Latinoamérica
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Conflicto del Cobre: Una doble encrucijada
Alexis Cortés Morales
Rebelión
Para nadie es una novedad que las movilizaciones llevadas a cabo por la
Coordinadora de Trabajadores Del Cobre, CTC (Subcontratados) han trastocado
completamente el escenario social chileno, ya muchas páginas se han llenado
remarcando la fuerza revitalizadora de este movimiento en el lánguido y pasivo
sindicalismo post dictatorial chileno.
Probablemente, el mejor indicador del impacto de este movimiento ha sido la
cobertura dada por las páginas económicas de El Mercurio, en las que los más
connotados jerarcas empresariales nacionales han dado rienda suelta a sus
temores, sospechas y desprecios, entregando coordinadas claras de la conciencia
de sus intereses económicos como grupo social.
En este sentido, antes los ojos del país se desplegó un movimiento que fue capaz
de devolver protagonismo a los Trabajadores como sujetos sociales, de superar en
los hechos los amarres institucionales tendientes a perpetuar los dispositivos
de precarización e desprotección impuestos por la Dictadura en el Código
Laboral, así la negociación por rama y la negociación con la empresa mandante
entraron a tallar en un escenario totalmente adverso a las demandas de los
trabajadores.
Después de mucho tiempo, durante la movilización de la CTC del pasado año, el
movimiento de los trabajadores pasaba a la ofensiva, no sólo consiguiendo
mejoras económicas, sino que modificando la legislación laboral, es decir
convirtiendo sus conquistas parciales, en conquistas de la categoría. Prueba de
ello es la Ley de Subcontratación que concitó el apoyo generalizado del mundo
político y la mesa de negociación tripartita en CODELCO (Trabajadores, Empresa
Mandante, Empresas Mandadas).
Sin embargo, por estos días, en que los trabajadores subcontratados del Cobre
han salido nuevamente a las calles y paralizado la producción de la principal
riqueza del país, otros factores y condiciones han entrado en juego,
manifestándose como una relación de doble encrucijada por un lado para el
Gobierno y por otro para el movimiento sindical.
Em primer lugar, hoy la CTC se moviliza para defender un "piso": el respeto de
los acuerdos conseguidos el año pasado. Para lo que han tenido que recurrir
nuevamente a su arma más poderosa, pero también más desgastante: la paralización
de la producción. Por lo mismo, una derrota relativa en esta batalla puede
significar la frustración generalizada de las bases de la CTC, pues a diferencia
del año pasado, donde todo lo que se consiguiera era un triunfo, hoy una salida
apresurada puede traer consigo una derrota material y moral a los trabajadores
subcontratados. Además, la encrucijada que enfrenta este movimiento es que en
sus hombros lleva consigo también el peso de todo el ‘potencial’ movimiento
sindical chileno, no hay que olvidar que tras la irrupción de la CTC se
desataron movilizaciones en otras áreas de la producción y se formaron
sindicatos en ramas que hasta ahora estaban vírgenes de acción sindical. Por lo
que también una victoria puede dar pie a un resurgir más poderoso del mundo
laboral y quienes parecen tener más claro esto son los agentes del mundo
empresarial.
Por otro lado, el gobierno es el actor que enfrenta la encrucijada más fuerte,
pues las acciones y omisiones del ejecutivo frente al actuar y a los acuerdos
con los subcontratistas han dejado en evidencia el carácter contradictorio de la
actual coalición de gobierno. Más que cualquier caso de ‘discolomanía’, las
posiciones del gobierno han mostrado dos almas en la Concertación, pero en
particular en el gobierno.
Así tenemos en una esquina la cara más neoliberal del mismo, representada por el
Ministro de Hacienda y por el Gerente de CODELCO, quienes no han dudado en
desconocer los acuerdos alcanzados anteriormente, e incluso los dictámenes de la
Dirección del Trabajo y en disponer una serie de políticas antisindicales, como
negociar con sindicatos no movilizados, como hacer resurgir la vieja táctica de
las listas negras, como aplicar internalizaciones selectivas dejando fuera a los
trabajadores más revoltosos y enviando a dirigentes y cuadros sindicalmente
activos a tareas más peligrosas y desgastantes al interior de las faenas; pero
principalmente negándose intransigentemente a sentarse a discutir con los
trabajadores en conflicto; reduciendo la crisis actual a un asunto de policía.
Del otro lado, está el sector que aún le da sentido al proyecto social de la
Concertación y que apuesta por un rol mediador del Estado en las relaciones
entre Capital y Trabajo -que en los últimos 30 años se han resuelto a favor de
la primera-; sensibilidad representada en el gobierno por el Ministro del
Trabajo, Osvaldo Andrade, quien no sólo ha sido el Secretario de Estado más
productivo en la materia (con mayor número de iniciativas) de los gobiernos de
la Concertación, sino que también ha sido el factor de contención de la
hegemonía proveniente desde Hacienda en el gabinete, no dudando en contradecir
orientaciones particulares del Gobierno y haciendo un llamado franco y abierto a
CODELCO a cumplir la ley en su espíritu, a integrar a los subcotratados
planteados por el informe de la inspección; pero sobre todo llamando a CODELCO a
cumplir su rol y sentarse a negociar.
Como se puede apreciar dos mundos dan su pelea aparte en este contexto
conflictivo, por un lado las fuerzas que procuran mantener el estado de cosas y
evitar ciertas complicaciones molestas, como la toma de protagonismo de los
sindicatos y ahí son numerosas las apelaciones de los sectores empresariales al
gobierno a dar una lección a los trabajadores ‘alzados’, pues lo que ocurra en
este conflicto puede ser un anticipo de lo que se dará en el todo mundo
productivo. Y por otro, los sectores que apuntan a revitalizar la noción de lo
social en el contexto programático concertacionista (Ministro Andrade) y a darle
centralidad a un actor que hasta este momento se ha mostrado pasivo: los
trabajadores (CTC). Indudablemente los trabajadores han sido Objetos de las
políticas gubernamentales, en este conflicto lo que se juega es si éstos pueden
llegar a convertirse en Sujetos protagónicos de la construcción de un proyecto
de país.
Como ha quedado de manifiesto, los hechos, al menos desde el punto de vista
político y social, contradicen completamente al Gerente de CODELCO y "este
asunto" dejó de ser hace bastante tiempo un problema entre los trabajadores
externalizados de CODELCO y las empresas subcontratistas.
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