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Argentina: La lucha continúa

Ferrocarriles, Estación Castelar y el maccartismo criollo (I y II)

Juan Carlos Cena

Argenpress.info

(...) Soñaba con un país
claro, fértil, que no oprimiera ni sangrara
como un despojo deshecho
quería que en un país de labranzas
cantasen la sangre, el valle, las cordilleras, los ríos;
lo soñó así, sin que jamás retirara
los pasos, la voz, los ojos
de esa intensa lumbrarada.
País de sol y azafranes y corazón de guitarras.
(...) 
El decía: - ¡ Que hermosa la patria libre !
Hagamos libre a la patria hermosa !
 
De "Con ese mismo corazón que cantaba"
Elbio Romero, homenaje a Wilfrido Alvarez,
mártir de la resistencia a la dictadura de Stroessner.  El ferrocarril desmembrado, destruido y saqueado, más lo ocurrido entre otras, en Estación Haedo, Constitución y Castelar, es una unidad trágica que se repite y se repite, de carácter nacional. Es la muestra más angustiante de lo que dejaron diferentes gobiernos cipayos que aplicaron y aplican en forma obediente los mandatos de los factores de poder. 

Debo repetir, como una persistencia a Elbio Romero (...) Soñaba con un país /claro, fértil/, que no oprimiera ni sangrara/ como un despojo deshecho/ quería que en un país de labranzas en la sangre, el valle, la cordillera, los ríos… agrego, que inmensa tristeza nos envuelve. 

El ferrocarril presente y la zozobra de viajar

Estación Castelar es la multiplicación de un Cromañón anunciado desde hace tiempo. 

* 3 de mayo de 2005. El escenario también fue la estación Castelar, donde pasajeros indignados quemaron cuatro vagones, luego que el servicio quedara interrumpido por un accidente en el que había muerto un cartonero. 

* 1° de noviembre de 2005. Uno de los más graves. Tras parar varias veces entre Castelar y Morón, un tren de TBA que iba con mucha demora causó la ira de los pasajeros en Haedo. Durante cinco horas, 15 vagones fueron incendiados, 87 personas quedaron detenidas y 21 heridas. La estación quedó destrozada y hubo saqueos en comercios de la zona. 

* 4 de abril de 2006. Un tren parado entre Ramos Mejía y Haedo provocó la ira de los usuarios que apedrearon los vagones. Un maquinista y un pasajero heridos. 

* 20 de noviembre de 2006. Tres vagones del ex Roca fueron quemados en Constitución, tras demoras por un paro.

* 23 de marzo de 2007. Pasajeros de un tren que se detuvo a 200 metros de Ramos Mejía pararon a pedradas a otra formación. Un maquinista sufrió heridas. 

* 16 de mayo de 2007. Constitución. La furia de los pasajeros por la suspensión de servicios a Glew y Ezeiza -un tren varado- causó destrozos, vidrios rotos e incendios y se enfrentó a la Policía a pedradas limpias y golpes: 25 heridos y 16 detenidos. 

En los últimos años se quemaron aproximadamente 22 vagones, a los que hay que sumar los 8 de Estación Castelar. 

Observando esta síntesis, porque hay más accidentes, como trenes sin freno (Estación León Suárez) y coches quemados Línea Mitre. Lo ocurrido en estación Castelar es la reiteración del hartazgo popular, es la bronca del subsuelo sublevado, es la arena popular que se cuaja en roca y que golpea y golpea en forma ciega hasta la calma, luego, cuando se acaba la bronca, la roca regresa, se hace arena y se dispersa a paso cansino. Fue el subsuelo embroncado que estalló. 

El asombro de la mediocridad política intelectual incrédula no articula una sola respuesta, sólo la descalificación falaz y el silencio. Es el silencio de los políticos que no saben darle una lectura correcta al hartazgo, escasa de sensibilidad y llena de oportunismos.

Estación Haedo, Plaza Constitución, Castelar, son muestras, entre otras, del saqueo y destrucción nacional perpetrado a los Ferrocarriles Argentinos. Es una de las pruebas testigos más veraces de la inutilidad del eficientismo privado. También, es la comprobación de una estafa nacional sin precedentes que desde el Mo.Na.Re.FA la hemos venido denunciando de mil maneras y formas. Donde los grandes negociados nacionales quedaron pequeños como las tierras de El Palomar, y o la Italo

Esta realidad desnuda además, entre otras razones, la pobreza y cobardía de nuestros intelectuales, profesionales, de sabihondos y no tan suicidas tacaños de valentías que han silenciado este saqueo criminal. En este caso, se abstuvieron de firmar cartas y más cartas porque para estos menesteres no vendría la IV Flota ni habría cuestiones destituyentes. Les contesto a los sabihondos: La IV Flota nunca vendrá, porque nunca se fue. Está entre nosotros desde hace tiempo. Tiene otro ropaje. Esta, la flota, bombardeó con el cañón de la corrupción a nuestros cipayos que gustosos se dejaron fusilar con billetes verdes. Cipayos colonizados que destruyeron alborozados nuestros bienes nacionales, demoliendo los Ferrocarriles, Aerolíneas Argentinas, la Flota Fluvial, la Flota Mercante regalando el petróleo, se apropiaron de las comunicaciones, de nuestros minerales, favoreciendo la custodia del Acuífero Guaraní, de nuestro mar epicontinental, las fronteras, privatizando los puertos, es decir, la entrada a casa, nuestros cielos y nuestros sueños. Silencios de sabihondos y no tan suicidas, señal si las hay, de que no se van a suicidar. Es que se vive muy bien cobijado y abrigado al calor del presupuesto nacional. Todo un cañonazo silenciero. 

No dijeron ni "a" por la destrucción de nuestra cultura nacional, por la salud, por el hambre de nuestras comunidades originarias, de nuestros paisanos, por la desnutrición y la desolación del territorio, por los más de 870 pueblos desparecidos, llamados fantasmas.

Desde el MoNaReFA no podemos avalar el destrozo de nuestro patrimonio nacional: el ferrocarril, sus estaciones, locomotoras y coches de pasajeros, porque lo destruido y saqueado, como lo dijimos antes, es parte de nuestro patrimonio. Las concesiones fueron diseñadas así, ellos se llevan la caja: o sea, la entrada diaria por boletería, más los subsidios. Subsidios que es un alquiler al revés. El Estado les paga por "gerenciar" los ferrocarriles, en vez de abonar ellos un canon. Nosotros como Pueblo pagamos todas las reparaciones y las pérdidas, compras con precios abultados, todo un sistema de compras mafioso ya denunciadas extensamente por el MoNaReFA.

Regresemos al andén 

Abultados subsidios van a parar a las arcas de los concesionarios. Nadie controla su aplicación. Son denunciados a la justicia, que esta está ciega, sorda y muda. También la han cañoneado. 

Para mejor ilustración veamos sucintamente como se formó el emporio de la familia Cirigliano, porque es la misma metástasis que los otros concesionarios. Los subsidios fueron su fuente principal de enriquecimiento. Inicia su acción comercial con dos líneas de colectivos. Al tiempo, avasalla al negocio del auto transporte automotor, Grupo Plaza. 

El combustible para el avasallamiento proviene de los subsidios que le otorga el Estado. A través de las concesiones ferroviarias recibe 30 millones de pesos y chirolas al mes. Además, construye para el Estado coches de pasajeros que él mismo explotará.

La familia Cirigliano ostenta uno de los record nacionales más difíciles de batir por su geométrico crecimiento. De explotar dos líneas de colectivos porteñas, la 61 y la 62, pasó a monopolizar el transporte con su empresa: El Grupo Plaza. 

Bajo el control del Grupo Plaza están las líneas de colectivos 61, 62, 104, 133, 141 y 129 entre otras. Los Cirigliano reclutaron a varias empresas colegas y armaron Cometrans para participar en las licitaciones.

Apostó al mercado aerocomercial un par de veces, la primera cuando entró en crisis Southern Winds y la segunda pocos meses atrás, cuando la retirada del grupo Marsans de Aerolíneas pasaba a ser algo más que una hipótesis.

En cambio, seguían jugando a expandir sus negocios sin sacar los pies de la tierra, conquistando compañías de seguro como LUA y Omega, que luego quebraron.

Actualmente TBA recibe por las líneas Mitre y Sarmiento un subsidio mensual de $ 31,5 millones en compensación por los mayores costos operativos y laborales que no puede trasladar a las tarifas. 

Según las reglas de juego vigentes, TBA sólo opera el servicio y todas las inversiones en obras de infraestructura y reparaciones de trenes están a cargo del Estado. 

Todo lo ocurrido en Estación Castelar es de absoluta responsabilidad de la empresa TBA. No han invertido un solo peso en mantenimiento preventivo del material rodante, coches y vagones, señalamiento, cambios y estructuras, además como, la conservación de vías, durmientes y balastos (piedras). La reducción del diagrama y la de coches en cada formación de trenes les ahorra dinero a costa de que los pasajeros viajen peor que el ganado.

El Gobierno nacional que administra este Estado es el otro responsable directo, por mantener las concesiones a pesar del no cumplimiento de los contratos. El Gobierno Nacional subsidia los accidentes, al no controlar nada y hace caso omiso a los informes elaborados por los Inspectores de la CNRT. Gobierno Nacional que se pavonea con los derechos humanos del pasado de nuestros militantes muertos, que no le pertenecen, pero que se olvida de los ciudadanos vivos. Los ferroviarios tienen alrededor de 140 obreros y trabajadores judicializados por este Gobierno Nacional, por defender sus derechos, que en definitiva son derechos humanos.

Todo está a la vista. La acusación del Poder Ejecutivo a través de la voz y la palabra del Ministro de Justicia a movimientos, partidos políticos y otros hacen eludir insensatamente la responsabilidad que le cabe al Estado por este desastre nacional. La irresponsabilidad estatal se hermana en una complicidad manifiesta con los concesionarios parásitos que se han cartelizado a través del UGOFE (Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria) en sociedad con el Estado, ya que en este cartel tiene un represente. De esa manera se han transformado en un verdadero poder que presiona y rapta este gobierno a voluntad. Actitud frente a un gobierno débil y condescendiente con el Poder Concesionarista cartelizado.

El Ministro de Justicia no puede hablar desde la ignorancia. Y si lo asesoran que lo hagan bien. Los ferroviarios nos asombramos cuando dijo algunas ignorancias. No nos habíamos enterado de lo que el ministro menciona, después de tantos años de trajinar por los rieles, no nos dimos cuenta.

Valga una sola muestra. Todos absolutamente todos los trenes del Estado que opera la empresa TBA son de manejo manual y sobre la unidad, por lo cual no existe ningún dispositivo de freno ni en la estación Castelar ni en ninguna otra, es cierto que parte del sistema de frenos de los coches más modernos es eléctrico, pero el sistema en si es neumático y se opera sólo desde el propio tren. 

Como contestación desde el absurdo y el embuste TBA presentó el modelo Puma V.3 TBA para reemplazar la formación incendiada el jueves en la estación de Merlo y comenzó a funciona. Se trata de un convoy del año 1960, recauchutado que no soluciona la problemática de fondo. Una formación de los años 60, repito y reafirmo -como el resto de las unidades de la línea Sarmiento- reformado con forma aerodinámica, de nueve coches equipados con aire acondicionado, asientos anatómicos y un sistema de monitoreo satelital GPS, que permite conocer en tiempo real su ubicación. Según dicen. Toda una pintura este nuevo tren Puma V.3. ¡Que tal con don Cirigliano!

Sobre las formaciones de doble piso inaugurados por el ex presidente Kirchner, informamos oportunamente sus deficiencias técnicas, no se fabricaron más. Funcionan sólo en las horas donde la densidad del pasaje es rala. Hoy dicen que van a reforzar la frecuencia con esos coches y otros nuevos, Tipo Puma que están en circulación desde el año 1960.

Los trabajadores ferroviarios vienen denunciando sobre el vaciamiento que hace esta empresa T.B.A., con la anuencia de la Secretaria de Transporte y con el silencio de la burocracia de la Unión Ferroviaria y La Fraternidad, y un sector del periodismo que se calla. Hemos denunciando sistemáticamente la falta de inversión en coches de pasajeros, vías, repuestos y otros, que los trenes no son debidamente revisados, que estos circulan con más kilometraje de lo permitido, que no se controla la fatiga de material en estos coches de pasajeros que son de la década de los 60, no se pueden detectar fallas si no se realizan las revisaciones periódicas y el mantenimiento preventivo. Los privados no invierten ni en mantenimiento ni en desarrollo tecnológico. El ferrocarril que era un servicio público, hoy es un servicio privado con fines de lucro.

A través de este medio y otros hemos publicado más de 400 notas sobre los Ferrocarriles Argentinos y su situación. Un gran número de ellas se referían a los posibles cromañones. No expresábamos esa inquietud en forma superficial, sino que los accidentes que ocurrían a diario, y a veces, en forma repetida durante la misma jornada, avalaba nuestra preocupación. Además, como conocedores del oficio ferroviario ver un tren arribar a una estación es apreciar su estado bajo el punto de vista técnico. Calamitoso. Llamábamos la atención y alertábamos de que en cualquier momento, y no por un designo maldito, un accidente de una gran magnitud iba a ocurrir. La sombra desgraciada de un cromañon está cubriendo los rieles

No era para alegrarnos de que nuestras predicciones ya son certezas, y que se vayan cumpliendo en forma inexorable. No es que uno sea un buen adivinador, no, ni mucho menos. Es que uno ha tratado y trata, simplemente de conocer la verdadera naturaleza del sistema político en la Argentina, en este caso, la relación con la Patria Concesionarista. En consecuencia, es toda una responsabilidad averiguar quienes son los representantes de esta ¨Patria¨, como actúan e interactúan, en este caso, los empresarios concesionarios de los Ferrocarriles Argentinos con el Gobierno Nacional.

Se ha tratado de instalar en el seno de la sociedad desde el gobierno que estas anomalías en el transporte ferroviario es obra de algunos concesionarios/empresarios descuidados. Todo para desviar la atención sobre la verdadera naturaleza del problema, que es el sistema concesionarista que padecemos. Estos empresarios responden disciplinadamente de acuerdo a la naturaleza del sistema político instalado que los parió: son elementos parasitarios, actúan como bloques no productivos: Se conducen como sujetos activos del sistema, y no de otra manera. La reproducción del capital parasitario es su objetivo, los métodos se verán después, de acuerdo a la dinámica del propio capital y a la situación política imperante.

Por todas estas conductas parasitarias apañadas desde el gobierno, ha ocurrido otra pueblada en la Estación Castelar protagonizada por los pasajeros del T.B.A. Llegó el hartazgo al andén, todo estalló.

Denunciábamos este devenir desde el Mo.Na.Re.FA, en forma reiterada, el 9/01/05, en una nota titulada ¡Alerta! Viene marchando el Cromagñon Ferroviario, la siguieron otras del 18/01/05 cuyo título dice El F.C. Mitre puede ser otro Cromagñón; otra nota del 23/01/05 titulada El Cromagñón Ferroviario Continúa; el 26/01/05 se titulaba ¡Atención! Los Trabajadores Ferroviarios le dicen no al Cromagñón Ferroviario y el último artículo del mes del 30/01/05 llevaba el nombre: Jornada Donde los Trabajadores Ferroviarios le dijeron ¡N0! Al Cromagñón Ferroviario, en total cinco notas. No fueron notas agoreras, son trabajos de alerta hacía los ciudadanos, fundadas en información fidedigna sobre el deterioro del material ferroviario, todos destinado al público que viaja diariamente a trabajar.

Los accidentes de trenes continuaron siendo moneda corriente. T.B.A no tiene salidas de emergencias ni matafuegos, ni baños químicos como marcan las reglamentaciones; ni tampoco esta empresa tiene una cuadrilla de emergencias para actuar en estos casos, como en tiempos cuando los trenes estaban en manos del Estado Nacional y era un servicio público. Los sábados y domingos, las boleterías están cerradas de la líneas Mitre - T.B.A. Un tren se incendió en la estación Carranza de esa misma Línea. Al estar la boletería cerrada no había comunicación interna. Intervinieron los bomberos, un fiscal y un Juez. La empresa al llegar el tren quiso poner en marcha la unidad y los bomberos se lo impidieron. Toda una negligencia. Los medios de comunicación adheridos a la SIP, bien gracias.

Hoy la mayoría de los concesionarios no hace mantenimiento de vías, la razón es simple, las renovaciones las efectúa el Estado a su costa, y en general con cada obra el concesionario recauda. Si además de no invertir, el concesionario gana con las renovaciones, es muy lógico que no efectúe ningún tipo de mantenimiento. 'Pretender que estas empresas con el régimen de las privatizadas funcionen correctamente dentro del sistema capitalista es tan ridículo como legislar contra la ley de la gravedad.

La crisis en el universo ferroviario es integral. Tanto en los suburbanos, cargas y en los trenes de cartón de pasajero. Abarca todo. No hay rincón donde ella, la crisis, no este presente. Hay crisis de parición o de finitud en un proceso determinado, en este caso, el de prescripción de un sistema perverso de las concesiones ferroviarias.

El nombre de Cromañón es significativo. Revela y expone a la intemperie una realidad que se desnuda por demás contundente: corrupción y muerte. Todo el proceso concesionarista del sistema ferroviario, como de las demás empresas del Estado, está signado por la corrupción, herramienta política que utiliza el sistema capitalista para doblegar voluntades y reclutar cipayos.'

Los concesionarios han archivado el reglamento. La Ley General de Ferrocarriles 18.360 y el RITO (Reglamento Interno Técnico Operativo) que tienen vigencia. El contrato de concesión es cuasi un contrato comercial, a pesar de ello, estos concesionarios solicitaron modificaciones al reglamento, o excepciones, como la anulación del guarda trenes de carga, y así, poco a poco fue solicitando modificaciones y excepciones sobre la reglamentación operativa en los lugares donde se suprimía personal aunque esas bajas afectaran el servicio.

Se ahorra, el costo era y es, la desocupación y los cromañones, justificados en este sistema, porque el objetivo es engrosar el arcón del lucro y la ganancia. Durante la década del desastre ferroviario las variables de ajuste, para que el proyecto de destrucción cuadrara, fueron la desocupación y el salario. Variables aplicadas a todo el arco popular.

La realidad cotidiana, desgraciadamente, nos da la razón. Nos da la razón porque la naturaleza de los concesionarios, mejor dicho de estos mercaderes de la muerte está a la vista.

Todos los días hay accidentes seguidos de muerte en el ferrocarril, es cuestión sumarlos, como los accidentes en las rutas que llevan acumulados muertes y muertes por día. Esto es sólo es una muestra.

Una vida, todas las vidas no son una mercancía de oferta y demanda, como ocurrió en Cromagñón, a través del exceso de las entradas vendidas. Acá, en el ferrocarril, es por los excesos de las concesionarias en la avaricia que no les permite realizar en forma integral el mantenimiento, la prevención, velar por el confort del pasajero, la higiene, y esas cosas tan simples que debe brindar un servicio de transporte, no hay preocupación por las vidas transportadas. Estas vidas parecen no tenerse en cuenta en los ámbitos y en las cuentas del Estado. Es la perversidad del sistema imperante en la Argentina, no hay otra explicación. Casi todas los que viajan son trabajadores, empleados, asalariados, estudiantes, profesores, profesionales, todos trabajadores, es decir: es el pueblo.

Hoy en Castelar la realidad ferroviaria cacheteó al gobierno que salió a dar una conferencia de prensa a través de su Ministro de "Justicia y Derechos Humanos", culpando a compañeros de los cuerpos de delegados, de ser los responsables de las acciones emprendidas por el hartazgo de los usuarios, en su mayoría trabajadores y empleados. El Ministro repite en forma autista las mismas acusaciones que cuando ocurrieron los hechos de Haedo. El maccartismo criollo se hizo presente en la voz del ministro de marras, como en Haedo o cuando asesinaron a los jóvenes luchadores Kosteki y Santillán. Hay que buscar culpables, si se los encuentra, en este caso de Castelar o en Haedo, el Seguro no paga el daño. Por si no se encuentra y se comprueba que el culpable, en este caso es Cirigliano y familia, la compañía de seguro debe pagar. Es decir, paga Cirigliano, porque es el dueño de la compañía Aseguradora. Pero si se encuentra un subversivo, paga el Estado. Por eso su búsqueda inmediata. Eso sí, los coches se repararan en los talleres que tiene la familia Cirigliano en estación Migueletes. Toda una cuestión de familia. 

Por los sucesos de Haedo estuvo detenido un compañero trabajador tapicero, Roberto Canteros, durante dos años. El proceso judicial continúa, mientras se hace cargo el Estado. Cirigliano por Haedo es inocente, hasta ahora.

Todo, como si esta empresa no hubiera tenido nada que ver con la furia de los usuarios, como si estos, los pasajeros, fueran una multitud de imbéciles que se dejan transportar dócilmente sin reacción, como ganado, y que en sintonía el Ministro de Justicia y el Secretario de Transporte no levantan ni una sílaba contra tanta perversidad empresarial. Sí contra los pasajeros. Víctimas del Estado y de los concesionarios

Sobre los sucesos, este jueves 4 de septiembre en Castelar y Merlo sólo repetir lo que dijimos en las otras oportunidades: hay un hartazgo popular impaciente luego de agotar la paciencia por los embustes del atril. Hay un servicio ferroviario perverso que raya con la violación de los Derechos Humanos. A pesar de ello el gobierno los premia con tres veces más subsidios para los trenes suburbanos.

Sobre la hora la realidad confirma nuestras aseveraciones: Un tren quedó varado en Olavarría y hubo protestas de los pasajeros. La formación que había partido de Bahía Blanca sufrió un desperfecto técnico, por lo que estuvo detenida más de ocho horas. Ante las quejas de los pasajeros, Ferrobaires dispuso micros para trasladarlos hacia la Capital Federal. El tren que había partido de Bahía Blanca sufrió, kilómetros antes de llegar a Olavarría, un problema en su locomotora, lo que dejó varados a los pasajeros. 

Con los pasajeros cansados y molestos por el contratiempo, la formación arribó a la estación de Olavarría a las 6.45. Allí se le cambió la locomotora y continuó viaje a las 9 con algunos pasajeros en su interior. La gran mayoría partió, a la misma hora, en cinco micros dispuestos por la empresa.

La Policía y la empresa desmintieron que se hayan producido destrozos y la quema de un vagón en la estación ubicada a 300 kilómetros de la Capital Federal.. 

La mentira había partido velozmente. No alcanzaron a llegar, ni los subversivos, ni los conspirados, ni los vándalos. La mentira llegó primero. Pero la fuerza de la verdad se impuso, como se impone siempre. "Los pasajeros sólo se quejaron y protestaron pacíficamente", señaló un empleado de Ferrobaires. 

Solamente decir que todo se parece a Haedo, el 1º de noviembre del 2005 y a Constitución en abril del 2007, o recordar como viajaban los chicos en los techos de los coches de pasajeros, entre las estaciones de Los Querandíes y Evita y así. También no podemos aludir al choque de febrero de este año que les costó la vida a 18 personas, y hay cientos y cientos, miles de heridos, contusos y tantos en estos más de quince años de concesiones ferroviarias.

Por ello, la única manera de evitar esta siniestralidad es recuperar los ferrocarriles para la Nación y el pueblo. Sólo se logra con el compromiso de los ferroviarios, la lucha de todo el pueblo. Volver a convocar a quienes, realmente, entregaron su sabiduría acumulada para hacer funcionar los trenes en nuestro país. 

La propuesta integral es volver al SISTEMA INTEGRADO DE TRANSPORTE FERROVIARIO, INDUSTRIAS Y COMUNICACIONES, tema que puede consultar más abajo.

Con este SISTEMA recuperaremos en un tiempo a esos casi 900 pueblos abandonados o semi abandonados que hay por todo nuestro territorio, porque el ferrocarril los volverá a integrar, a conectar. Trabajo que venimos investigando desde hace años y que será de dominio público en breve.

Con este SISTEMA INTEGRADO DE TRANSPORTE FERROVIARIO, INDUSTRIAS Y COMUNICACIONES podemos pensar en unir y conectar las regiones, los pueblos y nuestro país en general.

El sistema constituye un aspecto clave de la vida nacional, ya no existe ninguna actividad que no requiera de una forma u otra de este servicio.

No se puede imaginar el desarrollo de una comunidad que no cuente con un sistema de transporte adecuado, armónico, integrado, donde los distintos modos se complementen y sirvan a la universalidad comunicacional del territorio nacional.

El objetivo básico de cualquier Estado en ese sector es: transportar eficientemente, al más bajo costo social, para la Nación. Para eso deberá fijar objetivos claros en su organización y armonización general. El Estado debe intervenir definiendo las normas de comportamiento de los distintos modos de transporte. Cumpliendo, con plena facultad, la función de planificador y organizador; asumiendo, a su vez, el papel de ente regulador a través de un férreo control de gestión, para así corregir errores y desviaciones en los objetivos fijados.

A tales fines el ferrocarril tiene funciones específicas a las cuales la Nación no puede, ni debe renunciar. Sin embargo, en mérito a constreñirlo a un papel netamente comercial se abandonaron infraestructura y servicios de importancia estratégica, sin que los medios sustitutos, rigiéndose por estrictos e impropios mecanismos de lucro, hayan cubierto mínimamente los espacios vacíos, por el retiro del medio ferroviario condenando a la extinción a poblaciones completas; generando más de 870 pueblos fantasmas. El ferrocarril es el medio más barato y seguro para el transporte masivo, concluía.

El ferrocarril es un componente del Sistema Nacional de Transporte y, como tal, su relación con la economía general se inscribe en este marco.

Todo esto ocurrirá como producto de las luchas populares, nada vendrá gracilmente. Decimos siempre que el ferrocarril es una cuestión nacional, porque es un bien nacional, bien que nos compete a todos, ferroviarios y usuarios, cargadores de las industrias nacionales. Porque todos somos dueños de ese bien que es de la Nación, como el petróleo, las comunicaciones la energía, todos son parte de la soberanía nacional.

Por eso cito al General José San Martín: 

Cuando la Patria esta en peligro, todo esta permitido excepto no defenderla. 

Foto: Incendio de una formación de la empresa TBA en la Estación Cautelar. / Autor: RIO NEGRO ON LINE

Juan Carlos Cena es autor de: 
* El Guardapalabras, memoria de un ferroviario (agotado)
* El Cordobazo, una rebelión popular (agotado)
* El Ferrocidio 1ª edición (agotado) 2ª edición (ampliada y corregida) 
* Crónicas del Terraplén (cuentos)
* Secretario General del Organismo Central Capital Federal del Personal Técnico de los Ferrocarriles Argentinos (APDFA) (1984-1989)
* Miembro Fundador del Mo.Na.Re.FA - Movimiento Nacional por la Recuperación de los Ferrocarriles Argentinas.

Fuente: lafogata.org