El regreso de la cuarta flota y el futuro de América latina
Jules Dufour
Mondialisation.ca
Las tuercas se aprietan contra América Latina. La cuarta flota estadounidense ha
entrado oficialmente en servicio el primero de julio. Este nuevo anuncio del 23
de abril pasado no sorprende cuando uno sabe que Washington se ha mostrado en
los últimos años, muy preocupado por los movimientos de emancipación económica
social y política que hacen varios países de América del sur con los avances
extraordinarios de la revolución bolivariana y sobre todo, desde que se ha
formado la alianza bolivariana de las Américas (Alba) y que se han creado varias
instituciones concebidas para asegurar una mayor autonomía de los países de la
región.
Recuperar el terreno perdido parece ser el desafío hecho en la política
estadounidense de intervención en América del Sur. Retomar el control en todos
los planes y, sobre todo, sobre el plan militar. La cuarta flota es un elemento
de la estrategia global aplicada en este contexto. Así, la presencia de esta
flota en las aguas que rodean Suramérica y el mar Caribe se ejercerá una presión
que será una amenaza constante sobre los regímenes políticos que ya no se
conforman mas con las reglas del « partenariat » impuestas por Washington o
sobre los que osarían ponerlas en tela de juicio, es decir sobre los que han
hecho progresar la democracia participativa, ciudadana y solidaria como sucede
en Venezuela, en Bolivia y en Ecuador. Esta presión se agrega al proceso de
desestabilización de gobiernos de estos Estados y de consolidación de armadas
nacionales de países que continúan siendo fieles y que se han comprometido a
colaborar.
Según el comunicado de prensa emitido el pasado 23 de abril, esta flota tendrá
por misión patrullar en las aguas latinoamericanas y caribeñas. Creada en 1943
con el fin de proteger los navíos en el Atlántico sur, ésta estructura había
sido abolida en 1950. «Volviendo a poner en servicio la IV flota nosotros
reconocemos la inmensa importancia de la seguridad marítima en este región"
declaraba el almirante Cary Roughead jefe de operaciones navales del Pentágono.
La IV flota tendrá como base a Mayport, en el estado de la Florida y será puesta
bajo la doble jefatura de la marina americana y de las fuerzas militares del
comando sur.
Este artículo tiene como objetivo presentar el contexto en el cual se realiza el
regreso de esta flota y de examinar las consecuencias que pueden ejercer su
presencia sobre el futuro de América latina. El artículo presenta una visión
general de los comandos sobre los cuales estará ubicada esta flota y del mandato
que se le ha confiado. Finalmente, el mostrará los elementos que los
estadounidenses buscan poner en marcha para una invasión eventual de América del
Sur.
I. El comando Sur
La IV flota será ubicada bajo la jefatura del Southern Command (SC). Este
comando o el comando Sur (US SOUTHCOM) que posee sus cuarteles generales en
Miami, en Florida, es uno de los nueve comandos de combate unificados del
departamento de la defensa de los EEUU. Su territorio de intervención cubre la
superficie de América del Sur, de América Central y del Caribe. De hecho le
corresponde una superficie total de 40,4 millones de kilómetros cuadrados, es
decir la de los 30 países (listados mas abajo) que componen el subcontinente y
de un punto de vista global intervienen sobre un espacio correspondiente acerca
del 20% de la superficie total de los continentes.
Este comando esta dotado de un doble mandato, a la vez militar y civil. Su
personal proviene de la armada, de la fuerza naval, de la fuerza aérea, de la
infantería de marina, del servicio de guardacostas y de otras agencias
federales. Sus diversas misiones y actividades de cooperación en el dominio de
la seguridad se efectúan sobre el comando conjunto de la armada del Sur, del
comando de la fuerzas navales del sur, de las fuerzas de infantería, de la
marina del Sur, del comando de operaciones especiales del sur, de la fuerza de
la misión conjunta interinstitucional del sur, del comando de la misión conjunta
Bravo, del comando de la fuerza de misión conjunta Guantánamo y de las Oficinas
de asistencia a la seguridad (southcom.mil ). La misión del SC es de efectuar
operaciones militares y de promover la cooperación en el dominio de la seguridad
con el fin de obtener los objetivos estratégicos de los EEUU; para hacer esto,
el SC dispone de una serie de recursos para combatir el narcoterrorismo, para
prestar ayuda humanitaria en reacción a los desastres para hacer operaciones que
necesitan la participación de la armada y para intervenir en el teatro de
operaciones llevadas para garantizar la seguridad. El SC tiene como objetivos
principales el de asegurar la defensa de los EEUU como el de promover las
alianzas regionales y la estabilidad hemisférica de esta misión. Esta misión y
estos objetivos se enmarcan al interior de una estrategia global que consiste en
formar alianzas colectivas para garantizar la seguridad, para promover la
estabilidad y favorecer la prosperidad en todo este espacio operacional tomando
como recursos todas las fuentes de las que disponen los estados nacionales de
las Américas.
El comando del SC se ejerce sobre la masa terrestre de América latina situada al
sur de México, las aguas que rodean América central y América del Sur, las del
mar Caribe con sus doce países insulares y territorios sobre la jurisdicción de
países europeos el golfo de México y una porción del Océano Atlántico. Veamos la
lista de los países ubicados sobre la vigilancia de este comando: Antigua y
Barbuda, Argentina, Las Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Islas
Caimanes, Chile, Colombia, Costa Rica, Dominica, La República Dominicana,
Ecuador, El salvador, Granada, Guatemala, Guyana, República de Haití, Honduras,
Jamaica, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucia,
San Vicente y las Granadinas, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela, (southcom.mil).
II. La doctrina Monroe y la política del "Big Stick"
La aplicación de los principios de la doctrina Monroe, por medio de la política
del "Big Stick", ha sido materializada en el siglo XX a través de un centenar de
intervenciones militares o secretas.
Esta política se aplica hoy en día con los dispositivos de vigilancia y de
intervención que no exigen necesariamente una invasión terrestre para asegurar
el control de un territorio. Es de esta forma que el Southern, no ha estado
presente totalmente sobre el terreno; para él, solo le basta con disponer de las
informaciones necesarias y el puede golpear ahí donde es necesario de hacer a
partir de instalaciones militares que pueden situarse a miles de kilómetros de
blancos u objetivos. El golpe perpetrado en suelo ecuatoriano contra las FARC el
primero de marzo pasado, es la prueba de esta situación. Este comando se muestra
indispensable para asegurar la seguridad de los intereses americanos en la
región y para controlar el acceso a los recursos estratégicos tales como los
recursos energéticos fósiles y las reservas de aguas de la Amazonia.
Los estadounidenses disponen, al igual que con el cierre de sus instalaciones en
Panamá, de un imponente arsenal de combate disponible para defender los
intereses americanos en América del Sur o para "defender la América" como ellos
lo dicen en sus reportes. Ellos pueden contar con las fuerzas acantonadas en los
mismos Estados Unidos y eventualmente sobre aquellas de las armadas nacionales
de muchos países tales como el Perú, Guatemala, República dominicana, El
Salvador, Honduras, Paraguay, Chile y Colombia. Es en este ultimo país y en
Honduras que los contingentes de soldados americanos son los mas importantes. En
Colombia, se nota la presencia de 800 militares americanos y de 600 consejeros
ubicados bajo contrato. Estos efectivos apoyan desde Bogotá las operaciones
contra las FARC y sobre todo contribuyen a la formación y al entrenamiento de
las fuerzas militares de Colombia, todo bajo el financiamiento que desde hace 10
años se realiza en el marco del llamado Plan Colombia.
Este plan, que al inicio fue concebido esencialmente para permitir la
erradicación de la coca y luego reemplazarla por otros cultivos fue transformado
desde su puesta en marcha en 1999, por un programa de financiamiento de
operaciones militares ejecutadas por el ejercito colombiano o por diversas
fuerzas paramilitares de este país. A partir del 2001, el financiamiento dado
por la administración Bush ha ido incrementándose de manera significativa
pasando del orden de un poco mas de 100 a 380 millones de dólares,
correspondientes a una parte importante de los 676 millones de dólares acordados
en el marco de " la iniciativa andina de guerra contra las drogas". En 2004,
este financiamiento alcanzo la suma de $ 463 millones de dólares.
Según Piedad Córdoba Ruiz, senadora colombiana, presidenta del comité de
derechos humanos del senado y vicepresidenta del partido liberal colombiano, el
48.5% de las fuentes de financiamiento del Plan provienen del Estado colombiano,
4,9% de créditos (de acciones para la paz) y 46.6% de la comunidad
internacional. De la parte de los Estados Unidos, la ayuda prevista es del orden
de los 1574 mil millones de dólares, de los cuales 1036 millones de dólares
serán reservados para el refuerzo de los "batallones antinarcóticos" y para la
compra de helicópteros Black Hawk y otros 93 millones de dólares para la
consolidación de la justicia permitiendo de "perseguir, de juzgar y de condenar
los narcotraficantes y otros delincuentes", transformando así progresivamente el
sistema judicial tradicional colombiano.
III. Las instalaciones militares sobre las cuales puede contar el Southern
Command en América Latina
El SC puede operar a partir de sitios localizados en Fort Buchanan, en San Juan
(Puerto Rico), y en Fort Bravo en Soto Cano en Honduras. Además, él posee otros
sitios avanzados en Comalapa en El Salvador, en Manta en Ecuador y sobre las
islas de Aruba y de Curazao (mapa: Las instalaciones militares de los US ver:
http://www.ciponline.org/facts/fol.htm).
El comando trabaja de manera cooperativa con las fuerzas militares del Perú, del
Salvador, del Brasil, de Honduras, del Paraguay, de Guatemala y de Chile.
IV. La IV Flota
Según N. Kozloff, «11 navíos están actualmente ubicados sobre el Southern
Command, una cifra que podría aumentar en el futuro. La flota tiene previsto
asignar un porta aviones de propulsión nuclear, en ese sentido el USS George
Washington tiene esa fuerza. Según otras informaciones presentadas por M.D.
Espinoza, los Estados Unidos tendrían para este objetivo 10 porta-aviones Nimitz
que poseen una potencia de desplazamiento de 101,000 à 104,000 toneladas y un
largor de 333 metros; estos aparatos están dotados de dos reactores nucleares,
pueden desplazarse a una velocidad de 56 Km por/hora y tienen la capacidad de
albergar 80 aviones bombarderos.Vale la pena tener en cuenta otros dos navíos
que harían parte de la flota, el USS Kearsarge y el USS Boxer.
V. La IV Flota. ¿A que hay que temer más?
Durante el siglo XX las fuerzas navales americanas han estado omnipresentes en
los océanos del hemisferio sur de la misma manera que lo han sido en todos los
espacios oceánicos del planeta. La presencia y las operaciones navales
conducidas por la marina americana puesta al mando del Southern Command son una
realidad que afecta América latina en conjunto desde 1960. Pues en efecto, cada
año las fuerzas navales del Southern Command realizan maniobras militares y
especialmente las operaciones UNITAS. Estos ejercicios se realizan con la
participación de algunos países suramericanos y otros países invitados. Las de
2008 realizadas en el Pacifico, terminaron en el Perú. Ellas reunieron personal
de las fuerzas navales del Southern Command, de los destructores Squadron Four
Zero, USS Forrest Sherman, USS Farragut y USS Kauffman así como personal de la
división internacional de entrenamiento de la guardia costera de los Estados
Unidos y el personal de la marina..
Según el Southern Command, esta operación tiene como objetivos el de reforzar la
seguridad marítima en la región. La de 2008 ha permitido de simular diferentes
tipos de guerras electrónicas, de dispositivos de defensa anti-aérea y aérea,
una guerra en contra de submarinos y de ejercicios de intercepción en alta mar.
Según el Southern Command, este ejercicio proporciona oportunidades de
entrenamiento en alta mar, en un ambiente inseguro que ofrece la posibilidad de
crear escenarios que aumentan las capacidades de las fuerzas de los nuevos
aliados que buscan los mismos resultados. Este ejercicio anual refuerza la
cooperación amistosa y mutua así como la comprensión entre las fuerzas navales
participantes.
El regreso de la IV flota en las aguas que rodean América latina no es muy
seguro para sus gentes. Esto no sirve sino para venir a exacerbar el clima de
tensión que reina en el subcontinente desde que el presidente de Venezuela busca
a poner en marcha una estrategia y a aplicar un plan de resistencia frente a la
presencia imperialista de los Estados Unidos en la región
El proyecto de crear un Consejo de defensa Sur americano que defendería América
del Sur de las intervenciones extranjeras ha sido expuesto recientemente al
igual que la dificultad de las fuerzas navales americanas aumentan cada vez mas
para obtener la autorización de anclar en las instalaciones maritimas de varios
países, situación que hace temer los Estados Unidos de ver las alianzas que
ellos han hecho con varios países de la región caerse poco a poco. El
restablecimiento de la IV flota podrá facilitar la consolidación de ventajas con
la obtención de presupuesto suplementarios significativos para el rearme de
países considerados como aliados confiables tales como Colombia y Perú. Al fin
de cuentas, este nuevo elemento sobre la escena latinoamericana no puede
conducirnos mas que a un aumento de las tensiones internacionales, a una
intensificación del proceso de militarización en el conjunto de la región y a la
creación de situaciones que no servirían sino para provocar conflictos armados.
Conclusión
Las reacciones que deja esta noticia en América latina muestran que este gesto
de los estadounidenses es considerado como una "verdadera declaración de guerra"
contra Venezuela y sus colaboradores. El presidente Chávez declaraba el 1 de
junio que ".el agrega que "el envío de la Cuarta Flota a patrullar las aguas
latinoamericanas es una amenaza». Él agrega que «no tiene dudas de que se trata
de una amenaza, y señaló que una de las razones para ello sería la gran reserva
petrolera de Venezuela»
Durante su intervención en la cumbre de Mercosur que recientemente se realizó en
Tucumán Argentina, el presidente Chávez se refirió así a la decisión de
Washington:" Yo creo que nosotros debemos pedirle al gobierno de los EEUU de que
nos diga de que se trata, lo que ellos quieren hacer con esto, la intención que
ellos tienen de hacer en nuestras aguas, en nuestro medio ambiente, en el
Atlántico, en el pacifico".
¿Que puede uno esperar de los EEUU?¿Que estrategia podrían adoptar ellos para
reconquistar América del Sur, neutralizar los movimientos revolucionarios que
están llevando a cabo varios pueblos del América del Sur, aislándolos y
empobreciéndolos parece todavía la opción que le espera a Bolivia. Como hemos
podido observar en lo corriente de los últimos años, aislar a Venezuela y hacer
de tal manera que sean saboteados todos los esfuerzos de integración que este
país busca a desarrollar en el conjunto del hemisferio sur es un objetivo a
seguir. Proceder en el refuerzo de las armadas nacionales "todavía fieles" es un
elemento determinante. Demostrar que el gobierno de Venezuela colabora con los
grupos considerados como terroristas por Washington (es lo que han buscado
desesperadamente hacer haciendo un enlace entre el presidente Chávez y las FARC)
con el fin de poder justificar un segundo golpe de estado que de hecho, esta vez
si, debería mostrarse ventajoso para una intervención directa por el mar o una
invasión terrestre a través de Colombia.
Terminando vale la pena de retomar las reflexiones de R. Zibechi concerniente a
la decisión de Washington de: "Lo que uno busca es de rediseñar el mapa de la
región y la del mundo y esto en favor de la multinacionales y del imperio,
desplazando poblaciones enteras ahí donde hay riquezas naturales o ahí donde el
capital persigue las tierras para producirlas las comodidades que brindan el
monocultivo y para esto, servirse de la corrupción y de la fuerza para borrar
los gobiernos que molestan. La IV flota constituye una de las piezas de este
engranaje".
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