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Entrevista a Carlos Lozano, director del semanario "Voz"
"Soy un perseguido político, este proceso es un montaje contra el Partido
Comunista"
Hernando López
El jueves 25 de septiembre pasado terminó la larga indagatoria a Carlos A.
Lozano Guillén, director de VOZ y dirigente del Partido Comunista Colombiano,
cuya primera jornada fue el lunes 15 de septiembre. El informe de la Policía
judicial de la Dijin, base de la sindicación, es perverso y tendencioso.
Desde los más lejanos rincones del planeta han llegado voces de protesta;
Francia le concedió la Orden Nacional de la Legión de Honor y la Unión de
Periodistas de Gran Bretaña lo hizo su miembro honorario. En Colombia,
importantes personalidades de todas las tendencias políticas, estamentos y
sectores sociales se han mostrado consternados, debido a las acusaciones a quien
le reconocen una participación importante en los procesos de paz y por el
intercambio humanitario. Así lo han expresado el ex presidente Ernesto Samper,
el ex ministro y gobernador de Santander, Horacio Serpa, monseñor Luis Augusto
Castro, el padre Darío Echeverri, el maestro Carlos Gaviria Díaz, el ex
procurador Jaime Bernal Cuéllar, doña Yolanda Pulecio, la ex congresista
Consuelo González de Perdomo, Patricia Perdomo, Marleny Orjuela, Ángela de
Pérez, Claudia de Jara, Camilo Gómez y numerosos periodistas del país y del
exterior, entre otros. Durante las largas jornadas de indagatoria en la afueras
del bunker de la Fiscalía General de la Nación, numerosos militantes del Partido
y la Juventud Comunista, lectores de VOZ y miembros del Polo Democrático
Alternativo se congregaron para expresar el repudio al montaje político y a la
amenaza contra los partidos y la prensa de oposición.
-¿Cuál es la sindicación concreta que le hacen?
-El presunto delito es rebelión por pertenecer a la FARC.
-¿Cómo así?
-Sí, por pertenecer a las FARC, por ser miembro de esta organización
guerrillera. A esa conclusión llega el informe de la Policía Judicial de la
Dijin. No hay una sola prueba concreta de semejante infundio. Todo se deriva de
los supuestos hallazgos de la Lámpara de Aladino de Raúl Reyes, de documentos a
los que definen de "correos electrónicos" en donde se hablan de cosas a veces
incoherentes, pero ninguna entre otras cosas demuestra en qué consiste mi
pertenecía a las FARC. Es un exabrupto.
-¿Cuáles son esos cargos?
-Por ejemplo, que yo le prestaba dinero a los abogados de Simón Trinidad y de
Rodrigo Granda para asistir a su defensa; que era una especie de relacionista
político en el país y en el exterior; y que le enviaba a Reyes o a miembros del
Secretariado delegaciones juveniles para que les dieran instrucción política y
militar. Ni siquiera, aceptando la legalidad de esos correos que no lo son, de
su contenido se puede inferir esta última conducta. Se me considera como una
especie de infiltrado de las FARC en las altas esferas del Gobierno y la
sociedad. Son cosas inadmisibles y traídas de los cabellos. Siempre actúe en mi
condición de dirigente comunista y director de VOZ, nunca intervine a nombre de
las FARC en nada y jamás invité a nadie a ir a visitar a los jefes de la
guerrilla. Es un montaje de la Dijin, un manejo turbio de unos computadores de
cuya existencia no tengo certeza. Nunca los vi. Creo que ni siquiera la Fiscalía
los ha visto.
¿A qué se debe esa actuación de la Dijin?
-No es una actitud nueva hacia mí. Desde hace años este organismo de
seguridad de la Policía Nacional me está haciendo seguimientos y actos de
hostilidad. En varias ocasiones, agentes de la Dijin y la Dipol fueron
capturados tomándome fotos y videos y en seguimiento hostil. Como no me quedé
callado sino que denuncié los atropellos, ahora pasan la cuenta de cobro. Pero
en el fondo es un montaje, orquestado desde el alto Gobierno, contra el Partido
Comunista, la izquierda y el periódico VOZ. Pretenden equilibrar la balanza con
el grotesco y asqueante proceso de la "parapolítica", que compromete a los
congresistas y amigos del Gobierno. Todos los caminos de la "parapolítica"
conducen a la "Casa de Nari". Quieren igualar las cargas y de paso quitarse de
encima a la oposición que no tiene vacilaciones ni que concilia por un plato de
lentejas. El Partido Comunista Colombiano es de oposición y no vergonzante como
la de otros.
-¿Por qué aparecieron supuestos correos en los medios?
-Es una buena pregunta. Violaron la reserva sumarial. Por eso decidí hablar
sobre el tema de la indagatoria. Hay que decir que varios "correos" filtrados a
la prensa, en el caso de los que me atribuyen, están modificados con relación a
los que reposan en el expediente. Además, agentes de seguridad hicieron correr
el rumor de que me iba a escapar para Londres, presionando mi detención. También
hicieron correr el rumor en las cárceles de que el guerrillero que declare
contra mí recibirá prebendas y reducción de penas. Es el desespero porque lo que
tienen es muy frágil. La acusación es ridícula. No culpo a los medios de haber
publicado los documentos, hicieron el trabajo periodístico, pero además
reconozco que en la mayoría de los casos me dieron la oportunidad de dar mi
posición al respecto.
¿Usted qué planteó en la indagatoria?
-Partí de no reconocer la prueba mágica del computador. Insistí en mi
condición de periodista y facilitador. Salvatore Mancuso acusó a Francisco
Santos Calderón, vicepresidente, de haberse reunido con él y proponerle la
creación del Bloque Capital de las "AUC". Sin embargo, la Fiscalía desestimó la
grave acusación y lo exoneró por su condición de periodista y facilitador de paz
"en nombre de las víctimas". Si hay igualdad de todos los ciudadanos ante la
ley, pues a mi se me deben reconocer esas dos condiciones, con mayor razón
cuando en ninguno de los documentos que me mostraron como "pruebas" aparece
invitación alguna a que se forme un frente o un bloque de las FARC.
¿Cómo es lo de la prueba?
-Es ilegal. Está viciada porque de existir fue hallada en un acto ilegal,
violatorio de la soberanía nacional como lo reconocieron la OEA y el Grupo de
Países de Río en Santo Domingo. La Fuerza Pública colombiana, con ayuda gringa,
invadió territorio ecuatoriano después de bombardear el campamento de Raúl
Reyes. Fue un acto ilegal y contrario al derecho internacional. Como si fuera
poco no se respetó la cadena de custodia, porque al día siguiente fueron
filtrados documentos a los medios del país y del exterior, así como hicieron
ingresos ilegales para modificar archivos. La Interpol habla de 40 mil archivos
cambiados. Pero, además, no vimos los tales computadores, los documentos que me
mostraron no son correos electrónicos, sino documentos en formato Word sin firma
de nadie, sino con nombres de alias que me atribuyen de forma arbitraria y por
analogías y comparaciones absurdas. Se entremezclan hechos ciertos de mi vida
familiar y política con mentiras. Aún así, las pruebas de los documentos son
nada, generalidades, algo muy precario por cierto. La presión uribista es
fuerte. Ahí está el meollo del asunto.
-¿Cómo así?
-Soy un perseguido político. Es un montaje contra el Partido Comunista
Colombiano, la Juventud Comunista y sus dirigentes. Quieren asociarnos al
Partido Comunista clandestino y al Movimiento Juvenil Bolivariano. Son
organizaciones diferentes, de diverso carácter y de estructuras organizativas
autónomas. Nada que ver. También la intención es despejar el camino hacia la
guerra y los rescates militares. No es casual que todos los encartados en esta
provocación política como Piedad Córdoba, Gloria Inés Ramírez, Alvaro Leyva,
Lázaro Vivero y William Parra, entre otros, son los que más han trabajado en
este país por la paz y el acuerdo humanitario. Los hechos concretos así lo
demuestran. Por eso tenemos el reconocimiento de importantes sectores y
personalidades de la vida nacional. Es un proceso sin futuro. Soy optimista.
Luis Moreno, fiscal de la CPI dijo en El Tiempo, hace unas semanas, que "apoyar
a las FARC es una frase ambigua. Lo que yo establezco son responsabilidades
penales", las mismas que no aparecen en el proceso que me adelantan.