Latinoamérica
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Las FARC hacen un llamado a presidentes latinoamericanos para iniciar un Acuerdo Humanitario
Aarón Corredor
Yvke
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc, en carta dirigida a la senadora colombiana Piedad Córdoba, con fecha del 16 de octubre, manifestaron su disposición a explorar nuevas posibilidades hacia el canje humanitario
La senadora colombiana y miembros de la sociedad civil, en carta enviada al
secretariado de las farc el 11 de septiembre del año en curso, invitaron al
grupo insurgente a "desbloquear los caminos que conduzcan a la concreción de un
Acuerdo Humanitario que permita la liberación de secuestrados y prisioneros de
guerra, así como la libertad de los guerrilleros, bajo jurisdicción del Estado.
Córdoba, expresó "que los presidentes y jefes de estado de pueblos hermanos y de
los denominados países amigos europeos concurrirán de manera solidaria a apoyar
los procesos de diálogo que estamos proponiendo".
El secretarido, por su parte, en respuesta a la petición de la senadora, saludó
"el florecimiento de una correinte de opinión que se aparta del falso
triunfalismo y de los parámetros de la solución guerrerista a los grandes
probelmas nacionales" en carta con fecha del 16 de octubre.
Esta carta, afirmó el secretariado, es ya el comienzo del Intercambio Epistolar
que nos proponen para discutir en torno a la salida política del conflicto, el
canje humaniario y la paz.
"Es necesario esforzarnos en procurar la vinculación de la mayor cantidad
posible de organizaciones políticas y sociales y de personas independientes"
afirmó las Farc.
A continuación la carta de la senadora Piedad Córdoba y la respuesta del
secretariado de las Farc:
Bogotá DC., septiembre 11 de septiembre de 2008
Señores miembros del Secretariado:
La solución de la crisis múltiple que aqueja a la sociedad y al Estado
colombianos demanda una juiciosa reflexión así como la participación de los
distintos sectores expresados en la sociedad civil y de aquellos actores
comprometidos en el conflicto interno armado, social y político que agobia al
país, con el objeto de evitar daños a la institucionalidad y propiciar la
construcción de una democracia plena con justicia social y paz en la que
quepamos todos.
En tal virtud, nuestra aspiración es la de trabajar por desbloquear los caminos
que conduzcan a la concreción de un Acuerdo Humanitario que permita la
liberación de secuestrados y prisioneros en poder de la insurgencia armada de
las FARC y, al propio tiempo, la libertad de los presos de esta guerrilla bajo
la jurisdicción del Estado.
Comprendemos que una alternativa diferente al entendimiento político para
celebrar un Acuerdo Humanitario y facilitar una salida negociada al conflicto
entrañaría el padecimiento de importantes sectores de la población, el inminente
peligro para la vida de los cautivos que están en la selva, la degradación de la
guerra, y el estímulo a la militarización y al autoritarismo y debilitamiento
institucional del proceso político nacional.
El escalamiento de la confrontación ha desbordado la geografía nacional e
impacta territorios de países hermanos con diversos hechos de violencia
institucional que han puesto en dificultades las relaciones diplomáticas de
nuestro país.
No obstante, tenemos la certeza de que los presidentes y jefes de Estado de
pueblos hermanos en el hemisferio y de los denominados países amigos europeos
concurrirán de manera solidaria a apoyar los procesos de diálogo que estamos
proponiendo.
Por las razones expuestas y con el ánimo de emprender desde ahora la búsqueda de
soluciones a favor de la paz de Colombia y el sosiego de los seres humanos
afectados por el conflicto, de manera cordial los invitamos a desarrollar un
diálogo público a través de un intercambio epistolar mediante el cual ustedes,
nosotros y en general la sociedad colombiana, podamos identificar los elementos
que permitan definir una agenda que esclarezca las rutas en las que sería
posible un entendimiento, en aras del anhelado acuerdo humanitario.
Consideramos que ya existe una apreciable corriente de opinión que favorece la
promoción de factores contrarios a la solución armada y que está en condiciones
de colocar los referentes apropiados para generar una controversia democrática
sobre los temas de la paz y de la guerra en Colombia, con el fin de propiciar la
convivencia pacífica dentro de una nueva ética social.
Montañas de Colombia, octubre 16 de 2008
Respetados Compatriotas:
Con beneplácito hemos recibido su misiva de septiembre que invita a explorar
colectivamente caminos hacia la paz alejados del actual rumbo gubernamental de
guerra perpetua que significa persistir en el imposible de una solución militar
a los problemas políticos, económicos y sociales que subyacen en el cruento
conflicto que estremece al país.
Saludamos el florecimiento de una corriente de opinión que se aparta del falso
triunfalismo y de los parámetros de la solución guerrerista a los grandes
problemas nacionales. No dudamos del éxito de su gestión porque coincide con el
sentimiento y el anhelo de paz de las mayorías.
Esta carta es ya el comienzo del Intercambio Epistolar que nos proponen para
discutir en torno a la salida política del conflicto, el canje humanitario y la
paz. Participaremos de cara al pueblo en un diálogo con amplitud y franqueza,
sin dogmatismos, sin sectarismos y sin descalificaciones sobre los temas que
sugieren. Es necesario esforzarnos en procurar la vinculación de la mayor
cantidad posible de organizaciones políticas y sociales y de personas
independientes.
Nuestra disposición a explorar posibilidades hacia el canje humanitario y la paz
con justicia social que es hoy el clamor y la necesidad más urgente y sentida de
toda la nación, continúa invariable. La liberación unilateral de seis ex
congresistas en el pasado reciente, entregados al Presidente Hugo Chávez y a la
senadora Piedad Córdoba, buscaba crear condiciones y ambientes propicios al
canje de prisioneros en poder de las partes contendientes. Este hecho es
testimonio fehaciente de voluntad política.
Muy respetuosamente sugerimos, paara reforzar este nuevo emprendimiento, tener
en cuenta la man! ifiesta disposición de la gran mayoría de Presidentes
latinoamericanos para contribuir con sus esfuerzos en el proceso de intercambio
humanitario y paz.
La inmensa bandera de la paz con justicia social deberá ondear definitivamente,
libre, bajo el cielo de Colombia. La guerra eterna contra el pueblo que nos
quieren imponer para perpetuar la injusticia no puede ser el destino de la
patria.
Reciban nuestro saludo cordial.
Compatriotas
Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP
Montañas de Colombia, octubre 16 de 2008