantizar la seguridad del ocupante!
¿Se les exigía a los resistentes franceses (calificados de «terroristas» por los
nazis) que garantizaran la seguridad del ocupante alemán?
Ahora bien, declarando durante su visita a Mahmoud Abbas en Belén, «que podía
comprender el estado de ánimo de las familias israelíes que viven con el temor
en el vientre» y que «la seguridad estará mejor garantizada cuando los
palestinos tengan un Estado»[5], Sarkozy ha demostrado muy claramente que lo
único que le preocupa es la seguridad del ocupante: los palestinos sólo tienen
derecho a cierta consideración en la medida en que contribuyen a esa seguridad.
Sarkozy fue incluso más lejos. Sus palabras suenan a una negación del derecho de
los palestinos a resistir a la ocupación (derecho que, sin embargo, reconoce el
derecho internacional) y a una apología de la colaboración con el ocupante: «lo
que garantizará la perennidad y la seguridad del Estado de Israel con la que me
he comprometido (es el combate político de toda mi vida) es la creación de un
Estado palestino dentro de sus fronteras, democrático, moderno, en el que habrá
hombres como Mahmoud Abbas u otros, pero hombres como él traídos por las urnas y
no por las armas, donde no habrá más que una autoridad para hacer reinar la
autoridad, el ejército palestino y no las milicias o una banda terrorista» [6].
¡Cuando todo el mundo sabe que Hamas llegó al poder precisamente por medio de un
escrutinio perfectamente democrático cuyos resultados Estados Unidos y la Unión
Europea se las han ingeniado para torpedear, estas palabras son un auténtico
insulto al pueblo palestino y a la verdad pura y simple!
Ni la ocupación continua de los territorios palestinos ni las masacres que
Israel ha perpetrado ahí ni la política de apartheid practicada por el Estado de
Israel [7] han impedido a Sarkozy, ante el Knesset:
declarar que se sentía honrado de poder dirigirse a esta «Asamblea que es el
símbolo de una de las democracias más auténticas del mundo»;
afirmar su «admiración por estas mujeres y hombres excepcionales que querían un
Estado en el que estuviera garantizada "una completa igualdad de derechos
sociales y políticos para todos los ciudadanos, sin distinción de creencia, raza
o sexo"»;
asegurar que «no hay ningún otro país en el mundo cuya propia existencia esté
hasta ese punto ligada a la afirmación de un ideal de justicia y de una voluntad
de vivir en paz» [8].
Estas palabras son totalmente contrarias a la verdad.
Sin embrago, ¡nuestros dirigentes se dan codazos para clamar a porfía que hay
que garantizar la «seguridad de Israel»!
Y también los medios de comunicación convencionales siguen acreditando la idea
de que son los israelíes quienes están amenazados y de que es ellos a quien hay
que «proteger»!
La perversión del lenguaje siempre ha sido un arma eficaz de propaganda y de
lavado de cerebro. Así, la agresión permanente se convierte en «el derecho a
defenderse»; los resistentes que defienden a su pueblo contra los agresores
israelíes se convierten en «terroristas», en «activistas» o en «extremistas», es
decir, en una categoría deshumanizada contra la que se puede tirar a matar; un
Estado que practica abiertamente el apartheid se convierte en «una de las
democracias más auténticas del mundo».
Lo único que hay que hacer entonces es repetir machaconamente el mensaje. Ya lo
dijo Joseph Goebbels, el siniestro organizador de la propaganda del III Reich:
basta con repetir constantemente una mentira para convertirla en verdad y cuanto
mayor es la mentira, mejor funciona.
Notas:
1] Véase: «Discours de M. le président de la République à la Knesset», lunes 23
de junio de 2008, página web de la presidencia de la República Francesa.