Latinoamérica
|
El Marulanda que conocí
Narciso Isa Conde
El Gobierno del Presidente Andrés Pastrana y el Secretariado de las FARC-EP
habían decidido iniciar diálogos de paz en Colombia.
El Municipio escogido como área de despeje fue San Vicente del Caguán y fui
invitado por las FARC-EP entre los testigos internacionales.
Entonces no hubo mayores problemas para conseguir la visa colombiana ni para
realizar un viaje que tuvo como punto de entrada Bogotá (en un vuelo
internacional de AVIANCA) y continuó primero hacia la ciudad de Neiba y luego
hacia San Vicente (en un vuelo interno de una campaña propiedad de las Fuerzas
Armadas Regulares de Colombia cuyo nombre no logró recordar).
En Bogotá hice contacto, con mucha discreción, con un enlace fariano que me
esperaba en el Aeropuerto y me llevó al hotel con las indicaciones para el vuelo
interno.
En Neiba se trató de una escala técnica muy puntual, tan puntual que una oficial
del ejército subió al avión, preguntó exclusivamente por mi nombre, tomó mi
pasaporte, lo chequeo debidamente y me lo devolvió.
Solo eso. Nada más que eso. Algo para decirme, sin hablar, que estaba en la
"mira" de los órganos de inteligencia del Estado como "persona no grata". Eso a
pesar de los diálogos autorizados y de la "búsqueda" de paz.
En el Caguán: presentación y primer abrazo