Latinoamérica
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Bolivia, una flor de cuarzo acechada
Andrés Bianque
Porque esta vez no se trata de cambiar a un Presidente. Echaremos fuera al
yanqui y su lenguaje siniestro. Con la Unidad de los Pueblos la patria se verá
grande con su tierra liberada
"Por que está vez no se trata de cambiar un presidente será el Pueblo quién
construya una América muy Diferente"
Independencia gritan los exaltados. ¿Pero para quién? ¿Para quiénes? Autonomía
para los terratenientes en explotar y vilipendiar al pueblo pobre. ¿Ésa
"Libertad" gritáis? Independencia como libertinaje de una orgía oligárquica que
se enfurece como perro rabioso al no poder arrancarle la comida a los Indios, a
los pobres.
¿No escuchas el aullido de lobo enfurecido y frustrado que aúlla por los
caminos, los campos y las avenidas de Bolivia?
Como las hordas de títeres ciegos, sordos y mudos arrasan todo sin saber bien el
por qué. Inyectados con el suero artificial de una falsa y grotesca
Independencia , que para los Explotadores significa inequívocamente "Indios
dependientes" subordinados a los caprichos, a la explotación brutal de los
mismos que por generaciones se han cagado sin contemplaciones sobre el suelo
Boliviano y lo seguirán haciendo y lo intentan seguir haciendo.
¿Cuántos años tendrán que pasar para que aparezcan informes secretos
desenmascarando que toda esta sucia patraña fue financiada por la C.I.A, por los
Estados Unidos y Capitalistas varios? De esos que ven como se les escurren las
ganancias, y escupen espuma por la boca en televisión ante el terror de perder
sus granjerías. De esos que sufren al pensar que los indios y pueblo entero no
les harán más reverencias al verlos pasar.
Porque esos que hablan, lloran y vociferan a los cuatro vientos les pagan en
dólares cada palabra discurseada, en Euros cada sílaba. Lo saben los chilenos,
lo saben los argentinos, lo saben los peruanos, lo sabe toda América Latina.
Son los mismos que impulsaron procesos separatistas en Yugoslavia, en
Checoslovaquia, que empujan el mismo aliento infectado en Irak, en Georgia, y en
todas las partes del mundo donde haya un sucio traidor vendepatria dispuesto a
venderse por un puñado de monedas. Donde no escatimarán esfuerzos e inversiones
por debajo del mesón de carnicero de algunos, para obtener o recuperar sus
utilidades llenas de seres humanos vilipendiados y explotados.
Pero son esos mismos usureros del sudor los que cambian las máscaras de sus
fauces feroces a la hora de entender la justa demanda de otros pueblos. Son esos
mismos los que reprimen, torturan y asesinan al Pueblo Vasco, a los Mapuche, al
pueblo Saharaui.
El preludio horroroso de la Guerra Civil se cierne sobre Bolivia. La hermandad
rota con el martillo de la ambición nuevamente enfrenta a Huáscar y Atahualpa. Y
como círculo vicioso viscoso de vísceras humanas, los restos de nuestros
hermanos quedarán esparcidos por el suelo que será la roja alfombra donde entre
otro deleznable Pizarro, proveniente de todos sabemos donde. El fascismo se
esconde detrás de las cortinas educadas de oficinas elegantes, desde donde
azuzan jaurías enloquecidas de falsos patriotismos de pacotilla unos y avaricias
típicas los otros.
Afirme bien la dinamita entre sus manos. Sostenga dos veces la piedra antes de
arrojarla contra su propia gente. Sino hay más opción defiéndase, pero no tire a
matar. No necesariamente el mejor enemigo es el enemigo muerto, sino también el
que nos entiende y se suma a nuestro lado. Evite que la sangre brote, eso andan
buscando, eso es lo que quieren. Tajearle el rostro a Bolivia, que las
cicatrices quemen las sombras, que el odio se anide como recuerdo de estaca
ensangrentada que querrá siempre delimitar los campos y las piedras a modo de
venganza.
La víbora boreal ofrece manzanas color verde dólar a los incautos, frutos
momentáneos ó envenenados intentando una vez más quedarse con todo el árbol, con
toda la cosecha.
Quieren robarles sus recursos, su suelo, sus selvas, el agua, los lagos, los
bosques, los ametrinos andinos, sus alpacas, sus llamas, sus arbustos, sus
entrañas. Despojarles de su petróleo, del Gas Natural que se encuentra en
yacimientos fósiles, filones que no son más que arena de huesos hecha vaho de
vuestra estirpe, de vuestra raza.
¿No escuchas como hierven y gritan los humanos en esa caldera encendida con la
leña externa de la codicia, de la miseria? ¿La zampoña de huesos perforados que
intentan entonar? ¿Y sí el día de mañana fuésemos nosotros los con espasmos
sociales solventados por los del norte?
Y es que los Fascistas son siempre, siempre igual. No saben perder, no les cabe
en la cabeza ser segundos o recibir órdenes o dar cuentas claras o recortarse
las pezuñas. Respetan la democracia, las leyes y el estado de derecho y esas
macanas hasta cuando les conviene.
Los mismos que estuvieron disparando y ordenando matanzas en Puente Llaguno, los
mismos que mordieron en Santiago, los mismos que reventaron campesinos en
Guatemala, los mismos que desembarcaron en Bahía Cochinos, los mismos que
desmembran niños en Colombia y abofetean de hachazos la América Morena.
Bolivia nos necesita, América latina nos necesita, Nosotros mismos nos
necesitamos. ¿Es qué ya hemos olvidado las heridas, mentiras, muerte y embustes
de lo explotadores? ¿Nos quedaremos sólo mirando, mientras los traidores se
pasean gritando por las calles y los canales?
Que los Guaraníes escuchen, ellos entienden lo que significa un mamarracho
sentado en el poder como simple capataz de los señores. Que los brasileños se
acuerden de Joao Gulart, del General Onganía los argentinos, Haití, República
Dominicana, Chile, Nicaragua y como duele recordar todo el continente pisoteado.
Bolivia hija predilecta del Libertador Simón Bolívar, y es que sí, de Rómulo,
Roma; de Bolívar, Bolivia. No más que otro pétalo de esa hermosa flor llamada
América.
Que bajen los indios desde sus casas y sus ranchas, que empuñen los cuadernos y
los lápices los estudiantes, que afirmen bien esos puentes los obreros, que
resista fuerte ese muro por los albañiles, que se enhieste bien el arado por los
campesinos, que la letras y canciones den el tono exacto, que tiemble y retumbe
la tierra al paso gigante que va marcando la Solidaridad de los Pueblos cuando
uno de sus hermanos es atacado por una jauría de hienas hambrientas.
Porque esta vez no se trata de cambiar a un Presidente. Echaremos fuera al
yanqui y su lenguaje siniestro. Con la Unidad de los Pueblos la patria se verá
grande con su tierra liberada.