Latinoamérica
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El ministro de defensa colombiano saluda a Chávez
Dick Emanuelsson
Por favor, aterrice Comandante, porque la guerra en Colombia no la para
nadie, a menos que se acaban sus raíces: un estado clasista que ha desatado la
guerra contra su propio pueblo
"Si las declaraciones de Chávez son de verdad, el fin de las Farc está cerca, si
no, se va a prolongar el fin", dice un eufórico Santos en la emisora más
antichavista que las emisoras gusaneras de Miami.
¿Habrá pensado Chávez eso antes? ¿Que el enemigo más ciego de la revolución
bolivariana y un enemigo de odio a Chávez abrazaría a Chávez políticamente?
Vale la pena a escuchar al ministro de defensa colombiano, declarando el fin de
la guerrilla con el aporte de Chávez (
Lo que decía Chávez a final de febrero, antes de que Uribe violara el
territorio ecuatoriano, que los paramilitares colombianos ya estaban "en los
barrios de Caracas" tratando ganar una base social y política, lo confirmó el
alcalde de Maracaibo, Dian Carlos di Martínez cuando lo entrevisté en la
alcaldía el 29 de febrero este año. "Los paramilitares están haciendo un
corredor desde la frontera hasta Maracaibo", dando testimonio de cómo los
paracos abren oficinas de cambios, haciéndose dueños de empresas de taxis,
ofreciendo en los barrios pobres su "ayuda" para un pago simbólico. Todo para
consolidar una base social y ahí crear la cabeza de guerra en territorio
venezolano y así arrancar el departamento de Zulia del estado venezolano.
Se puede desear una situación pero la realidad muchas veces cruza el camino de
ese deseo, obligándonos a replantar la posición y verla más real. ¿Quién quiere
la paz, la guerrilla o Uribe? es la pregunta clave.
La misma pregunta la hacíamos los comunistas suecos o europeos cuando
enfrentábamos el anticomunismo y el antisovietismo que usaba la derecha allá
para justificar todo tipo de políticas neoliberales o en favor de las guerras
OTAN/EE.UU. Acusaban a la Unión Soviética de querer la guerra, no importa que
ese pueblo perdió más de 20 millones de habitantes [en la segunda guerra
mundial] y así escalaban la carrera armamentista hasta que la URSS murió
económicamente en esa carrera mortal y se desplomó.
Las FARC entraron en un "Acuerdo de Cese de Fuego" en 1984 con el gobierno
conservador del Belisario Betancourt. ¿Y que queda de ese acuerdo? Miles de
tumbas de los camaradas que estuvieron en la plaza pública haciendo "política
legal y civil". El comandante guerrillero Iván Márquez fue uno de esos
comandantes que dejó el fusil en la montaña para ponerse en esa plaza haciendo
política, elegido diputado de la república. Lamentablemente no pudo quedarse en
la plaza o en el congreso nacional por que llovía plomo del estado por todas
partes y los guerrilleros fueron desplazados hacia la montaña o la selva otra
vez. La misma suerte que han corrido cuatro millones de campesinos cuyas seis
millones de hectáreas han sido expropiadas por la contrarreforma agraria, en
manos de sujetos como Los Uribe. Mario o Alvaro, grandes terratenientes y
Padrinos del Paramilitarismo.
Lo mismo pasó el 20 de febrero del 2002, cuando las bombas de 1.000 libras
[2.000 kg] llovían sobre el Laboratorio de Paz", rompiendo el proceso de paz en
el lugar donde los dirigentes civiles y populares hicieron en total 29.000
intervenciones en los domingos en donde sí se hablaba de política. Pero el
régimen de Pastrana jamas se sentó a discutir ninguno de los 12 puntos políticos
de la Agenda Común entre las FARC y el gobierno durante los casi tres años de
proceso de paz.
Detrás de esa abstención estaba el Plan B del Pentágono, de reforzar las fuerzas
militares colombianas con el Plan Colombia y así, en el momento adecuado, romper
el proceso de paz y atacar a la guerrilla para conseguir el sueño del
militarismo colombiano: una solución militar y convertir a Colombia al Gendarme
Latinoamericano.
Dice Chávez que Cano y los combatientes tienen que entender que la guerra ya no
está de moda, como si poner el pecho en la guerra más prolongada y cruel del
continente fuese una fiesta de adolescentes y no una lucha para las
transformaciones de un estado al servicio de un puñado de oligarcas, comparable
con los corruptos de la Cuarta República [venezolana] o de la dinastía
batistiana y somocista.
Uno de los guerrilleros que encontré en 1998 en Putumayo era un muchacho que me
había guiado por el pueblito "Nueva Antioquia" en 1993 durante un domingo cuando
los miembros de la Unión Patriótica nominaron candidatos a la alcaldía de Turbo.
Entonces el muchacho tenía 15 años y cinco años más tarde lo vi al otro extremo
de Colombia en medio de la selva, con fusil y uniforme de la guerrilla de las
FARC-EP. ¿"Que pasó"?, le pregunté cuando me di cuenta que era el mismo
muchacho. "Es que venían los paracos y el ejército y los ´Mochacabezas´ cortaron
la cabeza de mi papá y hicieron como siempre hacen, jugando pelota con la
cabeza. ¿Adónde iba yo para que no me mataran"? volteó la pregunta.
¿Será que esa política de Estado con Uribe ha terminado? Claro que no, y Chávez
lo sabe.
Hoy en Telesur al mediodía desmentía el ministro del Interior de Venezuela,
Ramón Rodríguez Chacín, que un supuesto militar venezolano estuviera involucrado
en la venta de miles de cartuchos a las FARC y decía, correctamente, que es uno
de los tantos montajes que está haciendo el ministro de defensa colombiano, Juan
Manuel Santos, ese mismo ministro que ahora abraza y agradece a Chávez por sus
declaraciones.
Dice Chávez que con la desaparición de la guerrilla colombiana desaparece la
excusa del Imperio para atacarnos. Por Centroamérica pasó la semana pasada el
Hombre de la Muerte, John Dimitri Negroponte, proponiendo a México y a
Centroamérica el "Plan Mérida". Ese plan es una réplica del Plan Colombia que
cumple el rol del Gendarme regional para que las transnacionales
estadounidenses, aplicando el Plan Puebla Panamá y los diferentes TLCs, puedan
trasladar sus contenedores y mercancías al mercado regional sin que ni
autoridades ni protestas sindicales/populares puedan impedirlo, menos
legislaciones nacionales por que esas se han trasladado a Washington.
¿Esta Centroamérica en guerra? ¿Donde están los guerrilleros en Centroamérica,
Chávez?
Nunca creía que iba a escucharlo del Comandante, que el Imperio vaya a dejar de
atacar a Colombia o Venezuela si no existen las FARC. Con o sin guerrilla, el
Imperio inventa cualquier montaje.
Hace 80 años la compañía United Fruit ordenó al ejercito colombiano cometer una
de las peores matanzas en la historia del país, la de las Bananeras. No había
guerrillas, ni siquiera el Partido Comunista Colombiano existía entonces. Pero
los gringos y los peleles del gobierno central crearon los pretextos para
asesinar alrededor 3.000 obreros, mujeres, niños, ancianos.
¡Por favor, aterrice Comandante, porque la guerra en Colombia no la para nadie,
a menos que se acaban sus raíces: un estado clasista que ha desatado la guerra
contra su propio pueblo. Que ha sabido de defenderse como ha hecho una parte del
pueblo colombiano, levantado en armas resistiendo a las fuerzas militares
compuestas por casi medio millón de hombres pertrechados con la última
tecnología de armas, soportando "alfombras de bombardeos". Que nos recuerdan a
los combatientes vietnamitas que también resistieron al Imperio y sus aviones
B-52, para terminar expulsando a los imperialistas yankis que salieron con la
cola entre las piernas el 30 de abril de 1975!
Me da mucha pena escribir esas reflexiones, porque las declaraciones de Chávez
no solamente son una puñalada a la moral de los combatientes de la guerrilla,
que la necesita más que nunca para tumbar al régimen fascista de Bogotá, sino
que desmoralizan y confunden a millones de chavistas en la misma Venezuela, que
ven en los guerrilleros colombianos unos verdaderos bolivarianos, que no temen
al imperialismo o el militarismo colombiano, que saben que el enemigo es muy
fuerte por que además tiene el apoyo del imperio pero que están firmes y
convencidos que el Día de la victoria llegará, porque un pueblo unido sabrá
tumbar y crear algo que en Venezuela por muchos años se creía imposible.
Pero tengo la mejor esperanza que el Comandante va a repensar sus
planteamientos. Si no lo hace, no dudo que la misma realidad colombo-venezolana
lo hará.