"Por los desaparecidos, los desplazados, los masacrados y los
ejecutados"
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Resistencia civil
"Por los desaparecidos, los desplazados, los masacrados y los ejecutados"
Es el lema con que los organizadores de la marcha por las víctimas de los
paramilitares del próximo 6 de marzo, están convocando colombianos de todo el
mundo
Revista Semana http://www.semana.com/
Cuando bajó la marea emocional de la enorme caminata contra las Farc el pasado 4
de febrero, el ruido de una nueva manifestación se levantó, esta vez, por las
víctimas de los paramilitares y de agentes del Estado. Las suspicacias que
provocó la protesta anti Farc también salpicaron esta nueva convocatoria,
criticada por el gobierno. Incluso algunos voceros oficiales han dicho que es
organizada por el grupo guerrillero. Con afirmaciones como esta se ha tratado de
debilitar las razones de la segunda marcha. Sin embargo, sus organizadores como
muchos otros analistas y ciudadanos que se han mostrado solidarios con las
víctima de la violencia, se preguntan por qué alguien puede considerar ilegítimo
marchar para hacer visibles, por ejemplo, a los desaparecidos del Palacio de
Justicia; a los casi tres millones de campesinos desplazados; a los
sindicalistas asesinados y a las 90 mil víctimas del paramilitarismo registradas
en la Fiscalía en el proceso de Justicia y Paz.
Para el próximo 6 de marzo, varios organismos se encargaron de convocar
colombianos en todo el mundo para que salgan a las calles "por los
desaparecidos, los desplazados, los masacrados y los ejecutados". Mientras que
la marcha del 4 de febrero fue iniciativa de un grupo en la red social Facebook
indignado luego de que se hicieran públicas las pruebas de supervivencia de
varios secuestrados por las Farc, la de marzo fue invitada por el Movimiento
Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, la Central Unitaria de Trabajadores,
Fecode (Federación Colombiana de Educadores), la organizaciones Minga, Viva la
Ciudadanía, Indepaz y Redepaz.
"Incluso desde antes del 4 de febrero se ha puesto en la discusión pública el
tema ético sobre la actitud de la ciudadanía frente a las víctimas. dijo Iván
Cepeda en entrevista a Semana.com y líder del Movimiento de Víctimas de Crímenes
de Estado. Queremos que se generalice y se le rinda un muy justo homenaje a los
desplazados, a los desaparecidos, a los familiares de los asesinados y
masacrados, a través de múltiples actos simbólicos en Bogotá, algunas ciudades
del país y en otras ciudades del mundo. No sólo queremos que sea un momento de
hacer memoria, sino de solidaridad",
Iván Cepeda: "Queremos que se le rinda un justo homenaje a las víctimas del
paramilitarismo"
Las víctimas de los paramilitares y de algunos agentes del Estado saldrán a
marchar este 6 de marzo.
Resulta paradójico que luego del amplio respaldo que el gobierno Uribe le dio a
la marcha del 4 de febrero contra las Farc, ahora sean sus voceros los más
críticos de la marcha en solidaridad con las víctimas del paramilitarismo. El
primero en pegar el grito en el cielo fue el asesor presidencial José Obdulio
Gaviria: "yo personalmente no participaré. Difícilmente la sociedad colombiana
participará en tal tipo de convocatoria cuando precisamente estamos marchando
contra los que convocan", dijo en Caracol Radio días atrás, haciendo alusión a
la invitación que hicieron las Farc en su página virtual a apoyar esta marcha.
Gaviria también criticó que se marchara contra el paramilitarismo, pues este,
según él, ya no existe. "Equivaldría como marchar contra la guerrilla liberal, o
contra el M-19, o contra el Epl", organizaciones ya desmovilizadas.
Tendría razón Gaviria al inferir que marchar contra las AUC es igual a marchar
contra los 35.353 desmovilizados de esta organización que oficialmente dejaron
las armas entre el 2003 y el 2006. Esto no significa sin embargo que el
paramilitarismo haya dejado de existir en Colombia.
Observadores nacionales e internacionales y las mismas autoridades han detectado
grupos paramilitares que continuaron delinquiendo (por ejemplo la ‘Organización
Nueva Generación’ que en Nariño que ya amenazó por correo electrónico a varias
personas que caminarán el 6 de marzo o las ‘AUC de don Berna’ que operan en la
frontera entre Nariño y Cauca).
Hoy estiman que, entre desmovilizados que retornaron a las armas, otros que
nunca las abandonaron y algunos jóvenes nuevos, hay cerca de 3 mil colombianos
en las bandas emergentes. Estas no sólo se dedican al narcotráfico, sino también
ejercen labores de "control" político e ideológico persiguiendo a quienes
consideran enemigos y , en algunos casos, hacen la mal llamada "limpieza
social".
Subsisten incluso problemas con algunos de los jefes desmovilizados de las AUC,
que ponen en duda su voluntad de paz. Por mencionar algunos casos, el Inpec
acaba de descubrir armas y dinero en la cárcel de Itagüí donde permanecen los
principales ex comandantes de ‘paras’; y la OEA tiene información concreta de
que en departamentos como Córdoba, Cesar y la zona del Urabá hay amenazas a
desmovilizados que se resisten a reclutarse nuevamente en organizaciones de
autodefensa.
Apenas en enero de 2008 los paramilitares cometieron dos masacres, nueve
desapariciones forzadas y ocho homicidios.
Contra la violencia que están ejerciendo estas bandas, como advertencia civil a
quienes entre los desmovilizados han incumplido los acuerdos, y en solidaridad
con las víctimas que siguen creciendo es contra quienes se marchará el próximo 6
de marzo.
Si bien las AUC como estructura ya no existe, el paramilitarismo sí, y que aún
con la desmovilización de ellos, todavía hay víctimas que lloran por su culpa.
En Colombia han sido desplazadas cerca de tres millones de personas. También han
desaparecido unas 15 mil personas en los últimos 30 años y muchas de ellas han
sido enterradas. Las autoridades ya saben de 3 mil personas en fosas comunes, y
eso que hasta ahora se empieza a conocer la verdad.. Más de 1.700 indígenas,
2.550 sindicalistas, medios centenar de periodistas y miles de militantes de la
Unión Patriótica han sido asesinados.
Las autoridades policiales y judiciales aseguran que entre 1982 y 2005 los
paramilitares perpetraron más de 3.500 masacres y robaron más de seis millones
de hectáreas de tierra a campesinos en diferentes rincones del país. Desde que
empezaron las desmovilizaciones han sido asesinadas 600 personas cada año. Y su
violencia no ha sido solo militar.. También han corrompido e infiltrado a las
instituciones del Estado. La justicia ha vinculado a 72 personas, entre
congresistas, gobernadores, alcaldes, diputados y otros líderes políticos.
Si el 4 de febrero se marchó contra las Farc, contra el secuestro, contra los
vejámenes a los que son sometidos Íngrid Betancourt o los soldados que llevan
hasta 10 años en la selva; contra los asesinatos que ejecuta este grupo
guerrillero, ¿por qué va a ser ilegítimo marchar también contra los paras que
han inundado de sangre este país, y no han cesado del todo su violencia, o
contra los autores de la desaparición de once personas en el holocausto del
Palacio de Justicia?
Otro de los lema de los organizadores de la manifestación del 6M que causa
roncha, es el de marchar contra los crímenes de Estado. La interpretación del
gobierno, y compartida por muchos analistas, sobre el conflicto armado es que no
ha existido una guerra sucia organizada desde el Estado, como sucedió en otros
países, y lo que ha habido en Colombia es militares o funcionarios corruptos que
han buscado atajos para pelear la guerra contra la guerrilla.
Desde la izquierda, sin embargo, se deduce que si tantos dirigentes del estado
durante tantos años han sido cómplices de masacres, magnicidios, desapariciones
o ejecuciones extrajudiciales, es porque implícitamente esa ha sido una política
de Estado.
Más allá de esa discusión ideológica, sin embargo, están las víctimas que han
sufrido igualmente, sea por política de Estado o no, y merecen la solidaridad
ciudadana.