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Colombia: En la pista de la "Caravana Paramilitar de la Muerte"
Dick Emanuelsson
Según la organización campesina Fensuagro, a partir del 29 de marzo hay
asesinatos y desapariciones prácticamente todos los días hasta hoy
Siento que un escalofrío me pasa por la espalda cuando Carlos Rubio, el viejito
de 85 años, cuenta cómo ocurrió el asesinato de dos jóvenes campesinos y la
desaparición de una niña de 14 años detrás de su finca. Los paramilitares
acamparon en su finca hasta el otro día. Durante la noche fueron llevadas las
víctimas a unos 60 metros detrás de la finca. Ahí, entre las plantaciones de
café y de banano, comenzó la tortura inimaginable.
Los cuerpos mostraron machetazos en la espalda, pero eso no mató al campesino,
según la fiscalía. Siguieron la tortura, cortando un brazo. Cuando el campesino
no pasó la información que los asesinos pedían, le cortaron el otro brazo, y
después la pierna, y después la otra pierna, para terminar por cortarle a Wilson
Duarte su cabeza.
La misma terrible muerte le pasó a Hernando Micán, 30 metros más abajo. Los dos
fueron enterrados en un hoyo, descubierto ocho días después.
– Los vecinos (en las 8 ó 9 fincas que se ven en los hermosos alrededores)
escucharon con espanto los gritos de los dos campesinos esa noche.
Inmediatamente comenzó un desplazamiento de más de dos mil personas al casco
urbano del municipio de Viotá, cuenta el viejito.
La "Caravana paramilitar de muerte" había cobrado sus primeras víctimas en la
región. Pero le quedaría mucho todavía a recorrer por esos días.
"Un candado a Bogotá"
A sólo 90 minutos de Bogotá se encuentra Viotá, bautizada como "la capital
cafetera de Cundinamarca", departamento en donde está ubicada Bogotá, Viotá y
muchos otros municipios.
Todo comenzó, dicen los pobladores, cuando llegó el Batallón Colombia el mes de
diciembre del 2002. Pasaron unos días cuando de repente aparecieron los
paramilitares, casi como fueran en la misma pista del ejército.
La región se encontraba en relativa calma, pero según la organización campesina
Fensuagro, el nuevo presidente Álvaro Uribe Vélez tiene la estrategia elaborada
y es poner un "candado a Bogotá". Alrededor de Bogotá se encuentran las
guerrillas de las Farc con unos 10 u 11 frentes que tienen conexión también con
las Milicias Bolivarianas que operan en la capital.
"Romper el tejido social, político y organizado"
Pero no solamente se trata de amarrar la capital e impedir que los guerrilleros
pasen por los corredores hacia la capital. En el fondo, el problema es de vieja
data. El campo en los alrededores de Bogotá fue campo de batalla en las décadas
del 50 al 70 en la lucha por la tierra. Prácticamente no existe latifundio o
grandes terratenientes.
Los campesinos, dirigidos por legendarios dirigentes agrarios del Partido
Comunista Colombiano, hicieron su propia reforma agraria, conquistando grandes
logros que muchos representantes de la oligarquía colombiana no les han
perdonado. Ese es el segundo factor por el cual los campesinos en Viotá se
enfrentan hoy a un enemigo que es intocable en su relación con las autoridades,
denuncian los campesinos, pero con voz baja.
Y en ese sentido, los paramilitares son herramientas para romper el tejido
social, político y organizado, comenta Nicolás Hernández, secretario general de
Fensuagro.
Cuando los paramilitares aparecieron en Viotá, se identificaron como
paramilitares del departamento de Casanare. Pero:
¿Por qué llegaron de tan lejos como del Casanare, departamento que es casi
fronterizo con Venezuela?
¿Y cómo es posible, que decenas, o de pronto unos cien paramilitares fuertemente
armados puedan trasladarse más o menos mil kilómetros con su armamento sin ser
descubiertos por la Fuerza Pública con retenes de la policía y el ejercito por
todas partes?
¿Y cómo es posible que la contraguerrilla, en esa región tan militarizada, no
haya detenido un solo paramilitar?
¿Y por qué, en los días cuando los paramilitares cometieron sus barbaridades, el
Batallón Colombia, que tiene presencia casi siempre en esta parte de Viotá,
estaba muy lejos del lugar de los asesinatos y desapariciones?
Son preguntas que me hacen los campesinos con un tono denunciante.
Dirigente paramilitar asume responsabilidad
En una declaración de Martín Llanos, supuesto director político paramilitar de
la ACC, Autodefensa Campesina de Casanare, el 16 de abril del 2003, en una carta
dirigida a Luis Carlos Restrepo, Comisionado de Paz del gobierno de Álvaro Uribe
Vélez, no oculta que son ellos quienes hacen presencia en la región: Cita:
"Igual ocurrió con nuestra presencia en Viotá, región del Tequendama en
Cundinamarca (...) Ahí no hemos cometido atentados contra la inocente y sufrida
población civil, ni mucho menos promovemos el desplazamiento forzado de sus
pobladores, sino que pretendemos es desplazar la guerrilla y sus auxiliadores,
para que los verdaderos y silenciosos desplazados por las guerrillas, vuelvan a
su terruño y rindan homenajes fraternales a sus parientes y amigos asesinados
por las Farc y su brazo político (léase El Partido Comunista Colombiano, PCC) en
estas décadas de sometimiento forzado".
El jefe paramilitar reconoce, públicamente, que son ellos quienes se encuentran
en la región del Tequendama, y principalmente en el municipio de Viotá. Hace
unas semanas, el diario más grande de Colombia, El Tiempo, desmentía la
presencia y existencia de los paramilitares de Casanare en esta región del país.
Habla concejal amenazado
Entramos a una finca con una naturaleza que uno no puede imaginarse que exista
tan cerca a Bogotá. El café, guayaba, aguacate y árboles de bambú crecen por las
faldas de la cordillera oriental de los Andes y es la fuente de ingresos de los
campesinos. Por eso han peleado con los grandes latifundistas durante décadas.
Álvaro Ayala es concejal por la Unión Patriótica, en un municipio donde la
izquierda ha reinado durante las mismas décadas de lucha por la tierra. Pero
como han sido asesinados casi todos los dirigentes destacados, aproximadamente
4.000 en total, tampoco se ha escapado Ayala de la guerra sucia. Se siente una
fuerte tensión en este momento en el municipio con unos 20.000 habitantes.
A partir del 29 de marzo, cuando apareció un grupo paramilitar hubo miedo y
temor en las veredas vecinas y se organizó un desplazamiento de unas 2.000
personas al casco urbano de Viotá que duró 4 ó 5 días.
Según la organización campesina Fensuagro, a partir del 29 de marzo hay
asesinatos y desapariciones prácticamente todos los días hasta hoy.
Antes del 29 de marzo hay 4 ó 5 desapariciones en el casco urbano. El 29 de
abril hay testimonios de que dos campesinos fueron retenidos por una patrulla
del ejército y asesinados. Son traslados a la inspección de San Gabriel en unos
caballos y mostrados ante la población como "guerrilleros muertos en combate".
La versión de la población civil es que son campesinos y que no pertenecen a
ningún movimiento armado al margen de la ley.
¿Quién hace el trabajo de inteligencia a los ´paras´?
– El lunes de esta semana se produce otro asesinato en la inspección de San
Gabriel. Una patrulla del ejército saca un campesino de la vereda El Retén a las
6 de la mañana, según la versión de la familia. Lo trasladan a una vereda que se
llama El Roblal y a las 11 de la mañana lo matan. La versión oficial es que era
un guerrillero que estaba armado con una escopeta y un celular. Por lo tanto fue
dado de baja en un combate. Pero la comunidad desmiente y dice que era un
humilde trabajador que vivía en la vereda del Retén.
Según las denuncias de la población, los paramilitares llegaron con una lista en
mano con nombres y apellidos que buscaban. Certifican los pobladores que el
trabajo preparatorio de esa lista ha sido obra de la inteligencia militar, por
la simple razón de que los paramilitares llegaron de casi mil kilómetros lejos
de Viotá. Pero los blancos militares son "los comunistas", los cuales equivalen
al movimiento armado de las Farc. Por eso el temor es muy grande ya que la zona
es un bastión de la izquierda.
¿Ser simpatizante o activista de la UP o el PCC es suficiente para ser
asesinado?
Sí parece ser, porque en la lista que cargan llevan muchos nombres de
personas que no han sido ni son líderes, sino que asisten a las reuniones o las
protestas.
¿Ha habido discusiones en el concejo sobre la ola de asesinatos en Viotá?
No ha habido muchas discusiones porque los concejales están atemorizados. Cabe
destacar que el 1 de mayo desapareció una concejal, Miriam Clavijo Flores. Según
el esposo, los paramilitares la habían citado, ella se fue pero nunca regresó.
Frente a ese hecho los concejales tienen temor de hablar. Se sacó un comunicado
que se entregó al gobernador.
Según declaración del gobernador de Cundinamarca Uds. tienen que
"acostumbrarse a vivir con los paramilitares". ¿Cuál es su comentario?
El 8 de abril el concejo me nombró vocero ante el gobernador en su despacho.
Estando allá iniciamos la reunión y él textualmente nos dijo que había solamente
dos minutos para presentar lo que íbamos a presentar. Llegamos con el fin de que
el gobernador nos entregara un informe de cómo estaba la situación dentro del
municipio referente al operativo militar, qué información había de la Fuerza
Pública, qué había pasado con el grupo paramilitar que estaba en la región y la
situación de los desaparecidos.
¡"No sea vocero, ni mandadero de la guerrilla"!
No me dejó terminar de hacer las preguntas cuando de una me cortó la palabra
para decirme que no fuera "vocero, ni mandadero de la guerrilla", y que acá lo
que había que "acostumbrarse en Viotá es a convivir con los paramilitares", cosa
que es preocupante. Fuimos a una reunión para pedir ayuda e información de lo
que estaba sucediendo y el gobernador tajantemente me cortó.
Toda la región está sumamente militarizada. ¿Cuál es la relación con el
ejército?
Nosotros andamos totalmente desprotegidos. Hasta ahora el ejército no me ha
agredido. Pero con relación a los paramilitares el ejército no ha entregado
información ni ha capturado alguno. La comunidad dice que cuando llega el
ejército nunca pregunta por paramilitares sino por "la guerrilla y sus
auxiliadores terroristas".
Cabe decir, que la parte donde se llevaron los primeros desaparecidos y donde
hay información de la población que permanecen los grupos paramilitares haciendo
retenes, llevando gente a reuniones a varias veredas, en esa parte no ha habido
presencia del ejército y control de la población que ha hecho en esta parte
cafetera.
¿Cómo es el tono en las conversaciones con el comandante del ejército?
El capitán Arbeláez pidió la palabra el jueves pasado en la sesión del concejo y
en una forma amenazante dijo que tenía información de que los concejales
estábamos nuevamente organizando un desplazamiento al casco urbano de Viotá. Si
eso llegaba a suceder así, concejal que llegara a acompañar a los desplazados
sería detenido y entregado a la Fiscalía para que lo investigara.
Al pedirse explicación de por qué él decía esas palabras y cuáles concejales
estaban organizando de esa parte, dijo que él no podía decirlo porque esa
información que ellos recibían era de La Red de Informantes, y por ser de esa
red no podía decir los nombres de las personas. Pero por esa misma razón habían
sido dados de baja en la zona personas que eran guerrilleros, armados y con
celulares. Tengo entendido que fueron los tres campesinos mencionados.
Encapuchado llega a la casa del concejal
Salimos a la pista de "La Caravana de Muerte paramilitar", recogiendo
testimonios de campesinos afectados por los paramilitares. Los testimonios
respiran temor por el terror y el cuestionamiento por la ausencia del Batallón
Colombia cuando aparecen los paramilitares.
Dos semanas después este reportaje llegó un comunicado de Fensuagro, la
organización campesina que organiza muchos campesinos desde décadas en la región
de Tequendama, denunciando:
"El día martes 27 de mayo de 2003, antes de las 5:40 a.m. dos (2) motos cada una
con dos hombres, dos de los cuales eran de piel morena, otro iba encapuchado,
llegaron a la casa del concejal Ayala y sin preguntar por nadie en particular
entraron a la casa y la requisaron, la señora MARIA OTILIA MORENO ESCOBAR esposa
del concejal les preguntó varias veces su identificación pero éstos no le
respondieron."
Llegaron para matarme, por que estaban armados, comenta Álvaro Ayala minutos
antes de enviar esta entrevista. Pero no me encontraba en la casa.
Capitán tildó empleados de "guerrilleros"
Pero ahí no termina la pesadilla para los habitantes en el municipio de Viotá.
El sábado pasado, cuenta una fuente, que nos se atreve divulgar su nombre, el
capitán Arbeláez reunió a todos los empleados en la alcaldía y informaba que
tenía conocimiento que hay empleados que en realidad trabajan para el Frente 42
de las Farc.
Los regaño a todos, decía que eran unos perezosos, que no hacían nada y sabía
quienes eran del Frente 42.
El 28 de Mayo fueron amenazados de muerte cuatro empleados de la alcaldía por
presuntos paramilitares. El mismo día, fueron asesinados el registrador
municipal, Jorge Ochoa y otra persona por presuntos paramilitares.
Agencia Bolivariana de Prensa. Correspondencia de Prensa.