El concepto de hegemonía, desarrollado principalmente por Antonio Gramsci, hace
referencia a los procesos de dominación política, cultural e ideológica de la
burguesía con el propósito de que la gente, en general, interiorice los valores
de la clase dominante como suyos, para así construir un sujeto domesticado.
Chomsky señala que los grupos de poder en la sociedad capitalista tienen como
objetivo lograr la fabricación del consenso entre la población, para lo cual
necesitan mantener al rebaño domesticado. Para lograr esto han desarrollado un
sinnúmero de mecanismos entre los cuales se destaca la propaganda que difunden
especialmente a través de los medios de (in)comunicación, sutil o abiertamente.
Es en este campo en el que el imperialismo yanqui y la oligarquía colombiana,
comandada por los narcoparafascistas de Uribe Vélez y Juan Manuel Santos, han
obtenido victorias significativas, gracias a lo cual han logrado que los
estereotipos que han fabricado sobre las FARC-EP y sus métodos de lucha sean
aceptados en amplios sectores de la población mundial.
Esto tuvo mayor impacto tras la publicación de las fotografías que las propias
FARC-EP entregaron como prueba de vida de los prisioneros en su poder en las que
se veía a una Ingrid Betancourt demacrada y débil, lo cual permitió a falsimedia
lanzar una espectacular campaña a favor de su inmediata liberación y la condena
de las FARC-EP. Muchas personas lloraron, otras se indignaron, otras lanzaron
improperios contra los captores de Ingrid Betancourt.
Tras la operación mediático-militar perpetrada por el ejército colombiano y sus
aparatos de inteligencia, bajo las órdenes y asesoramiento de las fuerzas
militares estadounidenses y asesores israelitas, que permitió la "liberación" de
la ex candidata presidencial colombiana, tres mercenarios norteamericanos y once
soldados, una vez más se acudió a las instancias a-reflexivas y pre-reflexivas
de las personas para lograr una reacción profundamente emotiva que imposibilite
un análisis profundo sobre el conflicto colombiano.
La condena contra las FARC-EP y contra sus métodos de lucha se ha presentado
como unánime por falsimedia. "El mundo marcha contra las FARC", "No más FARC es
el clamor mundial" dicen los titulares, editoriales y noticias en los diversos
medios de América y Europa fundamentalmente.
A ello han contribuido las declaraciones del presidente venezolano Hugo Chávez y
la del Comandante Fidel Castro quien en sus reflexiones: La historia real y el
desafío de los periodistas cubanos y La paz romana, criticó la política del
secuestro y pidió a las FARC-EP que dejen de lado esos métodos.
Esto ha sido canalizado en forma maniquea por falsimedia para favorecer las
acciones del imperialismo yanqui, la oligarquía colombiana y su ejército
asesino.
Sin ser el propósito de Chávez y Fidel, ambos líderes con sus afirmaciones han
dado armas al enemigo para continuar denigrando y descalificando a las FARC-EP.
Esto ha conllevado a que varios intelectuales de izquierda, progresistas así
como diversas organizaciones sociales, revolucionarias planteen un sinnúmero de
criterios sobre el conflicto colombiano y la lucha armada en ese país que,
lamentablemente, no han permitido que se lleguen a establecer puntos en común
que permitan hacer frente a la política genocida del águila del norte y del
Estado fascista colombiano, así como llevar a cabo acciones concretas de
solidaridad con los revolucionarios colombianos. Por el contrario, se ha llegado
al punto incluso de emitir opiniones que lo que hacen es dividir, ya que son el
resultado de posiciones que reflejan pasiones, que expresan resentimientos o
afectos y desafectos desmedidos y no análisis profundos y críticos.
A continuación se expondrán algunas consideraciones necesarias para el debate
tomando en cuenta fundamentalmente las reflexiones hechas por Fidel y el
artículo de James Petras: Fidel Castro y las FARC, publicado en Rebelión el 12
de julio de 2008:
1. Fidel ha señalado en distintas ocasiones que
hay que tener mucho cuidado con las declaraciones que se hacen porque el enemigo
puede convertirlas en armas para combatir a los procesos revolucionarios y a sus
líderes. ¿Por qué entonces en las reflexiones indicadas expresó en forma tan
directa su posición crítica sobre la tenencia de prisioneros civiles y militares
en manos de las FARC-EP, sobre todo en una coyuntura en la cual ésta
organización ha recibido los golpes más certeros a nivel político-militar y
mediático a lo largo de su existencia? Fidel ha expresado con sinceridad que esa
es su postura y su visión sobre ese punto en particular. De igual manera es
indudable el profundo sentimiento humano que hay en sus palabras. El problema
está en que Fidel se refiere a los métodos de lucha utilizados por una de las
partes en conflicto; pero omite denunciar con el mismo énfasis los crímenes
perpetrados por el estado colombiano en su enfrentamiento contra las
organizaciones revolucionarias.
2. Fidel pecó de omisión, porque si bien él puede
tener conocimiento de las atrocidades cometidas por el ejército colombiano y los
paramilitares, leer de su pluma una denuncia sobre esto hubiera sido vital para
comprender mejor la dimensión del conflicto colombiano. En este sentido no es
adecuada la apreciación de José Mercader cuando señala que está por demás la
clasesita que Petras le da a Fidel sobre lo que sucede en Colombia. Es obvio que
el líder cubano conoce todo eso, pero muchos de sus lectores, inclusive algunas
y algunos cubanos, no saben con precisión qué mismo pasa allí y hacer una
reflexión sobre ello hubiera abierto los ojos a quienes lo leen.
3. Del mismo modo que Fidel hizo referencia a
Ingrid y al resto de liberados y los otros cautivos que están en poder de las
FARC-EP, también debió expresar su posición respecto a los prisioneros que se
encuentran en cárceles colombianas así como a los que están en manos del imperio
como Sonia y Simón Trinidad. Hubiera sido una buena oportunidad para denunciar
la intromisión gringa en los asuntos internos de Colombia. Se pudo establecer
una interrelación con el caso de los cinco luchadores cubanos contra el
terrorismo, los mismos que permanecen secuestrados en cárceles estadounidenses
debido a las decisiones adoptadas por la corrupta y prostituida justicia gringa
que protege a terroristas como Posada Carriles. Hay que señalar que a Simón
Trinidad ese aparato de justicia injusto, no ha podido comprobarle ninguno de
los delitos por los que se le acusa. En ese sentido Fidel se equivocó. Decir
esto no es estigmatizar negativamente a un hombre que ha luchado a lo largo de
toda su vida en defensa de la causa del socialismo. No es pertinente la postura
de Norelis Morales Aguilera en su artículo: La agudeza y la finura de James
Petras cuando señala que "si Petras dice que Fidel se equivocó es porque se
equivocó" dando a entender que nadie está en la capacidad de señalar
objetivamente que el Comandante puede cometer algún error porque por su
condición política, su liderazgo indiscutible, su formación es infalible. Fidel
se equivocó y se ha equivocado muchas veces. No es un dios, es un ser humano. No
reconocer eso significa dejar de lado la aplicación de la dialéctica como un
arma crítica para el combate revolucionario. No es solamente una cuestión
subjetiva expresar esto, sino también una cuestión objetiva: los hechos así lo
demuestran. Esto no hace menos a Fidel. Eso solo lo pueden pensar quienes lo
siguen como a un mesías y no lo ven en su dimensión histórica y humana.
4. Fidel ha sugerido a las FARC-EP que liberen a
los prisioneros en su poder. Sin embargo Fidel debió señalar también la voluntad
política de las FARC-EP de liberar a los prisioneros, lo cual se ha demostrado
con la puesta en libertad en forma unilateral de varios de ellos y ellas como
Luis Eladio Pérez y Clara Rojas, mientras que el régimen uribista ha puesto toda
serie de obstáculos para llevar adelante un acuerdo humanitario que posibilite
el intercambio de prisioneros. Por otro lado hablar de la crueldad del
cautiverio está bien, siempre y cuando se analicen también las condiciones en
las que se hallan los combatientes de las FARC-EP capturados y presos en las
cárceles colombianas. Otro elemento importante es el que tiene que ver con la
manipulación propagandística-mediática que se hace sobre la situación real de
los prisioneros en manos de las FARC-EP: la inteligencia colombiana y falsimedia
decían que Ingrid estaba al borde la muerte. Luego de los chequeos realizados
por los médicos franceses se determinó que ella estaba en perfectas condiciones.
Los mercenarios gringos que hoy fabrican historias sobre su vida como
prisioneros de las FARC-EP, gozan de buena salud y ninguno presenta rasgos de
maltrato alguno. Lo cruel es la realidad misma colombiana impuesta por una
oligarquía corrupta, vende patria, al servicio del imperialismo yanqui que ha
sumido en la pobreza a la mayoría de la población de ese hermano país.
5. Cuba y su dirigencia revolucionaria han sido
consecuentes con las causas revolucionarias en el mundo entero. El Che, Manuel
Piñeiro, Fidel llevaron adelante una política internacionalista consecuente.
Hoy, los mecanismos de solidaridad y apoyo son distintos. Cuba ha dado una ayuda
impresionante a los pueblos del mundo en el campo de salud y la educación por
ejemplo. Sin embargo hay que señalar algo objetivamente real: muchas veces se ha
dado prioridad a las relaciones políticas a nivel de Estado y de gobierno y no
con las organizaciones revolucionarias. El Partido Comunista Cubano no mantiene
una línea independiente respecto a las políticas del Estado. Eso trae como
resultado que dirigentes del partido, que a su vez son del Estado, en sus
declaraciones públicas prioricen esas relaciones y no las otras, actuando con
moderación o siendo políticamente correctos. Dentro del cuerpo diplomático
cubano se ha formado una casta burocrática cuyo objetivo primordial es el de
mantener sus posiciones en el aparato de poder y gozar de ciertos privilegios,
al igual que muchos funcionarios del partido lo que les ha hecho mantener una
distancia prudencial sobre diversos procesos revolucionarios en el mundo como el
colombiano por ejemplo.
6. No se conocen las razones ciertas por las
cuales Cuba se alejó de las FARC-EP. Lo cierto es que lo expuesto por Fidel no
ha hecho sino fortalecer la postura del enemigo. Fidel sabe perfectamente que no
hay formas de lucha puras e inmaculadas. Los propios revolucionarios cubanos
secuestraron a Juan Manuel Fangio. Otros movimientos en el mundo lo hicieron
igual. Otros aplicaron la justicia revolucionaria contra torturadores y enemigos
del pueblo como los revolucionarios que ajusticiaron al dictador Somoza. En
ocasiones ciertos actos de terror son necesarios para enfrentarse a los enemigos
de clase, como lo ha hecho ETA contra los estados represivos español y francés.
Nadie, desde la óptica revolucionaria debería condenar estos hechos. Los que los
condenan como terroristas y crueles son los opresores que, además, gozan de toda
la tecnología necesaria para enfrentarse a los pueblos que con escasos recursos
luchan contra ese poder. Cuba conoce perfectamente las críticas que desde
diversos sectores se han emitido contra algunas de sus políticas justas y
necesarias que ha debido tomar en ciertos momentos. Desde el inicio de la
Revolución ésta tuvo que enfrentarse contra las acusaciones que la propaganda
yanqui y los contrarrevolucionarios realizaron contra los juicios y sanciones
aplicadas a los criminales de la dictadura batistiana. Igual sucede hoy. Cuando
Cuba tomó medidas legales contra los mercenarios llamados por falsimedia como
disidentes en el año 2003 y cuando condenó a pena de muerte a los secuestradores
de un ferri en la bahía de La Habana, recibió el ataque brutal de falsimedia,
los moralistas burgueses e incluso de "comunistas hormonales" como José Saramago
que en una de sus tantas declaraciones se distanció públicamente de la
Revolución Cubana. Fidel y la revolución recibieron el respaldo justo frente a
la campaña sucia montada en su contra. Esos son los elementos que debía tomar en
cuenta Fidel al momento de escribir su reflexión.
7. No son los revolucionarios los que plantean las
formas de lucha, son los opresores. Y, nos guste o no, hay que señalar que la
violencia es la partera de la historia. Como señala Iñaki Gil de San Vicente "la
violencia ha jugado un papel cualitativamente superior al pacifismo tanto en la
superación histórica de la explotación como en la mejora de las condiciones de
la explotación". El pensador y revolucionario vasco señala que: "Es por esto que
resulta, además de imposible, también anticientífico y contrarrevolucionario
negar la permanencia del choque entre el derecho burgués a su violencia, y el
derecho proletario a la suya, el choque entre la ética capitalista y la ética
comunista, entre la democracia burguesa y la democracia socialista. Por tanto,
no queda otra opción que optar por el capital o por la humanidad trabajadora, no
existen alternativas intermedias, equidistantes, neutrales. La postura
pretendidamente intermedia de "condenar la violencia venga de donde venga", de
oponer a "toda violencia", repite todos los errores aquí expuestos. Quiere
situarse por encima de los conflictos sociales pero refuerza ¿sin quererlo? los
intereses de la opresión. En realidad, es la postura más cobarde, egoísta y ruin
que pueda alguien imaginarse porque quiere quedar bien ante el opresor y los y
las oprimidas, sin enemistarse con nadie, sin mirar a la realidad cara a cara,
dejando que el fuerte aplaste al débil, para mantener una imagen de pureza ética
absoluta. Son sepulcros blanqueados."
8. La respuesta de James Petras a las reflexiones
de Fidel contiene algunas cosas importantes y ciertas. Lo negativo es que del
análisis sereno, donde se toma en cuenta el momento histórico y el contexto
social, Petras pasa al ataque pasional. Es por demás injusto acusar a Fidel de
no permitir el debate y la crítica en el seno de las organizaciones
revolucionarias cubanas. No hay que dejar de señalar que una cosa es Fidel y
otra el aparato burocrático donde se desenvuelve Fidel. Tal vez esa distinción
debió haber hecho Petras. Si es verdad que dentro de ese aparato ciertas cosas
no son bien vistas, ciertas ideas cuestionadas, atacadas y hasta censuradas. El
aparato se cree intocable, pero de ahí a decir que Fidel es responsable de ello
es injusto. Fidel es un hombre reflexivo y con una apertura muy amplia para
debatir y conversar sobre muchas cosas.
9. Parece que James Petras por su reacción
emocional ha obviado hacer un análisis profundo sobre el "foquismo" guerrillero.
Su postura es tan absurda como la que en su momento defendió Regis Debray. La
lucha que llevó adelante el Che, Fidel y otros revolucionarios fue una lucha de
masas en la que el ejército guerrillero se constituyó como la vanguardia
político-armada del pueblo explotado. Por otro lado, la referencia que hace
Petras sobre las derrotas de las guerrillas "castristas" carece de un análisis
dialéctico que permita comprender y establecer las relaciones de causa-efecto,
las contradicciones internas y externas, etc. que hicieron que esos movimientos
sean derrotados. Al mismo tiempo la validez de un proceso no se mide solamente
por las victorias alcanzadas en la lucha, eso conllevaría a un pragmatismo
extremo. En ese sentido el capitalismo sería el verdadero triunfador.
10. Tal vez Fidel resaltó unos rasgos de Marulanda y obvio otros, eso
puede haber producido la confusión de Petras para hacerle creer que Fidel estaba
denigrando al extinto líder de las FARC-EP. Fidel jamás despreciaría a un hombre
de la talla de Manuel. Su error está en solo haber señalado su nivel escolar, su
origen y no indicar otras características de este líder histórico, gran
estratega y revolucionario inclaudicable que fue "Tirofijo".
11. Finalmente parece totalmente fuera de foco la forma como finaliza su
trabajo James Petras cuando dice que la historia no absolverá a Fidel por las
críticas expuestas en su artículo contra el líder cubano. Craso error y terrible
injusticia. Fidel fue absuelto por la historia y por los pueblos del mundo hace
ya mucho tiempo por su ética, su solidaridad, su entrega, su lucha, su ejemplo
revolucionario. James Petras no debería caer en lo que critica: manchar la
imagen de un revolucionario, dudar de sus capacidades y su trayectoria de lucha.