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Hezbolá impone su ley y el jefe de las Fuerzas Armadas ocupará la Presidencia del Líbano
La oposición contará con derecho a veto y la milicia pro siria no tendrá que desarmarse
Mikel Ayestarán
Tras cinco jornadas de duras negociaciones en Doha, capital de Qatar, y
cuando todo parecía avocado al fracaso, los líderes libaneses lograron firmar un
cuerdo para poner fin a la última crisis que ha sufrido el país y que ha estado
a punto de llevarle a una nueva guerra civil. Sobre el papel, las aspiraciones
políticas de Hezbolá parecen limitadas, pero no ha cedido en ninguno de sus
objetivos marcados al inicio de las conversaciones. Así, el general Michel
Suleiman, jefe de las Fuerzas Armadas, será elegido presidente el domingo, se
formará un nuevo gobierno provisional de unidad nacional donde la oposición
tendrá derecho a veto y el Partido de Dios no tendrá que desarmarse. El punto
referido a las armas ha sido el gran caballo de batalla que finalmente se ha
maquillado acordando que «se evitará el uso de las armas para lograr objetivos
políticos».
«Esto supone la rendición absoluta del bloque del 14 de Marzo. Hezbolá les
derrotó en las calles y ahora les ha vencido en la política. Ellos pensaban que
tendrían mayor respaldo de Estados Unidos o Arabia Saudí, pero finalmente se han
visto solos y han tenido que ceder en todo», asegura Sultan Suleiman, antiguo
jefe de servicios informativos de la cadena cristiana LBC. Esta derrota del
bloque suní y cristiano respaldado por Washington y Riad, frente a una oposición
apadrinada por Siria y, sobre todo, Irán, queda maquillada por la aprobación de
la nueva ley electoral de cara a las elecciones generales del próximo mes de
mayo. Recuperando la Ley de 1960, el recuento a través de pequeñas
circunscripciones beneficia a los intereses del gran bloque suní, liderado por
Saad Hariri, y a las formaciones cristianas, especialmente en Beirut. Lo cual
puede resultar decisivo en el nuevo ejecutivo que se formará tras los comicios
de mayo.
FIn al vacío de poder Con el nombramiento del General Suleiman -cristiano
maronita como marca la Constitución- como presidente el Líbano pondrá punto y
final a un vacío de poder que se remonta al pasado noviembre, tras el fin del
mandato de Emile Lahoud. Un año antes se produjo la salida del gobierno de los
ministros chiíes de la oposición y comenzó un declive político que llegó a su
clímax con el estallido de violencia sectaria entre musulmanes la semana pasada,
que costó la vida a un centenar de personas, y la toma de Beirut Oeste por parte
de Hezbolá.