Latinoamérica
|
Eleva Estados Unidos la tensión con Venezuela tras la agresión de Colombia a Ecuador
David Brooks
El gobierno de George W. Bush y algunos legisladores conservadores han
buscado transformar el tema de la incursión militar de Colombia en Ecuador en
motivo para calificar de "terrorista" al gobierno de Venezuela.
Hoy, dos representantes republicanos federales de Florida, la
cubanoestadunidense Ileana Ros-Lehtinen y Connie Mack, presentaron una
resolución ante la cámara baja, que insta al gobierno de Bush a "designar a
Venezuela patrocinador estatal del terrorismo".
Vale recordar que en el Congreso hay mayoría demócrata, y que esos dos
legisladores no tienen poder para garantizar la aprobación de resoluciones o
proyectos. Sin embargo, esa iniciativa está ligada con una serie de
declaraciones del gobierno de Bush, esta semana, que critican a la
administración de Hugo Chávez.
El tono lo elevó el propio Bush, quien esta semana dijo ante la Cámara de
Comercio Hispana, en Washington, que "hay un patrón preocupante de
comportamiento provocativo del régimen en Caracas" en torno a las FARC, y afirmó
que altos funcionarios del gobierno de Hugo Chávez se han entrevistado con el
grupo guerrillero, oficialmente designado por el gobierno estadunidense
"organización terrorista".
Durante esta semana, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, ha elevado la
tensión. Antes de comenzar su gira por Brasil y Chile, al entrar a una reunión
con el ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, aseveró, en obvia
referencia a Venezuela, que "es obligación de todo miembro de la Organización de
Naciones Unidas (ONU) no permitir que su territorio sea usado de manera alguna
para apoyar terroristas, y las FARC son una organización terrorista. Por tanto,
no debe haber ningún apoyo a ellos". Ya en el curso de su gira repitió versiones
del mismo mensaje.
Un vocero del Consejo de Seguridad Nacional, Gordon Johndroe, informó: "nuestras
agencias de inteligencia están evaluando el material adquirido por los
colombianos, y veremos hacia dónde lleva", reportó el Wall Street Journal. El
gobierno ha indicado que está revisando los archivos de computadora obtenidos
por las fuerzas colombianas en su ataque a la base de las FARC en Ecuador, el
primero de marzo, que según denuncias del gobierno de Álvaro Uribe señalan que
el régimen de Hugo Chávez mantenía contacto con los guerrilleros y tenía la
intención de entregarles 300 millones de dólares en asistencia.
El secretario asistente de Estado para el hemisferio occidental, Thomas Shannon,
declaró esta semana que continúan analizando los contenidos de las computadoras
obtenidas tras el ataque, incluyendo una que supuestamente era del líder del
grupo guerrillero, Raúl Reyes, y otra perteneciente a Iván Ríos, otro dirigente
de la organización que fue asesinado por su escolta la semana pasada.
"La información que ha surgido hasta la fecha es preocupante, ya que parece
indicar un grado de diálogo y discusión entre miembros del gobierno de Venezuela
y las FARC que tiene que ser explicado", dijo Shannon a reporteros en
Washington. Sin embargo, subrayó: "estamos muy al comienzo del proceso, y sería
una error brincar a conclusiones".
Pero es justo lo que decidieron hacer algunos legisladores afirmando, a pesar de
que aún no hay pruebas, como hizo Mack esta semana, que "es crítico que el
gobierno (de Bush) actúe rápida y decisivamente. El presidente venezolano está
usando su enorme riqueza petrolera para financiar el terrorismo en su
traspatio". Ros Lehtinen, al presentar su resolución junto con Mack, declaró que
"la decisión del liderazgo venezolano de apoyar los actos criminales de estos
extremistas violentos (las FARC) ha envenenado la región con inestabilidad y
desconfianza".
Agregó: "los esfuerzos deliberados de los líderes venezolanos por forjar
relaciones con patrocinadores estatales del terrorismo, incluyendo Irán y Cuba,
son una afrenta directa a todos los que trabajamos para promocionar la justicia
y la libertad en la región".
La resolución legislativa no tiene fuerza de ley, y sólo es una expresión del
Congreso. Aun si prospera, no tiene impacto directo. Pero sí nutre el esfuerzo
de algunos dentro del gobierno de Bush de al menos amenazar con colocar a
Venezuela en la lista de patrocinadores del terrorismo.
Los países actualmente incluidos en dicho listado son Corea del Norte, Irán,
Siria, Sudán y Cuba. Estas naciones son sujetas a diversas sanciones, entre
ellas la suspensión de préstamos de instituciones multilaterales (Banco Mundial
y Fondo Monetario Internacional). No está claro si estar en ésta tendría efecto
sobre las operaciones de empresas estadunidenses, incluyendo las petroleras, en
el caso de Venezuela.
Pero el propio Shannnon ha expresado cautela. "Declarar a alguien patrocinador
estatal del terrorismo es un paso grande, serio, y una decisión que sólo
tomaríamos después de una muy cuidadosa consideración de todas las pruebas".
Puntualizó que el análisis de los archivos de las computadoras tomará tiempo.
Expertos en Washington están divididos sobre si estas nuevas acusaciones contra
Venezuela prosperarán. Algunos dicen que la propuesta será aprobada sólo porque
pocos legisladores se atreverán a votar en contra -por la poca simpatía hacia el
régimen de Chávez Frías- y porque políticamente nadie desea sufragar contra
alguien que denuncia actividades supuestamente "terroristas". Otros creen que no
prosperará por la falta de capital político de la moribunda y desprestigiada
presidencia de Bush, como por las divisiones internas dentro del gobierno.
Adam Isacson, experto en relaciones interamericanas del Centro de Políticas
Internacionales en Washington, declaró a La Jornada que "no existe consenso
entre los republicanos e incluso dentro del gobierno de George Bush" para
promover esto, y pronosticó que los presidentes demócratas de los comités
legislativos no permitirán que la resolución proceda a voto. Por otro lado,
manifestó que por ahora "simplemente no hay suficientes pruebas" para justificar
las acusaciones sobre Chávez y las FARC.
Añadió: "muchos no desean colocar a Venezuela en la lista (de patrocinadores de
terrorismo) por las consecuencias sobre los mercados petroleros, lo cual nutrirá
la actual incertidumbre". Pero advirtió que eso podría cambiar si surgen pruebas
que implicaran al gobierno venezolano.
Daniel Ericsson, analista de Diálogo Interamericano, comentó a la agencia Ap que
"es un poco difícil, particularmente en el contexto de un año electoral, que
Estados Unidos aplique nuevas sanciones sobre Venezuela, que probablemente
interrumpirían el suministro de petróleo, lo cual llevaría a precios más altos
de gasolina". Otros estiman que al no contar con el apoyo de algunos de los
principales países de la región, el intento podría ser desastroso y generar
justo lo opuesto al objetivo de Bush: aislar a Venezuela.