Medio Oriente - Asia - Africa
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Excavadoras, un tipo de arma
Olga Rodríguez
radiocable.com/olgarodriguez
Son muchos los palestinos de Cisjordania que trabajan en el sector de la
construcción israelí. Configuran la mano de obra más barata en la región y por
ello a menudo son ellos los encargados de levantar las viviendas para los
colonos de los asentamientos judíos donde, una vez construidas las casas, no se
permitirá la entrada a ningún palestino. El Estado israelí también contrata a
los baratos palestinos para construir carreteras en Cisjordania que unen
unas colonias con otras y a éstas con Jerusalén y que son de uso exclusivo para
los israelíes. Es decir, los palestinos no pueden ni circular por ellas ni
siquiera cruzarlas. Pero sí construirlas
Esta mañana en Jerusalén un hombre -probablemente un palestino de Jerusalén
Este- ha sacado una excavadora de unas obras cercanas a la calle Jaffa en las
que se cree que trabajaba -y en las que se está construyendo una línea
ferroviaria que unirá un asentamiento de Cisjordania con la Ciudad Santa- y con
ella ha comenzado a arrollar vehículos y peatones. De esta forma ha matado a
cuatro personas y herido a más de cuarenta, hasta que un policía israelí se ha
subido a la excavadora y le ha disparado con un arma corta provocando su muerte
instantánea.
Tres grupos armados palestinos han asumido la autoría del ataque, aunque la
policía israelí no descarta que el palestino actuara solo y de manera
espontánea. De inmediato el Parlamento israelí ha aprobado dos leyes que
permiten anular la ciudadanía de todo árabe-israelí relacionado con actos
violentos, así como eliminar el permiso de residencia en Jerusalén Este de todo
palestino que tenga conexión con el terrorismo. El alcalde de Jerusalén ha
indicado que "los atacantes no paran de encontrar nuevos modos de atacar el
corazón del pueblo judío en Jerusalén".
La periodista y escritora israelí Amira Hass habla a menudo de la violencia de
la abundancia. En una ocasión -refiriéndose a los atentados suicidas- escribió
esto:
"La minoría de los que se causan daño a sí mismos, como la mayoría de quienes
no lo hacen, son víctimas de una violencia que el Primer Mundo pasa a menudo por
alto, a no ser que sus repercusiones les golpeen en la cara (en forma de
protesta política organizada, secuestro, robo o actos de terror). Es la
violencia de la abundancia. Si no se hallase en las manos de unos pocos, la
abundancia no sería tal; sería lo normal, y nadie le prestaría atención. Pero
para los desposeídos, la abundancia (…) encarna todas las formas históricas
posibles de discriminación y explotación, (…) la violación del principio básico
de igualdad entre las personas.
Quien vive en la carencia y experimenta la agresión insultante de su continua
presencia se convierte de forma natural en sociólogo, psicólogo y filósofo,
aunque no domine la jerga apropiada. Ihab al-Ashkar, activista de Al Fatah (…),
solía decir a sus interrogadores y carceleros: "¿Sabéis cuál es vuestro
problema, israelíes? Pensáis que sois distintos de nosotros, como si no
hubiéramos nacido, lo mismo que vosotros, tras pasar nueve meses en el seno
materno".
No puedo evitar pensar en la violencia de la abundancia ante el acto violento
llevado a cabo esta mañana con una excavadora, un instrumento símbolo de la
ocupación israelí, manejado tantas veces por palestinos desposeídos condenados a
ser partícipes de su propia ocupación. Tratar de comprender las causas de la
violencia no supone justificarla. Es más bien un intento por terminar con ella.
Sin embargo, en Israel y los territorios ocupados la violencia habita en un
bucle infinito. Es probable que, como tantas veces ocurre, el Ejército israelí
visite a los familiares del palestino -estaba casado y tenía dos hijos- para,
sin previo aviso, derribarles su casa, también con una excavadora. El primer
ministro Ehud Olmert así lo ha exigido ya.
radiocable.com/olgarodriguez