Latinoamérica
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¿Buscan la insurrección popular?
F. Xavier Iturralde
¿La intención de la oposición cívica en Santa Cruz es encaminarla hacía
una insurrección popular? Justifican cuanta violencia de grupos incentivan,
principalmente en los alrededores de la plaza central, con campanazos de la
Catedral incluidos. Violencia que transforman en victorias ante una policía y
ejercito del gobierno calificado de dictatorial, tan terrorífico que sólo
responde con gas lacrimógeno y balines que no matan. Situación que la incitan
para que crezca cada día, buscando el derrumbe del gobierno, como producto de un
supuesto clamor popular. Mientras las mayorías están en el afán diario de
sobrevivir.
Porque la ciudad de Santa Cruz, la de aquellos que trabajan diariamente para
sobrevivir, continua en su ritmo de tomar su transporte, ir al lugar de su
actividad laboral y retornar a su hogar para dormir y recomenzar al día
siguiente, soñando que les cumplan con el sueldo mínimo prometido de Bs 1000
mes. Evidentemente, es importante lo que está sucediendo en algunas de sus
calles, pero no atañe al contexto nacional, incluidas las ocupaciones de
instalaciones públicas en diferentes puntos de ese departamento y ciudad. Sus
autores buscan crear la imagen que el gobierno actual ya no maneja el país. Con
esta actitud, aparentemente en defensa de la democracia, autonomías, IDH, etc.,
los agoreros del gobierno quieren el retorno al pasado, aún vigente en muchas
oficinas estatales, gracias a la Ley del Servicio Público, creada por los que se
organizaron para eternizarse en el poder. Pasado en el que si salían terceros en
elecciones de 1989, eran ungidos presidentes después de cruzar ríos de sangre o
ganaban con fraude electrónico el 2002, procurando siempre envejecerse en el
poder. De donde, la democracia que quieren reimponer implica defenestrar del
poder al que puso fin a sus componendas y los dejó sin privilegios.
Después de mi lectura del último libro de José Luis Roca, "Ni Lima ni Buenos
Aires", quien no puede ser acusado de masista, puesto que se sirvió muy bien de
la democracia cristiana que estuvo con todos los partidos del pasado en el
poder, concluyo que no existe insurrección alguna en Bolivia que triunfe sin
apoyo indígena. Aunque más fácil es procurar que el ejercito se de la vuelta,
como sucedió con traidores como Seleme, Barrientos, Pereda Asbún, Natusch Busch,
Garcia Meza, en la añoranza de un "redentor militar que libere al pueblo o lo
rescate de la opresión de los movimientos sociales". En ese camino hacia la
insurrección popular, no faltan los que acotan que, al final, la valentía
demostrada por Warnes, Cañoto, Busch, los de Terebinto definirá la situación y
será a favor de los cívicos. Solamente ven un lado de la moneda, porque caso se
llegue a extremos, los valientes están en ambos lados, los uno con la fuerza y
los otros con la razón en la lucha. Como los últimos son más, la insurrección
popular que pretenden los fornidos tiene perspectiva dudosa.