Medio Oriente - Asia - Africa
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Milagro Qatarí
Enrique Vázquez
El próximo lunes el Líbano tendrá, por fin, un presidente , el Parlamento
comenzará a estudiar una nueva ley electoral y un calendario pactado sobre
comicios legislativos y se reconoce el derecho de la comunidad chií, ahora
subrrepresentada en el ejecutivo, a disponer de un derecho de veto sobre
decisiones cruciales que el Gobierno del primer ministro Fuad Siniora pudiera
tomar.
Así parece concluir la grave crisis que, con un resultado de 67 muertos, vivió
el país a primeros de este mes y que hizo decir a muchos medios (mal informados,
por cierto, de la verdadera situación) que el país volvía al umbral de una
guerra civil. La verdad profunda era exactamente la contraria: los grandes
actores del drama, principalmente el Hezbolá chií y la corriente sunní Futuro y
sus socios cristianos y/o drusos, se habían propuesto evitar la guerra civil a
cualquier precio.
Una primera y literal lectura del arreglo, que hará del consensuado general
Michel Suleimán el nuevo presidente, acredita un gran triunfo político del
Hezbolá, que se negó a que la cuestión clave de su arsenal, y, con él, su status
de ejército no oficial y punta de lanza de la resistencia nacional (contra
Israel) fuera debatido. Pero el genuino ejército nacional queda al margen del
combate político y se confirma como verdadera institución nacional siempre
disponible.
Hezbolá sabe de sobra lo que le conviene y Siniora ha sido permeable al esfuerzo
desplegado personalmente por el líder qatarí, el Sheik Hamad Bin Jalifa al-Thani,
cuyo papel político regional, tan apreciado en Siria por ejemplo, no deja de
crecer. Es seguro que Siniora, respaldado por teléfono por su verdadero jefe,
Saad Hariri, jefe del clan sunní de ese nombre, ha recibido seguridades
adicionales respecto a ayuda financiera, que es urgente, y a una conducta
responsable de Hezbolá.
Lo sucedido es de gran calado porque la mediación, concluida con un verdadero
milagro en Qatar, devolverá rápidamente la estabilidad y la normalidad a la
calle en Beirut y el resto del país, deja a la comunidad chií satisfecha, el
arreglo tiene el visto bueno de Damasco, que expresó su satisfacción y agradeció
el esfuerzo del Sheik y su Gobierno y refuerza indirectamente al ala dura de la
resistencia a Israel (Hezbolá es el modelo de Hamas cada día más claramente),
algo que preocupa donde debe preocupar, pero gusta al conjunto de la sociedad
árabe-islámica.