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7.200 presos políticos. Una realidad oculta en Colombia
La mayoría de los reos del Gobierno son campesinos.
El sistema penal y carcelario viola las garantías de los reclusos.
Benytsa González
http://www.ultimasnoticias.com.ve/ediciones/2008/07/27/default.asp?N=1&I=0&cfg=1333FKBK918&iu=92
Caracas. En el último año, el conflicto colombiano ha recorrido el mundo entero
a través de las páginas de los más importantes diarios del planeta.
El canje humanitario y la liberación de la ex candidata presidencial Ingrid
Betancourt, como símbolo de los rehenes en manos de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (Farc), ha movido a millones de personas a clamar la
libertad de todos los secuestrados y a exigir la desarticulación de la
guerrilla.
Pero, el conflicto colombiano no genera sufrimiento de un solo lado, la realidad
tiene dos caras. Frente a los más de 700 rehenes en manos de las Farc se
encuentran los 7.200 presos políticos del Estado, quienes enfrentan cargos por
"rebelión o conexos".
El Comité de Solidaridad con los Presos Políticos colombianos (Cspp), defensor
de los derechos humanos y en permanente alerta sobre la situación que viven
estos detenidos, afirma que las violaciones a las garantías de los reclusos son
constantes por parte del Estado.
"Aun cuando el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) dice que en
las cárceles no hay distinción de presos, que todos son iguales y se envían a
cualquier penal, en la práctica la diferencia de trato que recibe el preso
político, del reo social y del paramilitar sí existe", indicó Carolina Rubio,
representante del Cspp en Santander en conversación con Últimas Noticias. Para
Rubio, la política del Inpec es sólo parte de la estrategia gubernamental para
desconocer el conflicto armado que vive Colombia.
Delito: ser campesino. El Cspp divide la población penal que atiende en dos
grupos: aquellos que forman parte de la insurgencia armada y los que dentro de
la vida civil hacen oposición al Estado en la búsqueda de un cambio social.
Los primeros representan unos 1.500 detenidos y los segundos, entre los que se
encuentran estudiantes, sindicalistas, defensores de los derechos humanos,
familiares de los miembros de la guerrilla, madres y campesinos, suman los 5.700
presos políticos restantes. Y dentro de este grupo, la mayoría son campesinos.
"El campesino está preso porque la insurgencia habita en su zona. Milite o no
milite, piense igual o no, está preso.
Llega a estar en las cárceles", afirma Rubio.
Según explica, tras la decisión del Gobierno de generar un movimiento nacional
de informantes contra la guerrilla, con un sistema de recompensa, se han
producido casos de acusaciones falsas sobre campesinos basadas en diferencias
vecinales y en odios personales.
Además, comentó Rubio, los jueces no piden pruebas de las acusaciones para
condenar al denunciado. Sólo les basta con su apreciación subjetiva sobre la
veracidad del hecho y la confiabilidad del testimonio de al menos dos personas.
Sistema penal. Como parte de su política penitenciaria, el Estado colombiano
estableció acuerdos con Estados Unidos y el Buró Federal de Prisiones y creó un
conjunto de centros de alta seguridad que funcionan a imagen y semejanza de las
cárceles estadounidenses.
Al respecto, el Cspp manifiesta que este modelo carcelario aniquila al ser
humano y dentro de él se vulneran los derechos humanos de los reos.
Todos los presos políticos son enviados a estas prisiones de máxima seguridad.
Condenados o sindicados, todos corren la misma suerte.
El Código Penal de Colombia (CPC) contempló hasta el 2005 una pena de seis a
nueve años por rebelión, la cual podía ser reducida por buen comportamiento a
tres años. En 2006, la condena se incrementó de nueve a doce años.
Según cifras del Cspp, la mitad de los detenidos por rebelión están sólo
sindicados por la comisión de este delito. No obstante, debido a los retrasos en
el sistema judicial, pueden llegar a purgar hasta tres años y luego ser dejados
en libertad.
"En una familia detuvieron a mamá y papá, dejaron a sus dos niños volando y
fueron absueltos 15 días antes de cumplir tres años", dijo Carolina Rubio. "Y
esto es muy normal.
Con los campesinos es normal, con la gente de los movimientos sociales esto es
normal", agregó.
Aún cuando el CPC define al rebelde como la persona que bajo las armas hace
oposición al Estado, los civiles que se oponen y buscan un cambio social
esgrimiendo sus ideas, suman casi 80% de los presos políticos de Colombia.
presos políticos de Colombia.
CÓMO VIVEN LOS PRESOS
Alejamiento familiar.
Las cárceles se encuentran lejos de los pueblos de origen de los reclusos, donde
viven sus familias.
Discrecionalidad
. El acceso a las actividades que permiten reducción de pena como lectura,
escuelas y talleres, son administrados a juicio de la prisión.
Restricciones
. Sólo esta permitida la visita de dos familiares cada 15 días por cuatro horas
y la visita íntima es cada 45 días por 45 min.
Tráfico
. El desplazamiento por la prisión se hace esposado.
AMENAZAS A LAS ONG
Luego de la marcha del pasado seis de marzo contra el terrorismo de Estado en
Colombia, todas las organizaciones no gubernamentales asociadas a la
coordinación del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, han
visto incrementarse las amenazas de los grupos paramilitares contra ellas.
Para el Cspp, estas acciones en contra de las ONG se ligan a las investigaciones
y judicializaciones que les sigue el Estado por la actividad que cumplen.