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Proyecto Censurado 2009
ILEA: ¿Resurgen las guerras sucias de EEUU en América Latina?
Comunidad en Solidaridad con el Pueblo de El Salvador
Wes Enzinna/Benjamin Dangl
El resurgimiento del viejo militarismo estadounidense amenaza de nuevo la paz y
la democracia en América Latina. Hacia 2005, la ayuda militar de EEUU a la
región había aumentado 34 veces respecto a las cantidades de 2000. En un visible
cambio de su estrategia militar, EEUU ahora descentralizó los entrenamientos
secretos de militares y policías latinoamericanos, que incluyen torturas y
técnicas de ejecución, sacándolos de la notoria Escuela de las Américas, en Fort
Benning, Georgia.
El presupuesto federal de EEUU 2008 incluye 16,5 millones de dólares para
financiar una Academia Internacional de Aplicación del Derecho (International
Law Enforcement Academy, ILEA) en El Salvador, con una base satélite en Perú.
Cada uno de estos centros está dotado de inmunidad ante eventuales acusaciones
de crímenes contra la humanidad y entrenará en "técnicas de contra-terrorismo" a
un promedio anual de 1.500 oficiales de policía, jueces, fiscales y otros
funcionarios de la aplicación de ley de América Latina.
La academia de El Salvador forma parte de una red de ILEAs creada en 1995, bajo
el gobierno de Bill Clinton, para dotar de instalaciones de entrenamiento a una
serie de escuelas estadounidenses "a través del mundo para combatir el tráfico
internacional de droga, criminalidad y terrorismo con cooperación internacional
consolidada". Hay ILEAs en Budapest, Hungría; Bangkok, Tailandia; Gaborone,
Botswana; y Roswell, New México.
Según directores de ILEA, la instalación de El Salvador fue diseñada para hacer
de América Latina "la caja fuerte de la inversión extranjera" mediante la
"provisión de seguridad regional, estabilidad económica y combate al crimen". La
mayoría de los instructores provienen de agencias de EEUU, por ejemplo de la DEA
(Drug Enforcement Agency), del organismo de inmigración y aduana (Immigration
and Customs Enforcement, ICE) y del FBI, que ha incrementado su notoria
presencia en El Salvador desde que abrió su propia oficina allí en 2005. La
mayoría de los gastos de la escuela se pagarán con dólares provenientes de los
contribuyentes de EEUU.
Los salvadoreños consideran a la ILEA como una nueva Escuela de las Américas (School
of the Americas, SOA) para policías. Las suspicacias son exacerbadas por
similares políticas de secreto. Al igual que en la SOA, la lista de los alumnos
y graduados de la ILEA constituye un secreto clasificado, como asimismo el
contenido de los cursos. Este secretismo preocupa a muchos observadores que
recuerdan cómo las atrocidades de la SOA salieron a la luz pública en septiembre
de 1996 con los descubrimientos de la reportera Dana Priest, del Washington
Post. Además de los manuales de entrenamiento en tortura de la Escuela de las
América, se conoció una lista secreta de graduados desclasificada por los
esfuerzos del sacerdote Roy Bourgeois, fundador de la entidad de vigilancia SOA
Watch (Observadores de la Escuela de las Américas). Muchos ex alumnos de la SOA
fueron reconocidos como líderes de escuadrones de la muerte y de los grupos más
notorios de contrainsurgencia.
Después que Condoleezza Rice anunciara nuevos planes para la ILEA en San
Salvador, en junio de de 2005, durante una reunión de la Organización de Estados
Americanos (OEA) en Miami, el Padre Bourgeois escribió: "El legado del
entrenamiento de EEUU de las fuerzas de seguridad en el SOA, y a través de
América Latina, es la matanza, la tortura, el tiroteo a poblaciones civiles, los
desaparecidos... El reciente anunció de Rice sobre los planes para la creación
de una academia internacional de aplicación de la ley en El Salvador debe
levantar las preocupaciones más serias en cualquier persona que honre los
derechos humanos". Las suspicacias fueron agravadas todavía más por la cláusula
de inmunidad asignada al personal de la ILEA para protegerlo de crímenes contra
la humanidad.
Sin embargo, la carencia de transparencia hace imposible conocer el contenido de
los cursos. Desde que la ILEA fue inaugurada, la conducta de la policía
salvadoreña –compuesta en un 25 por ciento de graduados de esta academia– ha
demostrado una vuelta alarmante a lo peor del pasado. A principios de mayo de
2007, la entidad de protección de derechos humanos Tutela Legal del Arzobispado
de San Salvador emitió un informe implicando a la Policía Nacional Civil
salvadoreña (PNC) en ocho asesinatos del tipo escuadrones de la muerte sólo en
2006. Entre tanto, la Oficina de Defensa de los Derechos Humanos de Salvador
también publicó informes que conectaban a la PNC con escuadrillas de la muerte,
además de los casos repetidos de corrupción y mala conducta.
Mientras el interés de EEUU en las ILEAs radica en asegurar un ambiente que
proteja al libre comercio y a los intereses económicos de EEUU, la PNC ha
desempeñado un rol activo con medidas enérgicas contra las libertades civiles,
dirigidas a contener la protesta social y… el crimen. Los acuerdos similares al
Tratado de Libre Comercio de Centro América (CAFTA, en inglés) han sido
arduamente cuestionados y la administración del presidente Saca dio pasos
significativos para asegurarse de que tengan éxito, incluyendo una ley contra el
terrorismo aprobada en septiembre de 2006 –modelada a imagen y semejanza del
Patriot Act de EEUU– que se ha utilizado contra cada uno de los activistas
opuestos a la privatización del agua y a los vendedores ambulantes arrestados en
las calles, acusados todos de violar las normativas de propiedad intelectual del
CAFTA (Véase la historia # 11).
Así como los graduados de ILEA son empleados a través de América Latina, los
militares de EEUU también están creando mecanismos similares de cooperación a
través de la región. Los egresados ILEA sirven de anfitriones en otras
instalaciones de entrenamiento de policías y militares puestas en marcha por las
agencias de EEUU, tales como el FBI, ICE y la DEA, así como en los programas
operados por las compañías de seguridad privadas de EEUU, como DynCorp
International y Blackwater.
El periodista Ben Dangl observa que continuando la herencia de las "Guerras
Sucias" de América Latina de los años 70 y 80, con el uso de secuestros,
torturas y asesinatos para aplastar la disensión y a los opositores políticos,
Colombia y Paraguay también ilustran cuatro características del militarismo de
derecha en Suramérica: ejercicios comunes con los militares de EEUU en el
entrenamiento de contra-insurgencia; supervisión de disidentes potenciales y de
organizaciones sociales; uso de mercenarios privados para la seguridad; y
criminalización de la protesta social mediante tácticas y legislación "anti-terrorismo".
Actualización de Wes Enzinna
El 22 de mayo, el Congreso de EEUU aprobó la "Iniciativa de Mérida" que
proporciona 2 millones de dólares para el presupuesto 2009 de la ILEA de San
Salvador, como parte de un paquete de 450 millones de dólares para un programa
contra bandas y contra el crimen en México y América Central. Con estos nuevos
fondos la academia intensificará sus esfuerzos, entrenando a policías a través
del hemisferio, sin someter a la transparencia del escrutinio público las
operaciones ni el plan de estudios de la academia. Continúa en el misterio que
es exactamente lo que se enseña en secreto en esta escuela y cuál es la
implicación de la Policía Nacional Civil (PNC) en la academia, al igual que los
denunciados abusos de la PNC.
Mientras en El Salvador ha sido motivo de desprecio y de crítica la presencia en
la escuela de Benjamin Cuéllar, director del IDHUCA (Instituto de Derechos
Humanos de la Universidad Centro Americana "José Simeón Cañas") –un tópico que
enfoqué en mi artículo– la organización estadounidense de derechos humanos
Washington Office on Latin America (WOLA) ha salido públicamente en defensa de
Cuéllar.
Al mismo tiempo, WOLA está negociando actualmente con el departamento de Estado
para trabajar en el monitoreo de los ILEA conjuntamente con Cuéllar e IDHUCA.
Mientras la lógica de WOLA es que esperan "presionar para una mayor
transparencia y responsabilidad dentro de la institución", no han articulado
plan alguno para establecer cómo exactamente van a lograr lo que Cuéllar no ha
podido alcanzar (una escuela más transparente haciendo público su plan de
estudios), ni han explicado cómo su presencia en la escuela, así como la de
Cuellar, pudo ofrecer legitimidad a las actividades de los ILEA sin producir
realmente ningún cambio en la manera en que funciona la academia. Así como
precisaba Lesley Gill en mi artículo original, el uso del discurso de derechos
humanos y la co-optación de abogados de derechos humanos por parte de las
instituciones militares y de policía de EEUU en América Latina es un viejo truco
en la estrategia de relaciones públicas en que fue pionera la tristemente
célebre Escuela de las Américas, y no –recuerda Gill– "una señal de esfuerzo
alguno de EEUU por reformar las fuerzas militares o de policía que están
involucradas".
Solamente el tiempo dirá si la asociación planeada por WOLA con el departamento
de Estado para supervisar los ILEA ayudará a hacer más transparente la escuela,
o si prestará legitimidad a una academia que continúa estando ligada a copiosos
abusos de los derechos humanos.
Las señales, sin embargo, no son prometedoras. En marzo, fue rechazada la
invocación de la Ley de Libertad de Información (FOIA, en inglés) alegada por
este escritor para obtener los materiales del curso de los ILEA. La excusa,
según la letra del rechazo, fue que "se podría esperar razonablemente que el
acceso a estos materiales de entrenamiento pueda arriesgar el imperio de la ley.
Adicionalmente, las técnicas y procedimientos en uso no son bien conocidos por
el público".
Since publication of my article, PNC abuse and political assassinations in El
Salvador have continued, and ILEA secrecy appears only to have become more
entrenched, despite Cuellar and IDHUCA’s involvement and despite increased
international protest. It is still unclear whether or not the ILEA will turn out
to be "another School of Assassins," as critics call the academy. If the present
situation is any indication, however, these critics may prove to be correct.
Desde la publicación de mi artículo, han continuado los abusos de la PNC y los
asesinatos políticos en El Salvador, y el secreto de los ILEA aparece haber
llegado a estar solamente más protegido, a despecho de que Cuellar e IDHUCA se
hayan involucrado y a pesar de la creciente protesta internacional. Sigue siendo
confuso si los ILEA resultarán ser, o no, "otra escuela de asesinos", que es
como los críticos llaman a la academia. Si la situación actual sirve como
indicación, sin embargo, estos críticos pueden demostrar que están en lo
correcto.
Actualización de Benjamín Dangl
Una cantidad de recientes desarrollos ha cambiado dramáticamente el paisaje
militar y político de América Latina. Mientras algunas victorias electorales
señalan un cambio regional hacia la izquierda, Washington continúa ampliando su
presencia de militares y de marina de guerra a través del hemisferio.
El 20 de abril de 2008, el izquierdista Fernando Lugo fue elegido presidente de
Paraguay. Su victoria rompió la dominación de 61 años del partido Colorado, de
extrema derecha. Lugo, el ex obispo que asumió la teología de la liberación,
ensambló una lista cada vez mayor de líderes de izquierda y de centro a través
de la región y ha prometido terminar con las violaciones de los derechos humanos
en Paraguay ligadas a las relaciones militares paraguayo-estadounidenses. Poco
después su victoria, Lugo dijo a los reporteros que Washington debería reconocer
el nuevo ambiente regional en que los gobiernos latinoamericanos "no aceptarán
ningún tipo de intervención de ningún país, no importa cuán grande sea".
En la vecina Bolivia vecina, el presidente indígena izquierdista Evo Morales ha
hecho frente a la resistencia creciente de la oposición del ala derecha. Los
documentos del gobierno de EEUU y las entrevistas en terreno en Bolivia prueban
que Washington ha gastado millones de dólares en instalar en el poder a la
derecha boliviana a través de la USAID, la Agencia de EEUU para el Desarrollo
Internacional y a través de la National Endowment for Democracy o Fundación
Nacional para la Democracia. (Para conocer más sobre este asunto, vea "Undermining
Bolivia", The Progressive, febrero 2008: www.progressive.org/mag_dangl0208).
El 1 de marzo 2008, los militares colombianos bombardearon un campamento de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en suelo de Ecuador,
encendiendo una crisis regional. Este ataque fue parte de un conflicto de largas
décadas alimentado por el entrenamiento militar de EEUU y el financiamiento de
los militares colombianos.
Al mes siguiente, el 24 de abril, el Pentágono anunció que la IV Flota de la
Marina de Guerra de EEUU sería colocada de nuevo para supervisar la actividad en
el del Caribe, América Central y Suramérica. La IV Flota no estuvo funcionando
en el área desde 1950.
Los analistas en la región sugieren que la reactivación de la IV Flota sea una
advertencia a los líderes latinoamericano tales como Hugo Chávez de Venezuela,
que están trabajando para construir un bloque regional progresista distante de
la influencia de Washington.
Aunque Washington continúa expandiendo su influencia a través de una América
Latina cada vez más izquierdista, las alianzas regionales tales como la
Alternativa Bolivariana para las Américas están creciendo entre los líderes
latinoamericanos progresistas. Tal cooperación política, económica y militar
está desafiando con eficacia la hegemonía de EEUU. Al mismo tiempo, el futuro de
las relaciones estadounidense-latinoamericanas dependerá en gran parte de cómo
el próximo presidente de EEUU interactúe con esta región radicalmente
transformada.
While most corporate media ignores Latin America, their reporting on the region
is usually biased against the region’s leftist leaders and social movements. Two
online publications that provide ongoing reporting and analysis on the region
are UpsideDownWorld.org, a website covering activism and politics in Latin
America, and TowardFreedom.com, a progressive perspective on world events.
Activists interested in confronting US military aggression in Latin America
could visit the School of the Americas Watch website: Soaw.org. For information
on US military operations in the region and the hopeful response among
progressive governments and social movements, see my book, "The Price of Fire:
Resource Wars and Social Movements in Bolivia" (AK Press).
Mientras la mayoría de los medios corporativos no hacen caso de América Latina,
su cobertura sobre la región generalmente resulta polarizada de manera negativa
contra los líderes izquierdistas y los movimientos sociales de la región. Dos
publicaciones en línea que proporcionan reportajes sobre los acontecimientos en
curso y análisis acerca de la región son UpsideDownWorld.org, un sitio web que
cubre el activismo y la política en América Latina, y TowardFreedom.com, una
perspectiva progresista de los acontecimientos del mundo. Los activistas
interesados en confrontar la agresión militar de EEUU en América Latina podrían
visitar el sitio web de Americas Watch: Soaw.org. Para información sobre
operaciones militares de EEUU en la región y la respuesta esperanzada de
gobiernos progresistas y movimientos sociales, puede verse mi libro "The Price
of Fire: Resource Wars and Social Movements in Bolivia" (El precio del fuego:
Guerras del recursos y movimientos sociales en Bolivia, AK Press).
Fuentes:
Upside Down World, June 14, 2007
Título: "Exporting US ‘Criminal Justice’ to Latin America"
Autores: Community in Solidarity with the People of El Salvador
NACLA Report on the Americas, March/April 2008
Título: "Another SOA?: A Police Academy in El Salvador Worries Critics"
Autor: Wes Enzinna
CISPES, March 15, 2007
Título: "ILEA Funding Approved by Salvadoran Right Wing Legislators"
Autores: Community in Solidarity with the People of El Salvador
AlterNet, August 31, 2007
Título: "Is George Bush Restarting Latin America's 'Dirty Wars'?"
Autor: Benjamin Dangl
Estudiantes investigadores: Courtney Snow, Erica Elkinton, and April Pearce,
Evaluador académico: Jessica Taft, Ph.D. and Jeffrey Reeder, Ph.D.
Título original: ILEA: Is the US Restarting Dirty Wars in Latin America?
Traducción: Ernesto Carmona (especial para ARGENPRESS.info)