Las primeras grietas en la economía realimentan la crisis política del gobierno
de Cristina Kirchner. Además de la embestida de los sectores financieros de la
última semana y de la sorda pulseada con las patronales agrarias que continúa
aún después de la caída de las retenciones móviles, se empezó a resquebrajar la
alianza gubernamental con los empresarios industriales. El descontento de los
trabajadores por la pérdida del salario frente a los precios deja mal parada a
la CGT.
El reclamo que todos los sectores patronales hacen exigiendo el "sinceramiento"
del INDEC es presentado como "causa nacional" cuando, en realidad, esconden
distintos intereses particulares. "Si el gobierno se decide a blanquear un
índice de precios al consumidor en torno del 1% mensual, habrá un cambio
importante de las expectativas" dice La Nación citando a operadores de fondos de
inversión. En función de negociar con el gobierno este aumento en el valor de
los bonos de la deuda, el "establishment" financiero de Wall Street pronostica
un default a futuro. El banco de inversión Lehman Brothers reconoce que "Las
preocupaciones sobre una reestructuración de la deuda en el corto plazo parecen
exageradas", pero "mirando hacia adelante, la pregunta es: ¿será capaz el
Gobierno de continuar explotando sus ahorros en 2010? Los mercados parecen ser
cada vez más de la opinión de que no".
En respuesta a este lobby la presidenta sostuvo que "Hay algunos sectores del
establishment internacional que no nos van a perdonar que hayamos recuperado
nuestro sistema de decisiones con la cancelación de la deuda con el Fondo
Monetario Internacional (FMI)". Pero, si la deuda fue "cancelada", ¿cuál fue la
urgencia de conseguir financiamiento a tasas usurarias del "amigo bolivariano"?
La crisis de los bonos volvió a poner en la agenda política el peso que sigue
teniendo la deuda externa sobre la economía nacional y desnudó el verso oficial
sobre el "desendeudamiento" de Kirchner y Lavagna.
La debilidad en que quedaron los Kirchner luego de la derrota con las patronales
rurales y los síntoma de agotamiento del "modelo", alentó la ofensiva del
capital financiero que intenta imponer un programa de ajuste del gasto público y
volver a "insertar la Argentina en el mundo", retomando los ejes del programa
neoliberal de los ’90. A tono, el bloque de diputados del PRO de Mauricio Macri
prepara un proyecto de Ley para impulsar la derogación de cualquier impuesto a
las exportaciones hacia países del Mercosur, ubicándose para pelear el liderazgo
político del bloque de los empresarios del campo y las finanzas.
La pulseada con la patronal agraria no ha culminado. Mientras Alfredo De Angeli
convocó a una nueva asamblea chacarera en Gualeguaychú, la Mesa de Enlace no
consigue consolidar el triunfo contra la resolución 125. El secretario de
Agricultura Cheppi los recibió junto al gobernador Scioli en la Casa de Gobierno
de la Provincia, un intento oficial de descentralizar la discusión del famoso
"plan agropecuario nacional" que reclaman los ruralistas.
Eduardo Buzzi de la Federación Agraria expresó este malestar antes de la reunión
con el gobernador bonaerense: "no le venimos a dar a Scioli, que nos atacó en el
conflicto, el rango de gobernador privilegiado".Y remató: "no nos olvidamos de
los gobernadores que se jugaron como Rodríguez Saa y Schiaretti, que hoy lo
tienen sancionado". Esta notable defensa por parrte del líder "progre" de los
patrones del campo al confiscador cordobés de las jubilaciones, fue hecha apenas
un rato después de haber marchado junto a la izquierda sojera de la CCC-PCR y el
MST ... por "la distribución de la riqueza". Para completar, el PCR se confiesa
sobre el curso político que está tomando su otro gran aliado y dirigente de los
"pequeños y medianos" chacareros: "Duhalde marcha a realizar en Entre Ríos un
acto con Busti y De la Sota, con la presencia de De Angeli". (Hoy 1229, 12 de
agosto)
Los industriales "nacionales y populares" piden otra devaluación, ¿y la CGT?
Por su parte, las patronales industriales reclaman "estadísticas confiables" en
función de promover un dólar a 4 pesos que les devuelva "competitividad". El
número dos de la UIA, Ignacio De Mendiguren argumentó que "Los costos de mi
empresa aumentaron más de 25 por ciento" dando a entender que esa era la
inflación real y acusó a su presidente Juan Carlos Lascurain de defender los
números del INDEC por sus "compromisos con la obra pública". Fainser, la empresa
de Lascurain, es una de las privilegiadas en la licitación para la construcción
de una nueva central eléctrica en Villa Gesell. De Mendiguren expresa, como jefe
de la cámara textil, al sector empresario que reclama con más urgencia una nueva
devaluación. En este rama de la industria ya se está sintiendo el
desaceleramiento de la economía: por caso, la textil Mafissa en La Plata después
del duro conflicto que terminó con despidos masivos y de sus delegados
sindicales combativos, produce con menos de la mitad de personal que en el 2007.
A esto se agrega que las cámaras industriales de Buenos Aires, Córdoba y Santa
Fé han protestado por el aumento de los impuestos por Ingresos Brutos que los
gobernadores han aplicado para paliar sus déficit fiscales provinciales. La
interna en la UIA responde, sin duda, también a razones políticas: De Mendiguren
es un hombre de Duhalde y fue su ministro en la devaluación pos 2001. Pero su
ofensiva pública adelanta lo que reclaman el conjunto de los industriales: "El
tipo de cambio competitivo fue el pilar más fuerte de crecimiento de la
Argentina en los últimos años". Se perfila cada vez más claramente un frente
patronal que empuja al gobierno a un nuevo golpe devaluatorio contra los
salarios.
¿Será esta la orientación de los Kirchner en los próximos meses, después de un
"blanqueo" de la inflación y una parodia de paritarias?
Por lo pronto, el abogado de la UIA Daniel Funes de Rioja, advirtió que "abrir
las paritarias en agosto, como se está planteando, es imposible para las
empresas que ya dieron alzas salariales este año". Frente a ello, el ministro de
Trabajo Tomada le pidió tiempo a la CGT que se debió conformar, por ahora, con
el anuncio del aumento a las jubilaciones para el 2009. Los reclamos de la suba
del "mínimo no imponible" del llamado "impuestos a las ganancias" que se aplica
sobre el salario y el aumento en las asignaciones familiares debe esperar. La
situación de Moyano y la cúpula de la CGT es incómoda, entre su apoyo al
gobierno y el descontento creciente entre los trabajadores por el retraso
salarial. Hasta Barrionuevo los "corrió por izquierda" pidiendo la reapertura de
las paritarias. ¿Volverá Moyano a apoyar una futura devaluación como lo hizo en
la crisis de 2002? ¿Podrá contener a la clase trabajadora que desde entonces ha
recuperado peso social?
Por una Asamblea Nacional de Trabajadores
Es impostergable la tarea de unir las filas de todas las organizaciones
combativas ante los nuevos escenarios de crisis que descargarán sobre los
trabajadores y el pueblo. No sólo porque se hará más dura la lucha por reclamos
salariales, ante la intransigencia de una patronal que quiere recuperar niveles
de rentabilidad excepcionales, como muestran las patronales del neumático de
Fate, Pirelli y Firestone (ver contratapa). Sino porque, también, el
"enfriamiento" de la economía puede significar "restructuraciones" y despidos en
algunas ramas de la industria.
El PTS vuelve a plantear la propuesta de la convocatoria amplia y unitaria a una
Asamblea Nacional de Trabajadores para reagrupar a los luchadores. Las
comisiones internas, delegados combativos y sindicatos antiburocráticos, las
miles de trabajadoras y las agrupaciones combativas del movimiento de mujeres
que tendrán su Encuentro Nacional en Neuquén, los centros y federaciones
estudiantiles, los movimientos sociales y de desocupados, la izquierda obrera y
socialista; todos los que hemos sostenido una posición independiente del
gobierno y los bandos capitalistas en disputa, podemos constituir un polo
nacional. Para levantar las demandas de los trabajadores y el pueblo, y debatir
un programa de salida a la crisis.