Latinoamérica
|
Crecen los asesinatos a sindicalistas
Juan Carlos Hurtado Fonseca
CEPRID
En el Gobierno de la "seguridad democrática", los derechos laborales y las
garantías de vida de los trabajadores han sido los más vulnerados.
"Ni porque tienen el interés de que les aprueben el TLC con Estados Unidos, el
Gobierno y los empresarios cesan la persecución para lograr el exterminio del
movimiento sindical", aseguró a VOZ un dirigente de los trabajadores. Y es que
las cifras sobre ejecuciones extrajudiciales; la cantidad de conflictos en
empresas generados por la negativa patronal a exigencias de derechos laborales
garantizados en la Constitución Política; el trabajo de los medios de
comunicación que han logrado crear en el inconciente colectivo una cultura
antisindical; el despido de trabajadores sindicalizados; las trabas en el
Ministerio de la Protección Social para el registro sindical y el acoso laboral
a quienes intentan organizarse; muestran que los empleadores saben utilizar
todas las maneras posibles para negar un derecho de las sociedades democráticas
y defender sus mezquinos intereses.
Algunos ejemplos
En este sentido, en el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural, Incoder, los
funcionarios cuentan con una asociación de carácter cooperativo con alrededor de
cuatro mil afiliados, estos contratan con trabajadores quienes crearon
Sintracorfeinco, organización en proceso de registro sindical en el Ministerio
de la Protección Social. Pero las personas que están en administración de la
asociación, aunque fueron sindicalistas, no recibieron bien la creación de la
organización de trabajadores y procedieron a perseguirlos, como cualquier
patrón. Actualmente se han despedido ocho trabajadores con fuero sindical. «Los
trabajadores aseguran que esto no le interesa a la entidad porque ya cuenta con
el dinero para pagar las posibles indemnizaciones a que los obliguen. Pero han
interpuesto una acción de tutela solicitando el reintegro y el pago de los
salarios que han dejado de recibir, con sus debidas prestaciones», asegura
Alfonso Ahumada de la CUT, Bogotá.
El sindicato se constituyó hace tres meses y los funcionarios fueron despedidos
hace dos. Dirigentes de la CUT han realizado algunas reuniones con las partes
para hacer ver que el derecho de asociación es un derecho fundamental y los ha
exhortado a solucionar todo por la vía del diálogo.
Persecución oficial
Por otra parte, desde el Ministerio de la Protección Social los trabajadores
sienten actitudes contrarias al derecho de asociación, especialmente hacia los
sectores orientados por la CUT. Las solicitudes de registro de constitución de
los sindicatos o inscripción de junta directiva que no encuentre obstáculos por
parte de funcionarios de esta entidad estatal, son pocas. En la constitución del
sindicato de trabajadores de la empresa de transporte urbano Rápido Pensilvania,
después de reuniones en horas de la madrugada para poder constituir la
organización, los conductores pasaron la documentación al Ministerio. El
funcionario aceptó el registro sindical, pero en el proceso la empresa con un
sindicato de carácter patronal, interpusieron un ron aceptados y valederos para
luego negar el registro.
De la misma manera, en el registro del nuevo comité ejecutivo de la CUT,
subdirectiva Bogotá, se presentaron todos los documentos, aparece el oficio
remisorio donde se hace la relación de todos los requerimientos, pero la
respuesta es que faltan papeles que ya se habían anexado. «Creemos que el
Ministerio está haciendo un papel a favor de los empresarios, además, tienen
comportamientos para hacerle el favor a organizaciones que han aparecido con el
propósito de crear una cuarta central en Colombia, de carácter uribista. Se le
da prelación a esto porque Uribe está afanado ya que todas las centrales obreras
están contra él», explica Alfonso Ahumada.
Conflictos en textileras
Desde hace cuatro meses, la textilera Maquila en Bogotá, se encuentra en huelga
por parte de 30 trabajadoras cabeza de familia. La empresa, como su nombre lo
indica es una maquiladora para la empresa Vesta, ambas del mismo dueño.
Ocho meses atrás, Maquila tuvo alrededor de 70 operarios, pero la empresa no
respondió con las necesidades de los trabajadores, hubo violación a la
convención colectiva y en el último año no ha pagado los salarios de manera
cumplida, una de las causas de la huelga, pues al inicio del cese de actividades
a los trabajadores se les adeudaba casi ocho salarios. La administración afirma
no tener posibilidades de producir la única opción que es la liquidación, pero
ésta no se ha solicitado ante la Superintendencia de Sociedades. El conflicto
trae graves consecuencias para los trabajadores porque son pocos los activos
representados en algunas máquinas de la fábrica. Según líderes sindicales, «La
empresa no está interesada en solicitar la liquidación, para tener una
retaliación contra las trabajadoras que exigieron sus derechos».
Asimismo, la empresa Unihilo en Bogotá, cuenta con alrededor de 400 trabajadores
de los cuales 125 están sindicalizados, aunque resistiendo la persecución de la
administración que despidió a 14 de ellos, reintegrados después por sentencia
vía tutela. Los trabajadores presentaron un pliego a través de Sintratextil, con
puntos relacionados a la estabilidad, el sistema de contratación, primas,
subsidio de transporte e incremento de salarios, entre otros. Por su parte la
empresa presentó un pacto colectivo para contrarrestar las exigencias de los
trabajadores, sin llegar a un acuerdo en el tiempo estipulado legalmente.
Después de seis meses se conformó el tribunal de arbitramento y el conflicto
está en espera.
40 sindicalistas asesinados en 2008
La forma más violenta de perseguir a los trabajadores se impone en la
actualidad. Así lo deja ver el último informe de la Escuela Nacional Sindical,
ENS, que registra la ejecución extrajudicial de 40 trabajadores sindicalizados.
«En lo que va corrido del año, 40 sindicalistas han perdido la vida a manos de
paramilitares y agentes del Estado, uno más que toda la cifra de 2007», asegura
y agrega, «Tal cifra da cuenta del preocupante incremento de este fenómeno en
Colombia, toda vez que el número de sindicalistas asesinados en los ocho meses
que van corridos de este año, es casi igual al registrado durante todo el año
anterior, cuando se contabilizaron 39 casos en todo el país. Con un agravante:
este año el porcentaje de dirigentes asesinados es mayor: 15, frente a 10 del
año anterior».
En unos de sus apartes el informe reconoce, «El sindicato más golpeado es
Fensuagro, Federación Sindical Nacional Unitaria Agropecuaria, filial de la CUT,
que registró 5 casos de homicidio. También el Sindicato Unitario de Trabajadores
de la Educación del Valle, Sutep, con cuatro homicidios. La Asociación de
Educadores del Norte de Santander y el sindicato de los trabajadores del Inpec,
registraron de a tres casos de asesinatos de afiliados. Llama también la
atención el grado de impunidad que, hasta el momento, ha rodeado estos crímenes,
pues, según la información disponible, por estos hechos sólo han sido detenidas
dos personas.
Preocupante situación en Santander, por amenazas. Otra circunstancia preocupante
tiene que ver con el aumento de sindicalistas amenazados de muerte, sobre todo
en el departamento de Santander. Mientras en el país en lo que va del año se han
denunciado 125 casos de amenazas, en Santander el reporte es de 57 casos de
sindicalistas amenazados, o sea casi la mitad del total nacional en este solo
departamento. Los otros departamentos más afectados por las amenazas son
Antioquia, donde se han denunciado 22 casos, el Valle del Cauca con 9 casos, y
Norte de Santander con siete».