Latinoamérica
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"Mama cuna, runa cuna" El desprecio del poder al idioma del contrapoder
Kintto Lucas
1. La declaración de que el castellano, el kichwa y el shuar son idiomas
oficiales de las relaciones interculturales, es solo eso una declaración sin
mayores alcances reales. El idioma oficial, el idioma del poder sigue siendo el
castellano porque el poder teme a idioma del contrapoder que seguirá siendo el
kichwa.
2. Luego de que el gobierno impuso a la mayoría de los asambleístas de su
movimiento que no votaran por el kichwa como idioma oficial junto al castellano,
y que el Presidente de la Republica, Rafael Correa, denominara infiltrados a
quienes habían votado a favor, se produjo una cadena de reacciones que le
llevaron a reconsiderar su posición inicial, pero sin dejar de tener una actitud
paternalista, que al fin de cuentas considera al kichwa como parte del folclore
y como un idioma subalterno.
3. El hecho de sumar al shuar como idioma oficial de relaciones interculturales,
encierra la intención de ponerlo a la misma altura del kichwa, y colocar una
cuña de disputa entre los propios pueblos indígenas, porque mañana cuando se
vuelva a pelear para que el kichwa sea realmente considerado oficial junto al
castellano, se tendrá la coartada perfecta para señalar que es imposible porque
también deberían declarar como oficial al shuar.
4. El shuar es el segundo idioma indígena del país, y se circunscribe a
determinados territorios en la región amazónica. Como todos los idiomas
indígenas, no solo debe ser reconocido sino promovido, para mantenerlo vivo.
El kichwa es un idioma que además de ser hablado por pueblos de la Sierra y de
la Amazonía, está presente en la Costa a través de muchos emigrantes kichwas en
diferentes zonas y particularmente en Guayaquil. Es un idioma nacional, parte
del imaginario colectivo del Ecuador.
5. En la realidad simbólica de los países andinos y algunos otros de América del
Sur, pero particularmente en Bolivia, Perú y Ecuador, el kichwa es el idioma
opuesto al de los conquistadores, es el idioma del contrapoder. No declarar al
kichwa como idioma oficial es una muestra del miedo a que el idioma del
contrapoder esté a la par del idioma del poder.
6. El kichwa es el único idioma que en la realidad y en lo simbólico ejerce un
contrapoder. Llevarlo a que se estudie en las escuelas y a que se transforme en
idioma de uso público como pretendía la propuesta inicial de declararlo oficial
a la par del castellano, sería clavar una estaca en el poder tradicional. Y ese
riego no está ni estará dispuesto a correr un gobierno como el actual.
7. Pero además, al declarar solo al kichwa y al shuar como oficiales de las
relaciones interculturales, por omisión se está declarando que los otros idiomas
indígenas no son oficiales de las relaciones interculturales sino idiomas más
subalternos que los dos mencionados.
8. El asambleísta Rolando Panchana, representante de lo que se considera la
derecha de Acuerdo País quien había defendido la negación del kichua aseguró al
diario El Comercio que con lo aprobado "si estamos en una circunscripción donde
la mayoría de la población habla shuar, y yo hablo castellano, tengo la
obligación de manejar los dos idiomas".
Panchana dijo además que "esto no implica retractarse de nada. Lo que se ha
aprobado es que el castellano es el idioma oficial de la República del Ecuador,
y que el castellano, el kichua y el shuar son los idiomas oficiales de las
relaciones interculturales.
9. Las palabras de Panchana interpretan parte de las intenciones de dicha
declaración constitucional. Pero por si fuera poco, el viernes 25 de julio,
luego de terminado el acto en que se presentó la Constitución a ser aprobada el
28 de septiembre, mientras salía el Secretario de la Administración y
Comunicación, Vinicio Alvarado, junto al Secretario Jurídico de la Presidencia y
otras personas con cara de guardaespaldas, dijo burlándose del kichwa y de los
pueblos indígenas: "Mama cuna, runa cuna. Estos cunas ya van a ver...
No se dieron cuenta que el pueblo tiene oídos en todas partes.
10. El kichwa no es oficial en esta Constitución. La declaración -como me dijo
una de las asambleístas que se jugó para que sea declarado oficial a riesgo de
ser considerada "infiltrada"-, "se entiende como acto de reparación, bastante
precario, mezquino... bastante forzado... viene por un calculo político, por eso
le dan permiso", pero el idioma "sigue vivo, más allá de nuestras decisiones,
afortunadamente.