Latinoamérica
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El imperio quieren guerra en Cochabamba
Carlos Alejandro Lara Ugarte
Apenas unos cuantos días atrás los comentaristas y presentadores de noticias en
las redes televisivas mas difundidas de Bolivia ocuparon espacios considerables
para atacar al presidente Evo Morales por reclamarle al presidente del Perú su
intensión de permitir la instalación de un aeródromo militar norteamericano en
la región de Ayacucho - Perú. La ceguera interesada de nuestra prensa no quiere
percatarse lo que en la revista "Página 12" el experto en temas
militares y de narcotráfico, Ricardo Soberón, denuncia al respecto, quien da por
hecho la instalación de la base militar. [1] "Desde esta base,
Estados Unidos operaría en toda la región. Con su instalación el Perú se estaría
involucrando peligrosamente en un conflicto regional"
Paralelo a este primer comentario no podemos dejar de mencionar la existencia de
todo un plan norteamericano para paliar su crisis económica desde el
Keynesianismo Militar entendida esta como "la determinación política de
mantener una economía de guerra permanente, utilizándola como elemento activador
y sostenedor de la economía del país; un criterio utilizado desde los primeros
años de la guerra fría y establecido por el gobierno de Harry Truman como
política económica pública, a partir septiembre de 1950, que, aún hoy, continúa
aplicándose " [2]
Keynesianismo militar mas base militar de norteamericana en Ayacucho,
una región equidistante a Colombia y Bolivia nos da pautas para
entender la geopolítica diseñada por el imperialismo en América Latina, pero el
diseño por si sola no transparenta su plan hacia Bolivia a corto plazo.
Un hecho que se denuncia a si misma, en su accionar a corto y mediano plazo, es
la reaparición de Philip Golberg Embajador de EE UU en Bolivia, y desde sus
relaciones con el CONALDE es fácil deducir que lo que se vienen tramando es el
enfrentamiento entre cochabambinos. Esto para empezar.
El Imperio y el CONALDE aparentemente, han hecho ajustes a sus planes iniciales,
los primeros enfrentamientos armados de la Guerra de Baja Intensidad [3] ya no
los quieren en Santa Cruz ni en Sucre debido a una ligera baja del ambiente de
belicosidad en la nueva configuración política del país. Sucre fue un buen
acercamiento a la conflictividad político militar, y Cochabamba será un nuevo
ensayo, con posibilidades de sostenibilidad, (con apoyo externo desde la Base
Militar de Ayacucho) con pretextos construidos mejor que en los
anteriores intentos y encender el foco de violencia en pleno centro
cochabambino, desde el cálculo probabilística de la defensa o ataque a la
prefectura ante un eventual revocatorio del prefecto de Cochabamba y la negativa
de este.
Ya nadie duda que en el referéndum revocatorio el prefecto de Cochabamba será
uno de los que deberá ser cambiado por el voto popular, pero en sus gira por el
oriente boliviano, Manfred Reyes Villa fue tajante y reiterativo al afirmar que
no aceptará el resultado del Referéndum y que sea cual sea el resultado él
terminará su gestión. Es decir se sublevará al mandato del pueblo y
al y a la institucionalidad del poder central.
Nadie puede darse esa arrogancia y tampoco negar que los movimientos sociales
intentarán persuadirlo primero de que respete el mandato del referéndum, y
posteriormente asuman actitudes de hecho. Bajo esta lógica de comportamiento el
sangriento ex edecán del Dictador García Mesa, Manfred Reyes Villa tiene un plan
de resistencia diseñado por el imperialismo norteamericano.
Y que no vengan los del CONALDE con la falsa postura de que respetan las
decisiones de sus integrantes, al no insistir en que Reyes Villa acepte el
resultado del Referéndum "bien calladito". Es claro que ellos también son parte
de un plan de desestabilización y serán parte responsable de que campesinos,
cocaleros y gente afín al gobierno se enfrenten a jóvenes
paramilitares de Cochabamba y otras regiones preparadas anticipadamente para
este fin.
Reiteramos, el Imperio quiere hacer de Cochabamba el foco central del conflicto
para instrumentalizar la acción militar y de invasión a la fortaleza política
del MAS: el Chaparé. El pretexto de la guerra contra el narcotráfico y el
terrorismo no será más que eso: un pretexto construido con las élites
reaccionarias para complotar contra el gobierno, y al mismo tiempo será la
realización del sueño inconcluso norteamericano, impulsar la Guerra de Baja
Intensidad en el trópico cochabambino con apoyo de paramilitares locales.
Pero acá no termina todo, el Imperio necesita presionar a la región desde el
manejo de los recursos energéticos, principalmente a Brasil y Argentina países
cuyas industrias y familias de algunas regiones dependen en cierta manera del
gas que Bolivia les provee.
Todo se configura para ver como el imperio norteamericano aprovecha la crisis
política boliviana para recuperar su hegemonía y su poder en América del Sur. Y
aunque por ahora es una hipótesis, en dos meses valdrá la pena tener un
seguimiento al curso de la ofensiva imperial en América Latina y dependerá de
que tanto la población esté alerta y cada paso de la reacción y el imperialismo.
Finalmente, no por intereses económicos solamente, sino porque somos una misma
familia latinoamericana (Venezuela y el Presidente Chávez vienen contrarrestando
en embate imperial), Alan García no debía permitir la instalación de una base
militar norteamericana en Ayacucho, y claro, en este mismo sentido de hermandad,
será prudente que el pueblo cochabambino no salga a defender al necrófilo Reyes
Villa en caso de que el veredicto final sea un NO a la continuidad de su
mandato. La paz para bien de lo bolivianos la estamos construyendo con nuestra
propias manos, y aun la podemos construir en lo ámbitos concertados de la
legalidad y la constitucionalidad. Y jamás sublevándose al mandato del soberano
y sometidos al imperialismo norteamericano.
[1]