Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) abogaron por un país sin guerra tras los pasos necesarios que permitan avanzar hacia una paz con justicia social.
  El futuro de Colombia no puede ser de guerra, manifestó el comandante Raúl Reyes al reiterar la decisión de la organización guerrillera de procurar un acuerdo de canje humanitario.
  Por desgracia, dijo el jefe insurgente a Prensa Latina vía Internet, las oligarquías coaligadas a las mafias del narcotráfico y los paramilitares se apoderaron del gobierno para defender sus intereses avalados por Washington.
  Esto se explica en el Plan Colombia y sus derivados como el Plan Patriota, Consolidación y de otros que son la secuencia de rimbombantes nombres como el Plan Lasso, Centauros, Destructor Uno y Dos o el Tanatos, del ex presidente Andrés Pastrana.
  Ahora, agregó el líder de las FARC, mendigan la aprobación del TLC (Tratado de Libre Comercio) con Estados Unidos para continuar sus matanzas por mayor pobreza y miseria, pero sin renunciar a los planes de guerra inspirada por los imperios del saqueo, que encabeza Estados Unidos.
  Las declaraciones de Reyes tienen lugar tras la liberación de Claudia Rojas y Consuelo González, así como al anuncio de entrega de tres ex congresistas, como desagravio a la gestión del presidente venezolano, Hugo Chávez, y de la senadora Piedad Córdoba.
  La propuesta de Chávez de reconocer el status a las FARC es el mejor aporte político conocido hasta hoy para beneficio del acuerdo humanitario y de la búsqueda de la paz, enfatizó.
  En su opinión, uno de los objetivos de la guerra del gobierno de Álvaro Uribe es forzar a los pueblos y gobiernos de Venezuela y Ecuador a participar del conflicto interno de Colombia, mediante operaciones conjuntas con tropas de los tres países hermanos.
  Pero estos pueblos y sus gobiernos conservan la identidad bolivariana de respetar la libre determinación y prefieren con generosidad ofrecer sus buenos oficios para conseguir el canje de prisioneros en camino a la paz entre los colombianos, dijo Reyes.
  Nuestra política, precisó. es la de contribuir a la hermandad. Las unidades de las FARC no realizan operaciones militares fuera de las fronteras, por no estar en guerra con ningún estado ni gobierno distinto al espurio, fascista y mafioso de Uribe.
  En sus declaraciones a Prensa Latina, Reyes aseguró que el comandante Manuel Marulanda goza de buena salud al frente de las FARC y conduce su organización político-militar con gran acierto.
  Una de las formas de la guerra es la difusión de falsos rumores como ese de decir que Marulanda sufre una enfermedad terminal y que los demás integrantes del Secretariado se disputan el liderazgo.
  La actual administración sustenta la guerra en campañas mediáticas, difundidas por medios al servicio de los yanquis y las oligarquías como Caracol, RCN, El Tiempo y el País, de España, entre otros aparatos de la desinformación, aseveró.
  Al referirse a un posible canje de prisioneros, el jefe rebelde expresó que es perentorio el despeje de fuerza pública por 45 días de los municipios de Pradera y Florida, en el departamento de Valle del Cauca.
  Consideró la oferta de la llamada zona especial como otra dilación de Uribe con la que pretende prolongar por más tiempo la angustia de los prisioneros y familiares, mientras desestimó la presencia de España y la iglesia en un eventual mecanismo humanitario.
  El gobierno español y la Iglesia católica de Colombia, al tomar partido a favor del gobierno de la para-política de Uribe, se autoexcluyeron como posibles mediadores, expresó.
  Reyes recordó que los guerrilleros Simón Trinidad y Sonia, extraditados a Estados Unidos, y los tres militares norteamericanos en poder de los rebeldes, son parte sustancial del posible canje.
  Los tres agentes de la CIA capturados espiaban para su país, son prisioneros de guerra y no secuestrados como dicen los halcones de la guerra para desvirtuar la verdad de la injerencia de Estados Unidos en el conflicto interno de Colombia, reiteró.
  Reyes retomó el tema de las campañas mediáticas para desmentir las aseveraciones de los mandos castrenses en torno a la supuesta debilidad de las FARC.
  Nuestro ejército -expresó- sigue un proceso normal de crecimiento en experiencias, hombres y armas, con creciente simpatía y apoyo popular. Los combates son diarios y en toda la geografía patria porque las unidades guerrilleras móviles tienen presencia en toda Colombia.