Medio Oriente - Asia - Africa
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Imaginando lo imaginable
La solución socialista en Palestina
Palabras iniciales [1]
Durante los últimos diez meses, el boletín electrónico de Kanaanonline ha
publicado varios artículos en torno al tema de la solución de un Estado único en
Palestina. Mi decisión de iniciar este debate es el fruto de la lectura de
dichos textos y del estímulo de los editores de Kanaanonline [2].
Antes de profundizar en las deliberaciones sobre las ideas propuestas para un
Estado único, quiero hacer dos comentarios:
1) Lo que aquí presento es mi posición personal tras largos años de reflexión,
de estudio y de investigación. Espero que estas deliberaciones mías inciten a su
vez una reflexión y un estudio igual de profundos entre quienes se preocupan por
nuestro futuro.
(2) Aunque no tengo ideas preconcebidas sobre ninguna de las "etiquetas"
propuestas para las posibles soluciones (a saber, un Estado democrático, un
Estado binacional, un Estado democrático laico, un Estado socialista, etc.),
creo que la solución debe emanar de "objetivos estratégicos claros" para nuestra
lucha, a los cuales debemos comprometernos y con los cuales cualquier solución
propuesta ha de ser coherente. Dicho lo cual, me siento comprometido a luchar,
junto con todos los que comparten estas opciones, por una sociedad democrática,
justa, no explotadora, de creación autónoma, autosuficiente, libre e
independiente de dominación externa, en la Palestina histórica. En otras
palabras, me he comprometido a luchar por la antítesis del apartheid y de
cualquier forma de separación política, espacial, económica y psicológica
racista en el territorio histórico de Palestina.
Objetivos estratégicos
Los objetivos generales de nuestra lucha nacional colectiva, con la que estoy
comprometido, pretenden alcanzar los legítimos derechos históricos que, para el
propósito de este texto, se resumen en el derecho de todos los palestinos a
vivir libres e independientes en su territorio histórico, considerado como parte
integral de la totalidad de la Patria Árabe (Watam), sin la hegemonía de
fuerza política, económica o militar alguna.
Lo anterior se basa en varios prerrequisitos esenciales:
• Son nulas y carecen de validez jurídica todas las actividades resultantes de
la criminal colonización sionista de Palestina por parte de Occidente desde su
inicio a principios del siglo XX, lo cual incluye los territorios y el agua
robados para uso exclusivo de asentamientos sionistas judíos, todas los
expulsiones y reinserciones de poblaciones nativas, el acceso exclusivo y la
explotación de los recursos naturales por parte de la entidad sionista, etc.;
• Es imperativo el regreso sin trabas de todos los individuos y grupos
palestinos que fueron forzados a abandonar sus casas y sus propiedades por el
colonialismo sionista, con el apoyo activo de los centros imperialistas
occidentales; estos individuos y grupos palestinos podrán ejercer su derecho
natural inalienable a recuperar sus propiedades;
• Estos individuos y grupos palestinos tendrán derecho al uso productivo libre
de sus tierras y otros recursos naturales para el desarrollo autóctono de la
sociedad;
• Todas las personas de la Palestina histórica tendrán derecho a la libertad
total de escoger el tipo de sistema de gobierno que deseen, sin coerción o
prejuicio;
• Se garantizará la protección del principio original de separar las creencias
religiosas del sistema político y estará prohibido el uso de la religión como
base de gobierno;
• La igualdad de derechos de individuos y grupos estará garantizada para todas
las minorías que cohabiten en la nueva sociedad palestina;
• La insistencia en el principio básico de las relaciones entre la mayoría y las
minorías se basará en la igualdad y en la ausencia de explotación.
Aclaración conceptual
Este ensayo trata esencialmente del tipo de sociedad futura que yo (y, así lo
espero, nosotros) aspiro a ver desarrollado en el territorio de Palestina. Es
evidente que no creo que debamos aspirar a un "Estado-nación". Básicamente, creo
que los Estados-nación son anacrónicos y terminan por desaparecer como
estructuras organizadoras de grupos humanos. Por eso, sería insostenible, fútil
y una pérdida de energía si dirigiésemos todos nuestros esfuerzos a alcanzar un
nuevo Estado-nación (que, desde luego, no sería el único) tras dos o tres
generaciones. De ahí que haya decidido centrarme en el tipo de "sociedad" a la
que aspiramos. Se trata de una discusión que se sitúa en el ámbito de los
conceptos; no pretende ser una discusión sobre un "plan político" que se pueda
implementar a lo largo de las próximas décadas. Creo firmemente que si no
clarificamos e integramos los conceptos básicos y la idea que nos hacemos de
ellos, ningún plan político, sea el que sea, podrá mantenerse. Además, y para
que quede bien claro desde el principio, esta discusión no descarta ni debería
descartar o minimizar la urgente necesidad de incrementar la lucha popular en
curso contra la ocupación sionista-usamericana y la dominación de nuestros
territorios (así como contra todos sus agentes e intermediarios locales e
internacionales) y contra todos sus símbolos y estructuras (por ejemplo, el
ilegal muro de separación, las ilegales colonias sionistas judías, etc.) [3].
Desde esta perspectiva, se hace necesaria la deconstrucción y la cuidadosa
reconstrucción de un número esencial de componentes, y ello con el fin de que
podamos proceder de forma exhaustiva y sin ambigüedad. En primer lugar, me
centraré en tres componentes principales:
1. La naturaleza del territorio de Palestina (en el sentido histórico-espacial);
2. La composición de la ciudadanía en el territorio de Palestina;
3. El tipo de entidad, a saber, la configuración estructural política, económica
y social que organiza la existencia de los ciudadanos.
Elaboraciones preliminares
El territorio
1. Dado que las disposiciones de Sykes-Picot (1916) dividieron la región árabe
en unidades incoherentes e inviables de "Estados-nación", y dado que el
territorio histórico de Palestina fue escogido para la implantación del
sionismo, que es una empresa colonial occidental, todas las soluciones
propuestas para la "cuestión Palestina" –desde las recomendaciones de la
Comisión Peel en 1937, pasando por el Plan de Partición de Palestina en 1947 por
parte de Naciones Unidas, y culminando con los Acuerdos de Oslo en 1993 (y
posteriores)– se basaron en la premisa de la división del territorio de
Palestina, fueron injustas y contrarias a los derechos básicos humanos,
sociales, culturales y económicos del pueblo palestino. Su objetivo consistía en
llegar a un arreglo aceptable para los centros capitalistas occidentales y los
poderes dominantes, el cual ayudaría a crear una cabeza de playa en Palestina al
apoyar el establecimiento de un régimen sionista asquenazí que requería el
"desmantelamiento de la vida comunal Palestina y la pauperización de la mayoría
de su pueblo" [4], mediante la imposición de una implacable e incesante
dominación militar y económica de Palestina, a través de la cual la hegemonía
imperial occidental podría extenderse a toda la región árabe y musulmana.
2. Cuando digo Territorio de la Palestina Histórica de refiero a las áreas
"septentrionales de Siria", que fueron etiquetadas de "Palestina" al final de la
Primera guerra mundial y que, por designación, cayeron bajo ocupación británica
y terminaron por ser etiquetadas de "Territorio Enemigo Ocupado" [5]. Con
independencia de las diferentes estructuras administrativas que se fueron
sucediendo con el tiempo, este territorio incluía toda la región occidental del
río Jordán, a lo largo de una línea que se extendía desde la frontera libanesa
en el norte hasta al-Naqab en el sur y que llegaba, en el oeste, hasta el mar
Mediterráneo, a lo largo de una línea que incluía al-Naqab hasta el sur de Rafá
y, por el norte, hasta la frontera libanesa, con la inclusión de toda Galilea.
Por lo tanto, la Palestina Histórica que aquí se utiliza incluye todo el
territorio que los británicos, presionados entonces por el movimiento sionista,
insistían en tener bajo su mandato o lo que actualmente se denomina Cisjordania,
Israel y la Franja de Gaza.
3. Este territorio era una parte orgánica e inseparable de la Patria Árabe (Al-watan
al-Arabi) para la nación árabe, que incluía al pueblo árabe palestino. Los
actuales "Estados-nación" o "mini-estados-nación" árabes de la región son
configuraciones artificiales y reflejan el equilibrio del poder entre las
fuerzas imperiales occidentales que en aquella época se enfrentaban entre sí.
Por lo tanto, la solidez futura de estas "configuraciones estatales" es dudosa.
Los ciudadanos
La futura sociedad en Palestina estará compuesta por:
• Todos los palestinos y los judíos que vivían (y siguen viviendo) en el
territorio de Palestina antes de 1948;
• Todos los palestinos que fueron expulsados o forzados a huir como consecuencia
del proceso de limpieza étnica y del desmembramiento de la sociedad palestina
autóctona, como preparación para la creación del Estado sionista asquenazí en
1947-1948;
• Todos los demás grupos de población, con independencia de su afiliación
religiosa o sectaria, que acepten y se comprometan a respetar la esencia de los
"objetivos estratégicos" delineados aquí arriba.
Esto se basa en las siguientes premisas:
1. La población árabe autóctona de Palestina tiene la intención de hacer una
concesión histórica y declara que, a pesar del sufrimiento criminal e injusto a
que fue sometida por la creación y el mantenimiento del Estado sionista
asquenazí, desea vivir en Palestina junto a los judíos no sionistas bajo el
principio de la igualdad.
2. Se implementará y se respetará el "derecho al retorno" de todo los palestinos
que lo deseen y se anulará y desmantelará la racista "ley del retorno" de los
judíos.
3. El "pueblo judío" [6] es un mito histórico, creado y perpetuado por el
racista movimiento colonial de pobladores sionistas para justificar la
colonización y el robo del territorio del pueblo autóctono de la Palestina
histórica con el fin de utilizarlo como cabeza de playa para la extensión de la
hegemonía imperialista occidental
4. Los judíos no sionistas en la futura sociedad Palestina constituirán un grupo
ordinario de personas que sólo se distingue por su adhesión a una creencia
religiosa. De acuerdo con esto, no constituirán un grupo "étnico" o "nacional",
al igual que sucede con la minoría cristiana en Palestina o con la población
musulmana en Francia, USA, el Reino Unido, Alemania, etc. Si escogen vivir con
nosotros tendrán garantizado el derecho a ejercer sus valores y costumbres
culturales y religiosos, pero no podrán reclamar un "derecho de
autodeterminación" como si constituyesen un grupo "nacional" [7].
5. Las poblaciones de fe judía que existen en otras partes del mundo forman
parte integrante de los países en los que existen; no pueden hacer reclamaciones
históricas o religiosas sobre el territorio de Palestina como si fuesen parte de
un "pueblo diseminado". La "diseminación histórica" de los "judíos" fuera del
territorio de Palestina es igualmente mítica; sus pretensiones hasta la fecha ha
sido algo putativo y artificial.
La entidad: "soluciones" propuestas
Durante los últimos cien años o desde la arremetida del proyecto sionista, ha
habido diversas propuestas "principalmente políticas" sobre la naturaleza de la
futura entidad que organizará la vida de la población en el territorio de
Palestina [8]. Yo ofrezco aquí mis ideas sobre tales propuestas según su
coherencia con los "objetivos estratégicos" descritos más arriba.
Empezaré con aquellas "propuestas" que pueden eliminarse de inmediato a causa de
su evidente incoherencia con los principios básicos de los denominados
"objetivos estratégicos".
1. La idea de los "dos Estados"
Esta propuesta, promovida por la OLP desde 1988, presupone lo siguiente: la
partición física del territorio histórico de Palestina; la división del pueblo
palestino en categorías desconectadas y aisladas desde el punto de vista
político-espacial; la aceptación de la inaplicabilidad del Derecho al Retorno;
la continuación, el mantenimiento y la aceptación del estado racista sionista
asquenazí establecido en la tierra que nos robaron; la continua explotación de
las clases sociales marginales y pobres y el aumento de las diferencias entre
los ricos, que dominan los recursos disponibles a través de la corrupción y la
cooperación con capitalistas sionistas, y los pobres, que se empobrecen cada vez
más; y la sumisión a la hegemonía de USA y de otros importantes poderes
imperiales occidentales sobre Palestina y sobre la totalidad de la región árabe
y musulmana.
Esta propuesta es ostensible e inequívocamente incoherente con nuestros
"objetivos estratégicos" y, por lo tanto, queda eliminada de nuestras
deliberaciones.
2. La idea del "Estado islámico"
Esta propuesta no ha sido objeto de mucha elaboración ni difusión, pero existen
esbozos de sus principios básicos, que se pueden resumir como sigue [9]: El
territorio de Palestina es una institución (waqf) islámica bajo ocupación
y el hecho de ceder cualquier parte de él constituye una grave violación de la
ley divina; la nación musulmana tiene la responsabilidad de liberarlo y de
establecer en su interior un Estado islámico. El Estado islámico en Palestina
será gobernado mediante leyes religiosas, aplicadas por sus líderes religiosos.
Será un Estado religioso en el que judíos y cristianos (los pueblos Dhimma)
gozarán de libertad para practicar su religión, pero no para compartir el poder.
Los ciudadanos estarán divididos sobre la base de la religión (y tratados en
consecuencia).
Incluso si esta propuesta incluye el potencial de proteger la tierra santa de
Palestina, plantea graves cuestiones básicas sobre la libertad de elección, la
separación entre religión y sistema político, la naturaleza de la ciudadanía, la
diversidad política, etc. Es asimismo incoherente con los "objetivos
estratégicos" y queda eliminada de nuestras deliberaciones.
3. La idea del "Estado binacional"
Ésta es, quizá, la idea más difundida desde los años veinte por judíos sionistas
y no sionistas, árabes palestinos de la izquierda y otros izquierdistas y
activistas. Al mismo tiempo, estas discusiones, escritos, declaraciones, etc. se
caracterizaron por una ausencia total de claridad [10]. Sin embargo, dado que
existe un gran corpus escrito y se ha discutido mucho sobre esta idea, podemos
fácilmente recopilar sus premisas esenciales. Su principio básico y más
importante es que existen dos "nacionalidades" que compiten en Palestina/Israel,
una "nacionalidad judía" y una "nacionalidad palestina", y a cada una de ellas
se le debe reconocer un derecho a la autonomía política y cultural, que
conduciría a la autodeterminación. Esta premisa asume la paridad entre ambas
"nacionalidades" sin dominación de un grupo sobre el otro, pero deja diversos
puntos sin clarificar y adolece de ambigüedades graves y problemáticas:
• Empieza por aceptar la estructura sionista de control, la discriminación y la
dominación existentes en la actualidad, no pone en entredicho el Estado sionista
asquenazí que fue creado por la fuerza, mediante la limpieza étnica de la
población Palestina autóctona, y lo recompensa con la aceptación.
• La idea del "Estado binacional" se basa en el mismo principio mítico sionista
de que los judíos del mundo constituyen un "pueblo" o una "nacionalidad" y de
que tienen un derecho histórico y religioso al territorio histórico de
Palestina.
• No existe una idea clara de cuál será el territorio objeto de esta idea
"binacional": ¿será el territorio no dividido del actual "Estado sionista
asquenazí" o el territorio de la Palestina histórica.? Ambas posibilidades
tienen implicaciones sobre la "potencialidad" de implementar unos derechos
palestinos genuinos.
• No asume como precondición el desmantelamiento de la estructura sionista
existente de apartheid y de su injusto, ilegal y desigual control sobre los
recursos naturales y materiales y los medios de producción.
• No hace hincapié en el derecho palestino al regreso como condición previa.
• De acuerdo con estos principios, el "binacionalismo" podría muy bien ser una
forma de apartheid, no necesariamente democrática.
Sobre la base de nuestro análisis de estas premisas, la idea "binacional"
propuesta, como medio para restituir los derechos palestinos genuinos, no es
coherente con nuestros "objetivos estratégicos", enumerados más arriba.
4. La idea del "Estado democrático laico"
Esta idea surgió inicialmente en la revolución Palestina tras la derrota militar
de los Estados árabes en 1967 y la ocupación militar israelí del resto de
Palestina, de la península egipcia del Sinaí y de los Altos del Golán sirios.
Las premisas de esta idea dieron lugar a un "animado debate" que duró cuatro
años, hasta 1971 [11]. Sin embargo, aquel debate se terminó entonces y fue
reemplazado pocos años después por la discusión activa de la propuesta de los
"dos Estados"; y no volvió a resurgir con fuerza hasta los últimos 10 o 15 años,
aunque sin mucha elaboración. Los intentos iniciales de infundir más claridad a
sus principios carecían de fundamento y no pasó de ser un eslogan. Las premisas
básicas de esta idea y los problemas que genera son los siguientes:
• El establecimiento de un Estado "Democrático" moderno (y no sectario) en la
Palestina histórica, en el cual el énfasis se sitúa en lo "democrático" y no
mucho en su "laicidad".
• La aceptación palestina de que los "judíos israelíes" tenían un lugar en la
"futura Palestina", al igual que los "cristianos" y los "musulmanes". El
problema conceptual no se plantea con los "cristianos" o los "musulmanes", que
son constituyentes naturales subyugados de la Palestina histórica, sino con los
"judíos israelíes". Por lo tanto, los intentos iniciales se centraron en
distinguir entre "judíos", como grupo religioso, y "sionistas", como ejecutores
de una ideología opresiva y colonizadora. Había un énfasis inicial en lo "laico"
o "no sectario". Sin embargo, a falta de aclaraciones adicionales de esta
premisa, el problema sigue siendo la división de la población en sectas basadas
en identidades religiosas.
• En ausencia de claridad, la implicación de aceptar "judíos israelíes" quedó
sometida a la interpretación de aceptarlos como grupo "religioso" o como grupo
"nacional", con un derecho potencial a la "autodeterminación", que en este punto
no se distinguiría de la idea "binacional".
• Dado que esta propuesta se percibió desde el principio como una idea
"liberadora", quedó claro que uno de sus prerrequisitos era el desmantelamiento
de la estructura sionista existente en Palestina y de todas sus ilegales
consecuencias; pero, de nuevo, quedó sin elaborar.
• No se hace hincapié al derecho palestino al retorno como condición previa; se
asume por insinuación.
Existe un cierto grado de coherencia entre las premisas de esta idea y los
"objetivos estratégicos", pero no suficiente para adoptarla.
Creo que una sociedad democrática y socialista (y sin contradicción) en la
Palestina histórica es la única idea que posee el potencial de ser coherente con
nuestros "objetivos estratégicos". Una idea como ésta liberará a la Palestina
actual de las garras de la dominación política y económica
sionista-asquenazí-occidental; en ella, los recursos naturales de la tierra y el
agua y los medios de producción quedarán de nuevo bajo el control legítimo del
pueblo.
Y, finalmente, ¿por qué apoyo la idea de una sociedad socialista democrática en
la Palestina histórica?
Pues porque apoyo una solución justa, moral y continuada que encarna el
potencial de restaurar los derechos genuinos palestinos en su patrimonio
histórico. Esta solución:
1. Rectifica el mal histórico e ininterrumpido y la injusticia cometida con el
pueblo palestino;
2. Mantiene la integridad geográfica y territorial de Palestina como parte la
Patria Árabe;
3. Insiste en el derecho del regreso de todos palestinos a sus tierras y
propiedades, de las que fueron criminalmente desalojados por la fuerza;
4. Desmantela todas las estructuras y leyes sionistas y judías israelíes
edificadas sobre la desigualdad y la exclusión de los árabes palestinos con el
propósito de imponer y mantener un control hegemónico del Estado sionista
asquenazí sobre toda la región;
5. Permite y alienta la convivencia mutua entre árabes palestinos y judíos
israelíes en el territorio histórico de Palestina, en el interior de una
sociedad democrática, no sectaria, igualitaria, no represora, no explotadora,
justa y abierta;
6. Promete un desarrollo genuino y sostenible del territorio de Palestina para
beneficio de todos sus habitantes, en especial los pobres y los marginales,
centrándose en el uso eficaz, productivo y racional de la tierra y el agua para
todos sus trabajadores;
7. Establece un importante ejemplo humano de cómo los antagonistas pueden vivir
juntos en armonía dentro de un espacio físico delimitado, una vez que la
ideología y la práctica racistas y exclusivistas hayan sido abolidas.
Notas
[1] Me he tomado la libertad de invertir el título del artículo de Walid Khalidi,
"Thinking the Unthinkable: A Sovereign Palestinian State" [Imaginando lo
inimaginable: un Estado palestino soberano], Foreign Affairs, Vol. 56,
No. 4, July 1978, New York.
[2] Véase