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Paraguay: un país en disputa
Ivan Pinheiro
Si resuelve ser fiel a sus promesas de cambios, Lugo tendrá que adoptar, a corto
plazo, acciones urgentes destinadas a aplacar los problemas sociales
En la apertura de la ceremonia de posesión de Fernando Lugo, se escuchó dos
veces seguidas el Himno Nacional. En la primera, cantada en español, los
comandantes militares llenaron sus pechos, se perfilaron e hicieron los saludos
militares. En la segunda, en guaraní, ellos se relajaron y bajaron sus brazos.
Enseguida, escucharon inertes al nuevo Presidente anunciar, entre otras
intenciones, que acabará con la corrupción y que las Fuerzas Armadas tendrán que
pasar seguridad y respeto al pueblo, al revés del miedo.
La posesión fue marcada por la esperanza popular, tras sesenta años con el mismo
partido conservador en el poder. 96% de los paraguayos creen que habrán cambios
positivos. Hubo simbolismo hasta en el tratamiento a los jefes de Estado de
América del Sur. Fueron destacadas las ausencias de Alan Garcia, de Perú, y
Álvaro Uribe, de Colombia. Fue impresionante el recado del pueblo paraguayo, al
aplaudir los presentes exactamente en la proporción de los cambios que impulsan
en sus países, en el siguiente orden creciente: Tabaré Vasquez, Bachelet, Lula,
Cristina Kirchner, Rafael Correa, Evo Morales y Hugo Chávez.
Tras una semana de la posesión, la primera providencia de Lugo fue sustituir los
comandantes militares. La segunda fue decretar el comienzo de la reforma
agraria, exactamente en las tierras donde el dictador Strossner expulsó
guaraníes para pasarlas ilegalmente a sus aliados, incluyendo algunos compañeros
de farda.
Sin embargo, a pesar de la notoria voluntad política del nuevo Presidente y de
sus compromisos con los movimientos sociales, sobretodo los indígenas y los
campesinos, serán enormes las dificultades para llevar a cabo su programa de
cambios democráticos, populares y nacionales:
- Paraguay se resiente hasta hoy del masacre promovido por la llamada Triple
Alianza (Brasil, Argentina y Uruguay) – allá llamada de "Triple Infamia" – que
aniquiló casi toda la población, especialmente la masculina. Las tropas
brasileñas, cuando se retiraron, saquearon el país, incluso el Archivo Nacional
paraguayo, lo que resulta un absurdo que aún no haya sido devuelto por nuestro
gobierno.
- el país posee menos de seis millones de habitantes, cuya mayoría vive en la
pobreza y en el analfabetismo. La población es sometida a una profunda
alienación. El país es satélite económico y cultural de Estados Unidos y "socio
de lujo" de Taiwán: debido a la falta de industrias, exporta materias primas e
importa casi todo, incluso fruslerías para intermediar.
- ea frente que ha elegido Lugo es heterogéneo: APC (Alianza Patriótica para el
Cambio) – Partido Liberal y Tekojoja; APS (Alianza Patriótica Socialista) –
Partido Comunista Paraguayo, Partido Convergencia Popular Socialista, Partido de
la Unidad Popular, Plenaria Política Campesina y Indígena etc.; - PMAS (Partido
del Movimiento al Socialismo).
- el Vicepresidente es del Partido Liberal, un partido social liberal. Es el
partido más fuerte de los que han apoyado a Lugo y el único que ha elegido
representantes: casi un tercio de los Diputados y Senadores, además de algunos
gobernadores y alcaldes.
- los Colorados (hace 60 años en el poder) tienen las mayores bancadas en el
Congreso Nacional (Cámara y Senado), además del mayor número de Gobernadores y
Alcaldes; en alianza con el partido de Lino Oviedo, la oposición de derecha
tiene dos tercios de las dos casas legislativas. El otro tercio queda con los
liberales.
- los partidos de la izquierda están en reconstrucción. Ningún de ellos ha
elegido parlamentares al Congreso Nacional, ni gobernadores y alcaldes.
Solamente Tekejoja ha elegido un diputado, pero específico para el Parlatino. El
nuevo Presidente es afiliado a ese partido, que fue creado por movimientos
sociales antes de las elecciones.
- Fernando Lugo tendrá que convivir con una cúpula burocrática corrupta y
reaccionaria: los colorados ocupan los principales cargos en la Justicia, en el
Cuerpo Diplomático, en las Fuerzas Armadas, en los Ministerios, en el Congreso
Nacional y hasta en la Presidencia de la República y en el Palacio del Gobierno.
Una de las mayores fuentes de corrupción es Itaipú Binacional.
- la clase obrera y los sindicatos tienen poco peso político. Con el avance
arrollador del agro negocio (Paraguay es el cuarto productor mundial de soja),
el papel del campesinado también ha reducido.
- los diarios y canales de televisión son todos ellos burgueses.
La frontera y la identidad cultural con Bolivia pueden ayudar en la
consolidación del proceso de cambios, aunque los pueblos originarios en Paraguay
no tengan el peso cuantitativo y cualitativo que tienen en aquel país vecino.
Sin embargo, la necesidad de salida hacia el mar y de renegociación de los
acuerdos energéticos con Brasil y Argentina pueden llevar Lugo a gravitar acerca
de los gobiernos de eses dos países, exactamente de los más moderados del punto
de vista de los cambios. Lula y nuestra astuta diplomacia pueden aprovecharse de
la situación para fortalecer en Paraguay los intereses de la burguesía
brasileña, integrada al capital internacional. Al revés de territorios, como en
el pasado, ahora conquistamos mercados.
El Presidente ha sido obligado a componer su gobierno con la vieja fórmula de
destinar los ministerios económicos a los conservadores (como el Ministerio de
Hacienda, concedido a un ex ministro de Nicanor Duarte, alineado con las
políticas del FMI), mientras que los ministerios políticos y sociales a los
progresistas.
Si resuelve ser fiel a sus promesas de cambios, Lugo tendrá que adoptar, a corto
plazo, acciones urgentes destinadas a aplacar algunos problemas sociales, para
que no pierda la credibilidad popular, creando condiciones para una
gobernabilidad social, pues no dispondrá de gobernabilidad institucional, a no
ser que traicione a su programa.
Esas acciones le sirven también para evitar un golpe de la derecha, lo que había
empezado a ser diseñado quince días tras la posesión, conforme Lugo lo ha
denunciado públicamente. Al final, la derecha paraguaya es articulada con el
imperialismo estadounidense, que mantiene, cerca del aeropuerto de Asunción, una
base de espionaje para todo el Cono Sur. Paraguay tiene una de las mayores
reservas de agua potable del mundo, el Acuífero Guaraní.
La convocatoria de una Asamblea Constituyente específica, con composición
distinta del Congreso Nacional y abierta a las candidaturas de partidos y
movimientos sociales, puede ser una alternativa para cambiar la correlación de
fuerzas, desde que sea precedida de medidas sociales efectivas y de grandes
movilizaciones populares.
Tal vez el mejor modelo aún sea lo que ha logrado éxitos en Venezuela, Ecuador y
Bolivia, cuyos Presidentes se eligieron sin la mayoría en el parlamento o sin
ningún parlamentar, como fue también el caso de Rafael Correa. El Presidente
convoca una consulta popular, a través de plebiscito, para que el pueblo decida
si quiere convocar una Constituyente específica.
Pero para empezar a enfrentar algunos problemas sociales, el Presidente sólo
dispone de una fuente: el agua, que le puede representar lo que el petróleo
representa para Hugo Chávez y el gas para Evo Morales.
Sin embargo, eso dependerá de una mejor remuneración del excedente de energía
eléctrica vendida por Paraguay, sobre todo para Brasil. Por ello, la necesidad
de renegociar con Brasil el acuerdo de Itaipú Binacional, firmado por las
dictaduras de los dos países en 1973, por el plazo de 50 años!
Tenemos una deuda humanitaria con Paraguay. Brasil es el corresponsable por la
situación de miseria que pasa la mayoría del pueblo paraguayo. Por lo tanto,
debemos presionar el gobierno brasileño a renegociar los términos del acuerdo de
Itaipú, como una reparación histórica, y no como una oportunidad de negocios.
No hay un país en América del Sur que nuestra solidaridad puede ayudar tan
efectivamente para que un pueblo hermano y vecino pueda vivir mejor.
(*) – Ivan Pinheiro es Secretario General de PCB (Partido Comunista
Brasileño)