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Latinoamérica

La desesperación por sobrevivir

Antonio Peredo Leigue

Mala consejera es la desesperación. Incluso puede ser sumamente peligrosa. Los referendos dirimidor y aprobatorio de la nueva Constitución Política del Estado, aprobado por dos tercios del Congreso Nacional, ha desatado una crisis de grandes proporciones en la oposición, que no termina de articularse. Los reveses que ha sufrido cada uno de los partidos y las agrupaciones contrarias al gobierno, fueron provocados por esa desesperación que los llevó a perpetrar la matanza de Porvenir, cuyas consecuencias están cayendo sobre todos ellos en conjunto.

Los medios de comunicación, tan afectos al sensacionalismo, no tuvieron alternativa y se vieron obligados a detallar los grupos que tratan de formarse para encarar los referendos en enero y las elecciones en diciembre del próximo año. Por supuesto que, metidos en el bosque de esas tentativas, no tienen espacio, ni quieren tenerlo, para ahondar en las razones de esta desesperación.

Entre apuros

Los alineamientos son múltiples. Figuras dispersas a tal punto, que uno de los apresurados, se da cuenta del callejón sin salida en que están entrando. Propone, por tanto, una elección primaria entre todos ellos –los que están y los que vayan apareciendo- para determinar candidato e ir en un frente único. Si se trata de copiar métodos, lo menos que debe hacer el proponente, es recordar lo ocurrido en su propio partido, antes que la catástrofe lo obligara a fundar otro.

Pero no se trata de desanimar acciones. Es bueno que haya una oposición coherente y, preferentemente, cohesionada. Tenemos tres años de experiencia de una oposición profundamente dividida y, en consecuencia, desesperada. Tal estado de ánimo les ha llevado a cometer no sólo irregularidades, sino delitos claramente tipificados. A falta de pruebas, la declaración del prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, es más que esclarecedora: se hace cargo de todas las tropelías cometidas por la Unión Juvenil Cruceñista. Datos más: los unionistas, con un complejo de culpabilidad, se refugian en la catedral de esa ciudad y, para protegerse, eligen a un nuevo dirigente, porque el anterior debe rendir cuentas de sus correrías delictivas, en las que todos ellos estuvieron involucrados.

De modo que es bueno si logran estructurar una oposición coherente.

El próximo reto

Todo indica que, pese a los intensos esfuerzos que hacen por buscar apoyo en contra de los referendos por la nueva Constitución Política del Estado, ni ellos mismos creen que podrán lograr resultados. Confían, como siempre lo han hecho, en que el voto mayoritario por el SI, sea lo menor posible. Celebrarían que fuese apenas el 50% más uno. Menos del 60% les serviría para una campaña que muestre a 40% de la población contraria a la CPE. Incluso si es menos del 67% logrado en agosto, les permitiría hablar de desgaste del gobierno. De modo que sus aspiraciones son modestas.

Sin embargo, los resultados serán muy superiores a estos cálculos. Como ocurrió en diciembre de 2005, en julio de 2006 y en agosto de 2008, sus expectativas quedan frustradas. Hay que asumir que, tales descalabros, llevan a la oposición a un estado de desesperación que, en política, es desaconsejable.

En ese estado es que no encuentran otra alternativa que la guerra sucia. La masacre de Porvenir, en Pando, ha destruido esa oposición formada por prefectos y comités cívicos opositores. El informe de la comisión enviada por UNASUR ha pretendido ser desprestigiada con mil artimañas, la última de las cuales es el escándalo que desataron sobre un supuesto contrabando de 33 camiones que pasaron por Pando. La denuncia fue hecha nada menos que por el ex presidente de la Aduana Nacional y, al menos, merece su consideración; el ministerio público y los jueces deben hacerse cargo del asunto, como corresponde. Pero no. No tiene importancia ese procedimiento; se trata de hacer escándalo y usan todos los medios a su alcance. Encuentran el escenario ideal en el Congreso y durante una semana continua, los medios de comunicación se esmeran por darle todo el énfasis posible.

Pero el reto, el verdadero reto, es el 25 de enero, cuando los referendos dirimidor y ratificatorio sean abrumadoramente aprobados.

La prueba decisiva

Sabiendo esto, los opositores se preparan para la lucha decisiva en diciembre del 2009, cuando vuelvan a elegirse las autoridades del Ejecutivo y Legislativo, con las nuevas reglas de juego. No encuentran un oponente al presidente Evo Morales. Se desesperan ante la impotencia.

Tienen un año por delante. Tranquilícense. Reflexionen en estas próximas semanas. Hagan un recuento de sus posibilidades. Con seguridad, podrán llegar a un resultado más o menos aceptable. Alguno de ustedes, en alguna oportunidad dijo que la política es el arte de lo posible. No pretendan la imposibilidad de ganar las elecciones de diciembre de 2009. Trabajen para ser una oposición respetada.

Fuente: lafogata.org