Medio Oriente - Asia - Africa
|
Los señores del Capital decretan la muerte en masa por inanición
Glen FordDespués de haber aplastado a los campesinos de todo el mundo y haber
convertido la comida en, simplemente, una mercancía más para la manipulación
global, los Señores del Capital han desatado sobre la humanidad la amenaza, no,
la certeza, de hambrunas masivas. La mega-iniciativa criminal se centra en
Estados Unidos, el antiguo "granero del planeta", cuya conversión a productor
masivo de biocombustibles ha hecho que los precios de los cultivos esenciales se
disparen a niveles más allá del alcance de millones de pobres en el mundo. Esta
muerte de millones de personas se traduce en beneficios multimillonarios para
los Señores del Capital, asesinos a escala masiva, cuyo único talento reside en
"la producción de desastres encadenados, cada uno más letal que el anterior".
Fidel Castro llamó a los biocombustibles "genocidio", y tenía razón. Y no puede
haber ninguna duda sobre los perpetradores de este genocidio global: los Señores
del Capital que formulan las políticas interna y exterior de los Estados Unidos.
Esta política requiere que veinte millones de acres de maíz, en estados como
Iowa, se conviertan de comida a combustible. Como era esperable, tal desvío
masivo, disparó casi inmediatamente el precio de todos los demás alimentos
básicos – un desastre global conseguido fácil y rápidamente por el hecho de que,
en las últimas décadas, la producción de alimentos a escala planetaria ha sido
tomada por la agroindustria – los parásitos humanos especuladores que controlan
el modo en el que los alimentos se compran y venden, a quién y con qué
propósito. Estos Señores del Capital son asesinos en una escala masiva.
Se trata, ni más ni menos, de crímenes contra la humanidad, y que provocarán,
sin remedio, la destrucción de la vida de millones de personas que ya están al
mismo borde del precipicio.
"Los Señores del Capital han impuesto la muerte selectiva por hambre en todo el
planeta"
El llamado "mercado" – que es, de hecho, un club de multimillonarios que
distorsionan y destruyen cualquier cosa de valor para la humanidad que tocan –
será la muerte de todos nosotros, y más rápido que por medio del calentamiento
global, el cual está ya bastante acelerado por este ansia macabra y avariciosa
de cultivar comida para los coches antes que para las personas. En semejante
entorno asesino – manipulado exclusivamente para los beneficios de los Señores
del Capital – ni los árboles ni los campesinos tienen una oportunidad. La ONU
dice que necesita, aproximadamente, quinientos millones de dólares para los
casos más críticos de hambrunas, pero ninguna cantidad de ayuda de emergencia es
suficiente para reparar el daño de la subida salvaje de precios que ya se ha
producido – y que pondrá miles de millones en los bolsillos de los Señores del
Capital.
La agroindustria ha acabado con los pequeños agricultores en Estados Unidos y ha
empobrecido y empujado fuera de sus tierras a incontables millones de campesinos
en todo el mundo. Ahora los Señores del Capital han impuesto la muerte selectiva
por hambre en todo el planeta. Las gentes que viven con dos dólares o menos de
renta al día tendrán que morir y, después, a medida que suban los precios, les
seguirán los que ganan tres dólares y así sucesivamente.
Los hombres que se benefician de semejantes asesinatos en masa usan términos
como "ajuste estructural" y "fundamentos económicos" para darle un barniz
racional a un sistema caótico que han creado con el único propósito de robar a
gran escala. Al final, los Señores del Capital han llegado a dominar un único
arte: la producción de calamidades encadenadas, cada una más letal que la
anterior. Pronto, si no es ya, los pobres de Haití no tendrán ningún aceite para
cocinar con arcilla que constituye su dieta de "dirt pies"[1]. Los Señores del
Capital los habrán convertido en basura para el consumo y la muerte de los
haitianos.
Notas de los traductores
[1] Desde el golpe de estado auspiciado por EEUU y Francia en Haití, que derrocó
al presidente electo Aristide, la pobreza de los haitianos ha alcanzado tal
nivel que su principal dieta consiste en pasteles hechos de arcilla ("dirt
pies").
Artículo original