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Sudáfrica: Jacob Zuma gana la batalla a Mbeki y le sustituye en la presidencia del ANC
Gara
El popular ex vicepresidente de Sudáfrica Jacob Zuma fue elegido ayer nuevo
presidente del Congreso Nacional Africano (ANC), cargo que ocupará los próximos
cinco años, tras derrotar al líder y actual mandatario del país, Thabo Mbeki, en
la batalla desatada en el seno del partido.
La conferencia del Congreso Nacional Africano (ANC), que gobierna Sudáfrica sin
oposición desde 1994, eligió ayer a su vicepresidente Jacob Zuma para liderar en
los próximos cinco años el partido y, probablemente, dirigir el país tras las
elecciones presidenciales de 2009. Zuma derrotó al hasta ayer presi- dente del
ANC y actual jefe de Estado, Thabo Mbeki, por 2.379 votos (60%) contra 1.505.
Las primarias del ANC, en las que Mbeki trató de bloquear el ascenso de Zuma,
fueron pospuestas dos veces desde el inicio de la conferencia, el pasado
domingo.
La pugna por la jefatura del ANC ha dividido profundamente al partido que
gobierna Sudáfrica desde el fin del régimen racista del apartheid.
Jacob Zuma, respaldado por el Partido Comunista, el Congreso Sudafricano de
Sindicatos -miembros de la alianza tripartida gubernamental- y las ligas de
mujeres y jóvenes, llegó a la conferencia con una gran ventaja sobre Mbeki, a
quien ya había derrotado en la votación preliminar en las regiones del país.
Los analistas puntualizan que el error de Mbeki, considerado «muy frío» por las
masas, ha sido su insistencia en seguir aplicando una política de centralismo
democrático en vez de una democracia plena en el ANC.
Durante su época de movimiento de liberación, las decisiones las tomaban sus
líderes en el exilio sin contar con las bases. Este funcionamiento se mantuvo y
las decisiones se seguían tomando a puerta cerrada, sin consultar con las bases.
Así fue como Mbeki fue elegido su líder y, en ese cargo, eligió a sus
colaboradores en base a su lealtad y primó a quienes habían compartido exilio
con él, con el consiguiente resentimiento de quienes combatieron el apartheid en
primera línea.
Zuma, antítesis del frío y autocrático Mbeki, fue uno de esos soldados de «a
pie» del ANC, donde llegó a ser jefe de Inteligencia, y compartió con Nelson
Mandela la prisión de máxima seguridad de la isla Robben, en la que pasó diez
años.
Su jovialidad, sumada a sus orígenes humildes -es hijo de una trabajadora
doméstica y no posee estudios formales- y la imagen de «paladín de los pobres»,
ha encajado perfectamente con las aspiraciones de las masas, que después de
trece años de gobierno del ANC tras el fin del apartheid aún no han salido de la
pobreza.
Si quiere restaurar la unidad en el seno del partido, Zuma va a tener que tender
la mano al sector que ha sido derrotado.