Los días de la ocupación etíope, instigada por EEUU, de Somalia parece que
llegan a su fin. Las fuerzas de resistencia islámica informan sobre su control
de la mayor parte del sur y el centro de Somalia, y se encuentran a tan solo
unas millas de la capital en ruinas, Mogadiscio. Dentro de la propia Etiopía, la
ocupación de su vecino parece ser muy impopular, a pesar de que la opinión
pública es difícil de medir bajo un régimen dictatorial. Si se mantiene el
impulso militar de las fuerzas militares islámicas somalíes ("Shabab"), Barack
Obama será incapaz de evitar la toma de una decisión fundamental en su política
exterior, de manera inmediata, después de su toma de posesión. Continuará con
las agresiones del régimen de Bush contra Somalia, basadas en el reivindicación
de Washington de su "derecho" a invadir y tratar brutalmente otros pueblos en la
búsqueda de objetivos de la autodenominada "guerra contra el terror".
Los objetivos de EEUU se han ido ampliando hasta incluir la totalidad de la
sociedad somalí desde finales del 2.006, cuando Washington animó y apoyo
materialmente la invasión por parte de Etiopía. La pandilla de Bush gritaba
histérica que el movimiento de los Consejos Islámicos, que había surgido como
una repentina semblanza de paz y estabilidad para la mayor parte de Somalia,
eran una especie de frente de Osama Bin Laden.
Los estadounidenses enviaron armas y dinero a los señores de la guerra somalíes,
a los que los Consejos Islámicos habían derrotado. Esto no era tan sólo un
intento americano de cambio de régimen, como una cruel conspiración para hacer
caer de nuevo a Somalia al caos dominado por los señores de la guerra, que había
imperado desde 1.991. Cuando los EEUU descubrieron que no había una alternativa
somalí a los islamistas – en un país en el que el 99% de la población es
musulmana – Washington optó por lanzar una guerra total sobre Somalia con
Etiopía como su agente.
El resultado fue una pesadilla para el pueblo somalí, millones de ellos fueron
desplazados de sus hogares. Setecientos mil huyeron de Mogadiscio, la capital,
como parte de lo que las Naciones Unidas llamaron "la peor crisis humanitaria"
de África.
Según un grupo por los derechos humanos británico, al menos 17 barcos de EEUU
sirvieron como "prisiones flotantes", algunos de ellos a poca distancia de las
costas de Somalia. Las tropas estadounidenses, operando desde sus bases en la
vecina Djibouti y desde mar abierto, instauraron su propio reino del terror,
lanzando misiles y enviando sus escuadrones para asesinar y secuestrar a los que
Washington consideraba "terroristas" - un término que, en Somalia, significa
cualquiera que esté a favor de la creación de un estado Islámico.
Fue un estado Islámico naciente el el que hizo mucho por mejorar las condiciones
de vida en Somalia, antes de la invasión por parte de EEUU y Etiopía. El
resultante Gobierno Federal de Transición Somalí, una criatura creada por los
invasores etíopes, no sobreviviría si los etíopes se retiraban, algo que parecía
probable por la ofensiva de la resistencia somalí.
La guerra de EEUU en el Cuerno de África ha incluido todas las tácticas
encubiertas desarrolladas por el régimen de Bush para desestabilizar naciones y
regiones enteras en todo el mundo. En Somalia parece probable que los islamistas
del "Shabab" dominarán la mayor parte del país.
Los EEUU no tendrán amigos dentro del "Shabab". Barack Obama se verá obligado a
decidir – si no lo ha hecho ya – si continuar o no con la guerra de Bush contra
Somalia. Si la versión de Obama de la guerra contra el terror requiere de la
subyugación y la continua destrucción de Somalia, entonces él habrá hecho esta
guerra la suya.
Artículo original http://www.blackagendareport.com/index.php?option=com_content&task=view&id=906&Itemid=1