Ver la cobertura de los acontecimientos en Gaza en los canales de televisión
árabes y en los occidentales es como asomarse a dos mundos diferentes. Influidos
por la corriente de opinión promovida por la Administración de Washington,
próxima a Israel, los medios europeos y estadounidenses han asumido medias
verdades como hechos, ignorando la situación global en la Franja y muchos de los
recientes acontecimientos políticos imprescindibles para comprender qué está
ocurriendo.
Para entender el masivo movimiento de solidaridad que se está viviendo en los
países musulmanes hacia Gaza es necesario contextualizar los hechos y desmontar
algunos de los tópicos. Estos son algunos ejemplos.
Un soldado israelí arresta a un joven palestino por, presuntamente, arrojar
piedras en Hebrón. (Foto: EFE)
Hamas tomó el poder por la fuerza en 2007.
En realidad, el Movimiento de Resistencia Islámica
accedió al poder en
enero de 2006 tras obtener el respaldo del 65% de los palestinos en las
elecciones celebradas entonces, en una victoria masiva que sorprendió dentro y
fuera de los territorios ocupados.
La supervisión internacional reveló que no se habían producido irregularidades,
pero el Cuarteto (EEUU, la UE, Rusia y la ONU) congeló sus ayudas para los
palestinos con el pretendido objetivo de obligar a Hamas a renunciar a la
violencia y debilitar al grupo.
Por su parte, Israel comenzó una dura estrategia de aislamiento que comenzó con
la retención de los fondos que cobra en nombre de las autoridades palestinas en
concepto de aduanas, unos 40 millones de euros vitales para la supervivencia de
los territorios.
Además, soldados israelíes arrestaron a la mayor parte de los diputados
islamistas en Cisjordania y Jerusalén Este inhabilitando el Parlamento
palestino, que quedó sin 'quórum' para trabajar.
Fotografía cedida por las fuerzas de defensa israelíes este 29 de diciembre de
2008, que muestra a la artillería del país movilizándose en el borde de la
Franja de Gaza. (EFE)
La histórica confrontación entre la facción Al Fatah, derrotada en las urnas, y
Hamas se agravó más que nunca, pero una sutil intervención internacional logró
que pasara de las palabras a las armas.
Según una investigación de la revista 'Vanity
Fair' apoyada en documentos confidenciales
autentificados por fuentes norteamericanas, "hubo una iniciativa encubierta
aprobada por Bush e implantada por la secretaria de Estado Condoleezza Rice y el
viceconsejero de Seguridad Nacional, Elliott Abrams, para provocar una guerra
civil palestina.
El plan fue apoyar las fuerzas dirigidas por [Mohamed] Dahlan [líder de Al Fatah]
y dotarlas con nuevo armamento suministrado a petición norteamericana para dar a
Fatah la fuerza necesaria para eliminar del poder al Gobierno democráticamente
electo de Hamas. Es decir, Washington promovió un conflicto civil interpalestino
para acabar con los islamistas.
Así, el líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Abu Mazen, (Mahmud Abbas)
se negó a entregar el control de las fuerzas de Seguridad a Hamas, que organizó
sus propias fuerzas. Los choques aislados entre ambas facciones se sucedieron
durante casi un año y medio, hasta que en junio de 2007 derivaron en una corta
guerra intestina.
A los islamistas les bastaron pocos días para expulsar a Al Fatah. Abu Mazen
disolvió el Gobierno electo de Hamas para nombrar otro Ejecutivo, tachado de
ilegal por algunos expertos palestinos que también criticaron duramente la
actuación de Hamas, y dividiendo 'de facto' los dos territorios palestinos.
El bloqueo fue impuesto tras el 'golpe de Estado' de Hamas.
El bloqueo comenzó días después de que los islamistas llegaran al Gobierno, pese
a las denuncias de las organizaciones humanitarias que advirtieron de que sin
las ayudas internacionales los territorios estaban abocados a una crisis
humanitaria.
Pocos meses después de la victoria electoral las ONG advirtieron de la escasez
de medicinas en los hospitales y avisaron del riesgo de enfermedades
infecciosas. Lo peor estaría por llegar. Primero fue la respuesta israelí a la
captura del soldado Guilad Shalit, que castigó duramente la Franja.
Musulmanes chiítas pisan unas imágenes de Bush y Rice en una manifestación en la
India. (Foto: AP)
Un año después, tras los combates interpalestinos, Tel Aviv declaró Gaza entidad
enemiga, permitiendo la entrada de apenas 19 productos básicos de los 3.500 que
entraban antes.
Desde entonces, la primera crisis humanitaria creada expresamente por Occidente
ha empobrecido a la población hasta límites insospechados. Si en 2007, un millón
de personas en Gaza (donde habitan 1,5 millones de palestinos) sobrevivía
gracias a las ayudas de la ONU, hoy se calcula que 1,2 millones comen gracias a
Naciones Unidas, que ha dejado de recibir alimentos básicos por el cierre
israelí. Hoy en día, los habitantes de Gaza tienen serias dificultades para
encontrar pan.
La culpa de la ofensiva es de Hamas por seguir lanzando cohetes.
El pasado día 19 de diciembre, Hamas dio por finalizada una tregua unilateral de
seis meses en la que los islamistas no lanzaron su artillería casera salvo en
respuesta a bombardeos israelíes, sin causar muertos. A cambio, exigían que Tel
Aviv aliviara el cerco permitiendo la entrada de productos básicos y de
combustible, algo que nunca ocurrió.
En esos meses la situación humanitaria se fue deteriorando en la Franja, hasta
el punto de que los israelíes prohibieron el paso de ayuda de Naciones Unidas e
incluso combustible para que las agencias de la ONU pudieran asistir a la
población.
"¿En qué otro lugar padece la ONU un embargo? ¿Dónde se somete la ayuda
alimentaria a tan severas restricciones?", se interrogaba el director de la
agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos, John Ging.
Por su parte, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi
Pillay, denunció que "el bloqueo es una violación de las leyes internacionales y
humanitarias".
El relator especial de la ONU para los territorios palestinos, el profesor judío
estadounidense Richard Falk, exigió a principios de diciembre un "esfuerzo
urgente [...] para aplicar las normas que protegen a la población civil
palestina de las políticas de castigo que suponen un crimen contra la
humanidad". Falk, que calificó el bloqueo contra Gaza de "continuada, flagrante
y masiva de la ley humanitaria internacional", fue expulsado por Israel cuando
intentó regresar a los territorios para terminar el informe que debe presentar
ante la ONU en marzo.
Una mujer israelí observa los desperfectos causados en su casa de Sderot por un
proyectil palestino. (Foto: EFE)
Israel se defiende de la ofensiva palestina.
Es cierto que las facciones armadas palestinas lanzan sus cohetes contra el sur
de Israel, al igual que es cierto que Tel Aviv acomete ofensivas aéreas contra
la Franja en lo que califica de "asesinatos selectivos" que por lo general
suelen ocasionar víctimas civiles. La cuestión está en qué tipo de daño hacen
unos y otros.
Según datos del Ministerio de Defensa israelí, la ONG The Israeli Project
calcula que 23 israelíes han muerto entre principios de 2001 y el verano de 2008
a causa de los proyectiles palestinos. Según el Centro Palestino para los
Derechos Humanos, en ese periodo 3.800 palestinos han muerto por ataques
israelíes, de los cuales casi 850 son niños.
Por otro lado, el Gobierno israelí invierte fuertes sumas en la seguridad de su
población asentada en las proximidades de Gaza, mientras que los palestinos
carecen no sólo de búnqueres, sino de medicinas, agua o suministro eléctrico.
Se trata de un ataque contra la infraestructura terrorista de Hamas.
Mezquitas, el canal de televisión de Hamas (Al Aqsa TV), la Universidad Islámica
de Gaza. Varios edificios civiles han sido atacados en la actual ofensiva de Tel
Aviv, además de centros políticos y militares.
El problema es que cualquier ataque contra un objetivo, incluso militar, en Gaza
arrastra a numerosos civiles dado que la Franja es uno de los lugares con mayor
densidad de población del mundo.
La mayoría de las víctimas han sido oficiales de la policía palestina afiliada a
Hamas, entre ellos su máximo responsable, nombrado por Al Fatah, lo cual lleva a
Israel a afirmar que las bajas son militares.
Sin embargo, según la IV Convención de Ginebra relativa a la protección de
civiles en tiempos de guerra, los funcionarios (incluidos los oficiales de
policía) son considerados civiles en los conflictos y no combatientes, por lo
que los grupos de Derechos Humanos denuncian una masacre.
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/12/30/internacional/1230654642.html
(*) Mónica G. Prieto fue corresponsal para Israel y los territorios palestinos
entre 2005 y 2007, y vivió en Gaza la victoria electoral de Hamas, las
consecuencias del bloqueo y la situación tras la guerra civil palestina.