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Evo y partidos tradicionales negociaron a espaldas de sus bases y del pueblo
Centro de Estudios PopularesEl gobierno de Evo Morales negociaba en una mesa "clandestina" los cambios de
fondo a la Carta Magna aprobada por la Asamblea Constituyente en diciembre de
2007, mientras discurseaba para la población que "no se moverá una sola coma" y
que "sólo se abrirá el capítulo de las autonomías" (pedido de la denominada
"media luna").
El pasado 20 de octubre, el Congreso modificó la Constitución sancionada por los
asambleístas casi un año antes. Los parlamentarios llamaron además a un
referéndum para enero de 2009 con el objetivo de aprobar la carta magna
corregida por ellos.
Las fuerzas políticas del gobierno y de la oposición (Podemos, MNR y UN) sólo
hicieron las tareas del Estado terrateniente burocrático: negociar una salida
que no ponga en riesgo la estructura de este viejo Estado. Como lo anticipamos,
la medida eleccionaria del Referéndum Revocatorio (agosto de 2008) sentó las
bases para la negociación política porque tanto Evo como los prefectos de la
"media luna" salieron fortalecidos por los votos.
El gobierno y la oposición celebran hoy este pacto como un gran logro. Ahora Evo
Morales dice que ha cumplido con el pueblo y que se puede ir tranquilo a la
tumba, en tanto que Tuto Quiroga (líder del Podemos) pregona que es un pacto en
defensa del país y la democracia, y que esta propuesta consensuada "es
radicalmente diferente a la que salió en Oruro". El gobierno, la oposición y
diversos sectores liberales celebran el pacto y hablan de una "mejora
sustancial" y racionalidad de la nueva Constitución.
Los cambios en la propuesta constitucional
El vicepresidente Álvaro García Linera admitió que se hizo un cambio a más de
100 artículos consensuados, pero la oposición habla de cerca de 200 de un total
de 411 aprobados en Oruro. No se trata de alteraciones de forma como dicen los
parlamentarios del MAS para hacer menos grotesca su actuación, sino de asuntos
de fondo.
Entre las modificaciones más importantes, la primera es sobre el problema de la
tierra. La propiedad actual de los terratenientes está garantizada y resguardada
de la expropiación. En enero de 2009 se convocará a un referéndum para definir
el límite máximo de la propiedad agraria (entre 5.000 o 10.000 hectáreas), pero
esta decisión no tendrá carácter retroactivo y no afectará a los actuales
latifundios. Cualquiera sea la decisión del futuro referéndum, ninguna propiedad
(así sea de 100 mil hectáreas, por ejemplo) podrá ser revertida a favor del
Estado si cumple la función económica social (FES). Por lo demás la FES es un
concepto ampliamente difuso ya establecido en la norma sobre tierras.
Sobre el control social. En la anterior propuesta se otorgaba a la "sociedad
civil organizada" el poder de tomar decisiones en políticas públicas, bajo sus
propias normas y sobre empresas públicas y privadas que administren recursos
estatales. Ahora la Constitución dice que el control social sólo apoyará a
diseñar estas políticas públicas, no tocará a las autoridades elegidas por voto
y deberá sujetarse a normas emitidas por el parlamento.
Sobre la justicia comunitaria. El gobierno explicó que se delimitó la justicia
comunitaria para el ámbito territorial indígena, y se introdujo el derecho a la
defensa y el derecho a la apelación. En resumen se "occidentalizó" la justicia
comunitaria.
Se incrementó la burocracia legislativa, de 121 a 130 en diputados, de 27 a 36
en senadores. La autonomía departamental fue aceptada según las propuestas de la
"media luna", aunque con ciertas discrepancias con ésta. Los líderes autónomos
dicen que fue incorporado un 30% de los estatutos elaborados por ellos.
El negociado político
Este negociado político echó por tierra los argumentos de indianistas,
reformistas y revisionistas acerca de que la Asamblea Constituyente era el
"poder fundacional" por encima de todos los poderes. Algunos de ellos llegaron a
concebir la estrafalaria idea de que esta Constituyente representaba un "nuevo
poder" y había que fortalecerla para avanzar en la fundación de un "nuevo
Estado".
Las clases dominantes en el capitalismo burocrático se mueven con una lógica: la
colusión y la pugna. En Bolivia esta contradicción se expresa entre las
facciones de la gran burguesía: la burocrática y la compradora, ambas pugnan por
defender sus intereses e imponer sus condiciones, pero inevitablemente llegan a
la negociación, a las alianzas y a los "consensos" dentro del viejo Estado,
dentro de las estructuras del viejo poder. Los resultados del pacto político
entre el gobierno y la oposición son elocuentes muestras de esta colusión y
pugna entre el representante de la burguesía burocrática y los representantes de
la burguesía compradora, aliados a los terratenientes. El entuerto aprobado
(propuesta constitucional) refleja los intereses de ambas facciones y garantiza
los derechos de propiedad de los terratenientes.
El gobierno y sus sostenedores esconden esto cuando dicen que el proceso que
lleva el MAS es revolucionario. Estos argumentos únicamente sirven para
reafirmar su confianza en el viejo sistema, y encaminar a las masas a respaldar
las reformas dentro del marco de la democracia burguesa y del Estado
terrateniente burocrático.
Los entretelones de una negociación anunciada
Los pormenores del pacto comenzaron a salir a flote después de que el Congreso
aprobara las correcciones a la Constitución.
Tanto oficialistas como opositores relataron que la negociación se desarrolló de
manera "secreta" antes del encuentro del gobierno y prefectos en Cochabamba
(septiembre e inicios de octubre). El operador del gobierno fue el ministro
Carlos Romero, mientras que UN, el MNR y Podemos tenían a sus propios delegados.
Según el senador de Podemos Carlos Borth, se creó una mesa "paralela" a la mesa
oficial de negociación con testigos internacionales. La mesa de negociación
oficial desconocía de la existencia de otra mesa "clandestina".
La mesa "secreta" funcionó con pleno conocimiento de Evo Morales y los
dirigentes del Consejo Nacional por el Cambio (Conalcam), sindicatos y gremios
afines al MAS. Morales, al "explicar" como fue la negociación dijo que se cambió
la Constitución porque la aprobada en Oruro era muy "fuerte". Los jefes de
partidos de la oposición también conocían de estas negociaciones subterráneas.
En este espacio se abrieron sin restricciones los temas "intocables" de la
propuesta constitucional del MAS.
El ministro Romero (reconocido como el "arquitecto" de la negociación) señaló
que se pactaron paso a paso los temas de autonomía, tierras y nación. Samuel
Doria Medina (jefe de UN) dijo a su vez que fue un acierto colocar a Romero en
el equipo negociador y comentó que Evo reconoció haber cometido un error al
nombrar a la dirigente cocalera Silvia Lazarte como presidenta de la Asamblea
Constituyente.
Mientras la "comisión secreta" negociaba el texto constitucional, los dirigentes
del masista Conalcam gritaban en las calles que, en el mejor (o peor) de los
casos, sólo permitiría la modificación del capítulo de las autonomías en la
Constituyente. Con ese discurso movilizaron a cientos de miles de campesinos con
el objetivo de presionar al Congreso para que aprobara un texto constitucional
transado que incorporaba las demandas de la burguesía compradora y los
terratenientes.
La incertidumbre de los masistas se hizo notar en varios dirigentes. Silvia
Lazarte declaró a la prensa: "No se qué artículos se estarán discutiendo, pero
todos queremos que salga la ley (del referéndum para aprobar la Constitución)…
Nosotros (los constituyentes) ya hemos acabado la discusión, ahora quiero saber
qué tengo que hacer". Así volvió a poner en evidencia su papel decorativo en la
AC, donde fue la correa de transmisión de las órdenes de Evo Morales. Por su
parte el constituyente del MAS Román Loayza declaró: "el Congreso destruyó la
Constitución en mil pedazos, los únicos responsables son los parlamentarios
oficialistas y de oposición".
Algunas muestras de este malestar han trascendido entre las filas del gobierno.
Hay quienes dicen que el gobierno negoció todo para que la oposición acepte la
reelección presidencial, incorporada en el nuevo texto constitucional. La
situación vivida se puede resumir en las declaraciones de Edgar Mora, presidente
del pro masista Comité Cívico Popular del El Alto, quien dijo que "la gente se
ha ido contenta sin saber lo que se ha tratado".
Para el futuro mediato se vislumbra en nuestro país un calendario de jornadas
electorales que distraerá la difícil situación económica del pueblo boliviano.