Ignacio Ramonet: "El parto que está teniendo Bolivia no es
posible sin dolor"
Grover Cardozo*
Sentado en una banca de la avenida Nobelvagen de Malmo en Suecia y en medio del
V Foro Social Europeo, el escritor Ignacio Ramonet realiza una mirada a los
duros sucesos que tuvieron lugar en Bolivia en las últimas semanas: "es normal
lo que está pasando en Bolivia porque es normal que las clases sociales que
dominaron el país se resistan a admitir que ese período tan feliz para ellos se
terminó".
En medio de activistas de toda Europa, Ramonet debate y comparte largas
conversaciones sobre los desafíos que en el orden social esperan a Europa, en
momentos en que el neoliberalismo duro empieza a hacer aguas en América Latina y
otras regiones del planeta.
Por unos minutos sacamos a Ramonet del Jesus parken, un espacio en el que
resaltan las whiphalas donde tiene lugar el Encuentro Latinoamericano, que es
parte gran Foro Europeo.
"Bolivia es parte de una serie de sucesos que conforman un fenómeno histórico
que mueve a Latinoamérica a crear la sociedad que los latinoamericanos se
merecen", afirma mientras los organizadores lo buscan nerviosos para llevarlo al
próximo seminario.
Lacónico y directo reclama para Bolivia el sentido común que es necesario a todo
sistema político: "Para que una democracia funcione democráticamente, la minoría
debe respetar a la mayoría, porque en eso consiste el pacto sobre el que
funciona la democracia. Las minorías no tienen el poder, no ejercen el poder
pero tienen el respeto del poder", dice el autor de "La tiranía de la
comunicación".
-¿Qué lectura tiene Ignacio Ramonet de los problemas políticos y de violencia
que sacudieron a Bolivia en las últimas semanas?
A pesar de las tergiversaciones que introdujeron los medios, yo diría que en
definitiva es normal lo que está pasando en Bolivia porque es normal que las
clases sociales que han dominado el país, que se han apropiado la riqueza y que
explotaron a los trabajadores de Bolivia durante siglos se resistan a admitir
que ese período tan feliz para ellos se terminó.
Les cuesta reconocer que el gobierno actual tiene toda la legalidad porque ha
sido elegido democráticamente y que ese apoyo ha sido reiterado en el referéndum
con un resultado que no admite discusión.
Por consiguiente Bolivia es un país que está en busca de justicia social hace
mucho tiempo. El gobierno de Evo Morales aporta la esperanza de responder a esas
aspiraciones de las masas bolivianas. No se trata de hacer nada extraordinario,
sino sencillamente de repartir un poco mejor la riqueza, establecer avances que
la mayoría de los países desarrollados conocen hace siglos: alfabetización
generalizada, cuidado médico generalizado, derecho para los ancianos de tener
una vejez igualmente digna, justicia para todos y fin de la discriminación
étnica en particular hacia la mayoría indígena. -¿El gobierno se mueve en los márgenes de la ley y entre aquello que le
permite el estado de derecho?
Todos estos proyectos son perfectamente legítimos. Son proyectos que el pueblo
boliviano está reclamando hace muchos anos y que el gobierno lo está aplicando
tranquilamente con la fuerza que le da la legalidad democrática. Como siempre
este es el enfrentamiento de los que llevan tanto tiempo reclamando justicia y
los que no quieren perder sus privilegios. -¿Hablas de que es normal lo que está haciendo el gobierno, y en esa
consideración incluyes el costo de 30 muertos y muchos heridos?
Cuando digo normal, estoy señalando que no se puede poner en marcha un proceso
de esta envergadura -dando por fin justicia a los reclamos de la sociedad
boliviana- sin que ese proceso suscite reticencias, reservas y protestas por
parte de aquellos que pierden sus privilegios de manera histórica y
definitivamente, porque Bolivia está viviendo un momento en que la historia
bascula, en que la historia cambia, porque ahora la historia se divide en dos.
Antes de Evo Morales y después de él y por consiguiente ese parto no se puede
hacer sin dolor. Es un parto que cuesta. El gobierno de Evo Morales y la
autoridades que están llevando a cabo este cambio saben que habrá obstáculos en
la marcha de semejante proyecto.
Lo que pasa es que se trata de un cambio histórico que tendría que ser pacífico
porque es legal, porque no ha transgredido ninguna legalidad y tampoco ningún
principio fundamental. El gobierno está aplicando el programa para que el que ha
sido elegido, que es un programa de reposición de la soberanía nacional. Un
programa de repartición de la riqueza nacional un poco más equitativo y busca
reducir el nivel de discriminación y racismo que existe en la sociedad
boliviana. Todas estas, son aspiraciones perfectamente legítimas y normales que
tendrían que haberse producido mucho antes. Eran las raíces de la Revolución del
52 abortadas por todo lo que paso después y se producen con 50 años de retraso.
Por consiguiente la voluntad de la mayoría de la población de que esta vez no
se falle, también es muy fuerte. Entonces la responsabilidad de estas muertes
(30 campesinos) la tienen las fuerzas sociales que se resisten a este cambio y
lo hacen utilizando métodos que no son compatibles con el debate democrático.
-¿Es un problema que se produce en Bolivia, pero alentado desde dentro y
fuera de Bolivia?
Las fuerzas que se resisten el cambio tienen apoyos en el exterior del país.
Muchas oligarquías latinoamericanas apoyan a estas fuerzas conservadoras porque
otras oligarquías también están conociendo este proceso en Venezuela, Ecuador,
Nicaragua y en cierta medida en Brasil, Uruguay y Argentina. Estas oligarquías
se dan cuenta que hay un fenómeno histórico poderoso que está moviendo a los
ciudadanos latinoamericanos a que por fin se dé paso hacia un tipo de sociedad
que los latinoamericanos merecen. Una sociedad de justicia, desarrollo,
crecimiento y oportunidades para todos. El problema es que algunas personas,
porque nacen en un tipo de familia o clase social, tienen más oportunidad que
otras y eso no es normal. -¿Que la desigualdad en América Latina va desde el punto de partida, lo que
no es nada justo ni razonable?
Como punto de partida ya hay una desigualdad que no es normal. Eso no ocurre en
una democracia verdadera, por lo menos no tan acentuadamente porque no se debe
olvidar que en América Latina el abismo que separa a los más ricos de los más
pobres es el más grande como en ninguna parte del mundo. -¿Lo que sucede en Bolivia no sólo es efecto de fuerzas internas, sino
también del exterior?
Todas las fuerzas progresistas y muchos ciudadanos y ciudadanas de buena
voluntad, esperan que Evo Morales prosiga con cambios pacíficos sin que ninguna
fuerza exterior contribuya a agravar y envenenar las cosas y desestabilizar a
este gobierno. -¿Algunos sectores en Bolivia, en la prensa y en la política, incluidos los
prefectos opositores, afirman que quienes antes eran excluidos en Bolivia, ahora
tienen la tentación de excluir a otros. A eso atribuyen sus movilizaciones
incluida la que acabó en una tragedia?
Para que una democracia funcione democráticamente, la minoría debe respetar a la
mayoría, porque en eso consiste el pacto sobre el que funciona la democracia.
Las minorías no tienen el poder, no ejercen el poder pero tienen el respeto del
poder, entonces las mayorías siempre tienen que tener el cuidado de guardar
respeto a las minorías.
Por otro lado el argumento que consiste en decir que aquellos que han sido
discriminados durante siglos y siglos y que ahora están en el poder, "ahora nos
van a discriminar a nosotros", es un argumento clásico de todos los cambios
históricos. Lo que ocurre es que antes estaban en mayoría y ahora son minoría y
de repente estiman y piensan que los que llegan ahora al poder los van a
discriminar, porque piensan que se van a comportar como ellos. Lo que están
haciendo con ese tipo de pensamiento y lógica es confesar que cuando ellos
tenían la mayoría no respetaban a la minoría y los discriminaban porque eran
mayorías electorales en situaciones donde muchas personas no votaban, como
sucedía en Bolivia.
Entonces ese tipo de argumentación no se puede recibir porque nadie puede
acusar a una personalidad como Evo Morales, cuya integridad moral, ética y
tradición de lucha indican bien que es una personalidad muy respetuosa con todo
lo que pueden ser minorías y personas. El sentimiento al que pertenece Evo
Morales es un sentimiento humanista de respeto al ser humano. Entonces no lo
pueden acusar de eso. Mas que acusaciones parecen acusaciones preventivas, como
hay guerras preventivas, porque no se ha producido un racismo al revés. Lo que
Bolivia ha conocido es el racismo de siempre y en particular contra los de
siempre. -¿La Cumbre de Unasur dio un sólido respaldo a la democracia boliviana y a
Evo Morales, pero también recomendó que se instale el diálogo entre oficialismo
y oposición? ¿Qué otros elementos debería tener ese diálogo que ayuden a superar
la situación que se vive en Bolivia?
Yo creo que la reunión de Unasur ha sido un éxito para el gobierno boliviano
porque el voto fue unánime. En América Latina nadie desea una desestabilización
política o una intervención exterior. Eso pasó a la historia, a la historia de
los gorilatos y América Latina afortunadamente está en otras vías y otras
direcciones. Ahora la necesidad de dialogo es importante porque no se puede
estar en contra y el hecho de que el presidente Lula haya estado de moderador es
una garantía para todo el mundo de manera que se pueda avanzar dentro de la
serenidad y la cordura. Bolivia no necesita más tragedias humanas porque ha
conocido mucho de eso en su historia. Más bien necesita que de manera pacífica y
solo con justicia social se llegue a la paz y sólo la paz permitirá la
prosperidad para todos.